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Acuerdo del clima expone fallos en el modelo de la ONU

Reuters

El débil acuerdo sobre el cambio climático al que se llegó el sábado, después de dos semanas de negociaciones que estuvieron al borde del colapso, destaca la vulnerabilidad de un proceso que depende del consenso y que puede marcar una pérdida de influencia de Naciones Unidas.

Las principales negociaciones tuvieron lugar entre cerca de 30 naciones y el mayor avance sólo incluyó a cinco: Estados Unidos, China, Brasil, Sudáfrica e India.

El acuerdo final no es legalmente vinculante y dejó a criterio de los países elegir participar, aunque todos los países menos cuatro o cinco decidirían ser parte del pacto.

Además, dejó a un lado la Convención Sobre el Clima de la ONU.

"No creo que sea el final del papel climático de la ONU sino un nuevo modelo dentro del papel", dijo Jennifer Morgan, directora del programa de clima y energía del Instituto Mundial de Recursos.

Morgan destacó el rol de los jefes de estado, que llegaron para los días finales de la reunión. El presidente Barack Obama fue clave para romper el estancamiento.

"Pienso que esa es la historia de esta conferencia. Los jefes de estado entraron y organizaron un acuerdo un poco independiente del proceso de la ONU. Hay aún muchos roles para que cumpla la UNFCCC (Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático)", consideró Morgan.

El secretariado de cambio climático de la ONU ayudaría a vigilar las medidas en los países en desarrollo para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, uno de los asuntos más espinosos en la conferencia de la ONU, como un ejemplo de su papel futuro, dijo Morgan.

Las decisiones de la ONU tienen que ser tomadas por unanimidad, entre países tan diferentes como Estados Unidos y la diminuta isla del Pacífico de Tuvalu con una población de sólo 12.000 habitantes.

Esa norma amenazó con hacer naufragar la conferencia que se celebró del 7 al 18 de diciembre en Copenhague, porque las naciones en desarrollo insistieron en que cualquier texto fuese revisado en una sesión plenaria de los 193 países presentes.

Fuentes dijeron que los anfitriones daneses fueron renuentes a hacerlo, pues temían que llevara demasiado tiempo que todo el grupo redactara un texto, lo que condujo a días de negociaciones perdidas en un tenso estancamiento.

En la última noche, una reunión plenaria ilustró exactamente ese problema de alcanzar unanimidad en un texto final.

Se requirió la intervención directa del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para rescatar el Acuerdo de Copenhague. Ban medió con países renuentes, incluyendo a Venezuela y Bolivia.

La decisión del sábado apoyó una "meta" para crear un fondo anual de 100.000 millones de dólares en 2020 para ayudar a los países pobres a combatir el calentamiento global, y reconoció la visión científica de la importancia de limitar el calentamiento a 2 grados centígrados.

Sin embargo, no hubo metas de recortes de emisiones y ningún compromiso de que todos los países un día firmarían un tratado sucesor del Protocolo de Kioto.

GRANDES ECONOMIAS

El principal funcionario de la ONU en materia de cambio climático, Yvo de Boer, dijo que era exactamente el trabajo de un proceso multilateral como el de la ONU el de organizar una solución a un problema global.

"Uno puede sostener que sería mucho más efectivo encarar el cambio climático en el Grupo de las 20 naciones de mayores economías (G20)", cuyos miembros abarcan la mayoría de las emisiones de carbono, dijo.

"(Pero) no es correcto desde un punto de vista de la equidad o ambiental" porque eso excluiría a muchos países "que ya están en el frente de los impactos del cambio climático", explicó.

Parte de la razón de ser de la ONU, dijo de Boer, "es asegurar que encaremos los asuntos globales como el cambio climático en forma equitativa, tomando en cuenta las preocupaciones de todos".

La cuenta atrás hacia un acuerdo final el viernes incluyó a 28 naciones, dijeron fuentes a Reuters, entre ellos países desarrollados como Estados Unidos o los de Europa, grandes economías emergentes, como India y China, y pequeños estados islas como Granada y las Maldivas.

El resultado de Copenhague demostró la "debilidad subyacente" del proceso climático de la ONU, dijo Andrew Light, coordinador de política climática internacional del Center for American Progress.

"Debemos comenzar a investigar otras opciones, o como comienzo mínimo usar algunos foros alternativos", dijo, sugiriendo al G-20 como escenario de posibles discusiones sobre el tema.

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