Los afectados por los robos de bebés han pedido hoy al Gobierno que lleve a cabo los cambios normativos pertinentes para que no prescriba el delito de detención ilegal en los casos de sustracción de niños recién nacidos que luego fueron dados en adopción de forma irregular.

Los afectados han hecho esta reclamación durante una concentración que ha tenido lugar hoy frente a los juzgados madrileños de Plaza de Castilla para exigir también que no se archiven las denuncias de los casos de los niños robados.

Según ha manifestado la presidenta de la asociación "Todos los niños robados son también mis niños", Soledad Luque, el delito de detención ilegal que podría imputarse a los implicados prescribe a los 15 años de cumplirse la mayoría de edad del niño, por lo que muchos de los casos quedarían impunes.

Por ello, ha asegurado, la no prescripción constituye el "caballo de batalla" de los afectados, que han mantenido concentraciones similares a la de Madrid en Granada, Valencia, Zaragoza y Palma de Mallorca.

Luque ha asegurado que el Gobierno "puede acometer la modificación legal" necesaria para ello porque el PP "cuenta con la mayoría absoluta" en el Congreso de los Diputados.

"Se puede hacer cualquier modificación que permita que el tráfico de bebés se pueda tipificar como delito que no prescribe", ha señalado Luque, quien busca a su hermano gemelo que fue presuntamente sustraído en la clínica O'Donnell de Madrid en 1965.

Al respecto, ha recordado que el Ejecutivo ha determinado la no prescripción de delitos fiscales y han señalado que sería "terrible" que no se hiciera lo mismo con las "miles de familias que quedaron amputadas" porque se les arrebató un niño.

A su juicio, el censo de posibles casos de niños robados que tiene previsto crear el Gobierno evidencia que este tiene "buenas intenciones", pero ha subrayado que ahora "deben concretarse" en acciones específicas.

La concentración ha sido un punto de encuentro entre diferente víctimas de robos de bebés que han hecho un llamamiento a los padres adoptivos para que cuenten la verdad a sus hijos a fin de que estos inicien la búsqueda de sus verdaderos progenitores.

Entre ellos ha estado Desiré García, ataviada con el lazo amarillo que se ha convertido en el distintivo de los afectados, que busca a su hermano nacido en la clínica de La Milagrosa de Madrid en 1975.

García se ha mostrado esperanzada en que finalmente la justicia no les dará la espalda, aunque ha reconocido que en muchos casos ya no quedan pruebas de los hechos.