El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado hoy que los Presupuestos Generales del Estado para 2012 que está tramitando el Gobierno del PP obligarán al Ejecutivo catalán a hacer "algún recorte más" para "cumplir" con lo previsto.

En una entrevista en TV3, Mas ha explicado que estos nuevos recortes serán "más complicados" de llevar a cabo que los anteriores y que el Govern aún está evaluando cómo abordar un ajuste "de la magnitud que en estos momentos se impone por los presupuestos", por lo que no ha detallado cómo se materializará.

La partida presupuestaria con la que contaba el Ejecutivo catalán -prevista en el presupuesto que aprobó el Parlament- y que finalmente no contemplan las cuentas del Gobierno español son los 219 millones de euros que deben ser transferidos a Cataluña por la liquidación de 2009 de las inversiones en infraestructuras previstas en el Estatut.

El presidente catalán no ha descartado presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional si finalmente el Ejecutivo de Mariano Rajoy no incluye los 219 millones en las cuentas del Estado y ha valorado que ésta es "una de las vías" posibles.

"Debemos ajustar mucho dinero", ha dicho Mas, quien ha admitido que no se trata de algo "agradable ni que compense", pero que, sin embargo, hay que hacerlo por "sentido del deber".

Mas se ha referido igualmente a las declaraciones de este fin de semana del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien se reunió con el conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, en un hotel de Barcelona, un encuentro que el presidente ha asegurado que "no fue bien".

Tras la reunión, Montoro aseguró que el debate necesario en estos momentos no es si el Estado tiene una cuenta pendiente con Cataluña, sino el crecimiento y la creación de empleo, puesto, que, en su opinión, "Cataluña necesita financiación no directa de los presupuestos, sino financiación bancaria".

Para Mas, que ha tildado al Gobierno de "muy poco serio", es "falso" que el Estado "no deba nada a Cataluña", aunque ha asegurado que no busca "la confrontación ni la pelea" con el Gobierno, sino "que nos paguen las deudas".

"Si esto no es posible, deberemos decir que 'no' a los presupuestos y se marcará un punto de inflexión", ha explicado el presidente catalán, para quien, aun así, "las dinámicas en Madrid y Cataluña no son planos paralelos", por lo que las relaciones CiU-PP no deberían necesariamente ser las mismas en ambos ámbitos.