Al menos 22 personas murieron en un atentado suicida en un centro religioso chií en el centro de Pakistán el domingo, un día después de otra acción similar en la capital, Islamabad, dijeron las autoridades.

Pakistán es crucial en los esfuerzos estadounidenses para estabilizar al vecino Afganistán y el presidente Barack Obama ha dicho que la aportación adicional de ayuda estadounidense al país asiático, con potencial nuclear, depende de cómo combata éste el terrorismo.

El atentado en la localidad de Chakwal, a unos 100 kilómetros al sur de la capital, se produce un día después de que un avión no tripulado de EEUU matara a 13 personas, algunas de ellos integristas islámicos, en el noroeste y de que otro suicida acabara con la vida de ocho soldados en Islamabad.

"Hubo una pausa en la ceremonia y algunas personas estaban saliendo y otras entrando cuando de repente un hombre trató de lanzarse corriendo contra la multitud", dijo el testigo Amjad Husain.

"Cuando los guardias trataron de pararle en la puerta, se inmoló", explicó.

El jefe de la policía regional Nasir Jan Durrani dijo que 22 personas habían fallecido y 35 estaban heridas. Durrani añadió que el número de muertos hubiera sido mucho más alto si el suicida hubiese conseguido introducirse entre la multitud.

Taswar Husain, residente de la localidad, dijo que unos 2.000 miembros de la minoría chií estaban reunidos para una ceremonia religiosa en el centro cuando se produjo el atentado.

La violencia insurgente ha aumentado los miedos sobre las perspectivas de Pakistán un año después de que un gobierno civil asumiera el poder tras ocho años de mandato militar.

El presidente Asif Ali Zardari, viudo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto, y el Gobierno de coalición también están teniendo problemas para resucitar una economía sostenida por un préstamo de 7.600 millones de dólares (5.640 millones de euros) del Fondo Monetario Internacional.

Pakistán tiene un largo historial de ataques recíprocos entre extremistas de la mayoría suní y la minoría chií, en los que han muerto miles de personas.