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Alavedra paga un millón por su libertad

Prenafeta, pendiente de reunir la cantidad impuesta por el juez Garzón. Otros dos imputados en la Pretoria siguen en prisión

ALBERT MARTÍN VIDAL

Tres días de arresto siendo interrogados por la Guardia Civil. Tras declarar ante el juez, 39 días de prisión preventiva. En medio, la conocida como pena de telediario, que les mostró esposados a su llegada a la Audiencia Nacional. El calvario penitenciario de Macià Alavedra ha llegado a su fin, y el de Lluís Prenafeta lo hará en las próximas horas.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó la libertad bajo fianza de un millón de euros para cada uno de los ex altos cargos de la Generalitat en la etapa de CiU al considerar que ya no existe riesgo de que puedan destruir las pruebas de su implicación en la operación Pretoria.

En su auto, Garzón fijó medidas cautelares contra los dos hombres fuertes del pujolismo más allá de su elevada fianza: les obliga a presentarse en el juzgado cada 15 días y les impide salir del Estado español. El juez ha tomado la decisión por considerar que ya tiene en su poder todas las pruebas pertinentes. Ahora sólo quedan en prisión el ex alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, y el presunto cerebro de la trama, Luis García, Luigi.

La noticia del auto se dio a conocer a primera hora de la tarde de ayer y desató una carrera burocrática en el despacho del prestigioso abogado de ambos imputados, Juan Córdoba. 'Como imagina, estoy muy ocupado', decía, lacónico. Su cometido era tratar de conseguir avales bancarios por valor de un millón de euros para cada uno de sus clientes, una cuestión difícil por la cantidad requerida y por tratarse de un puente. Recibió la notificación, según él mismo explicó, 'a las 14.30 horas'.

Su bufete comenzó inmediatamente a hacer las gestiones oportunas, mientras las puertas de la prisión Brians II, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), donde ambos están encarcelados desde el pasado 25 de noviembre, se llenaban de rumores que indicaban que abandonarían el centro sobre las 20.00 horas.

'Es complicado, es una cifra muy alta, estamos haciendo lo posible'

Poco antes de esa hora, Marc Prenafeta, hijo del imputado, salía de la prisión para explicar que aún no habían reunido la cantidad requerida. 'Es complicado, es una cifra muy alta, estamos haciendo lo posible', indicaba, aunque daba por hecho que la Audiencia Nacional no iba a recibir el depósito requerido antes de la medianoche.

Mejor suerte corría Alavedra. Las gestiones para reunir la cantidad tuvieron éxito y sobre las 21.30 horas se hacía público que había pagado la cantidad. El juez emitió el auto de libertad provisional al centro y este quedó inmediatamente en libertad. Su mujer, la también imputada Doris Malfeito, le esperaba a la salida de la prisión.

La noticia llegó poco después de que Córdoba diera por hecho que sus dos defendidos pasarían una noche más en prisión. Su previsión fue errónea y al cierre de esta edición, sólo Prenafeta seguía todavía encarcelado.

Cuando su excarcelación se consume presumiblemente mañana la instrucción de la trama de presunta corrupción urbanística entrará en lo que parece una nueva etapa donde todos los focos estarán puestos en la investigación. El cometido del juez Garzón se centrará ahora en las conversaciones telefónicas grabadas a los imputados. En algunos casos llegaron a tener el teléfono intervenido durante dos años, y fuentes jurídicas señalaban ayer que su contenido será fundamental en el proceso.

El pasado jueves, Garzón imputó a otras 11 personas en el caso, donde ya hay 20 implicados, aunque no dictó prisión preventiva para ninguna de ellas. Sólo la madre de Muñoz, Josefina Calvet, que alega un avanzado alzhéimer, y PhilipMcMahan, residente en An-dorra, siguen pendientes de declarar ante el juez.

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