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El aceite de pescado casi no influye en los tics de Tourette: estudio

Reuters

Por Amy Norton

En un pequeño estudio sobreniños con el síndrome de Tourette, los autores hallaron que losácidos grasos omega-3 no ayudaban más que el placebo a reducirla gravedad de los tics, vocalizaciones o movimientos reiteradosque causa el trastorno.

Por otro lado, según publica la revista Pediatrics, losácidos grasos omega-3 disminuyeron las molestias que causan lostics.

Por ahora, el equipo de la doctora Vilma Gabbay, del Centrode Estudios Infantiles de la New York University y del InstitutoNathan S. Kline para la Investigación Psiquiátrica deOrangeburg, en Nueva York, ignora la explicación de estosresultados.

Para Gabbay, es posible que los suplementos modificaran elbienestar de los niños. Existen pruebas, por ejemplo, de que losomega-3 reducen los síntomas de la depresión.

Pero el estudio es pequeño y cuenta con varias limitaciones.La autora sostuvo que se necesitan investigaciones más grandespara determinar si los suplementos con omega-3 tendrían algúnpapel en el manejo del síndrome de Tourette, un trastornoneurológico que afecta al 1 por ciento de la población.

Muchos niños con el síndrome no necesitan un tratamientoespecial. Pero algunos padecen síntomas que interfieren su vidadiaria o tienen otras enfermedades que deben tratarse, como eltrastorno obsesivo compulsivo.

"El problema es que los medicamentos utilizados son muydifíciles de tolerar o, a veces, no dan resultado", explicóGabbay a Reuters Health. Algunos de esos medicamentos sonantidepresivos, anticonvulsivos y antipsicóticos. Sus efectosadversos varían desde el aumento de peso hasta la fatiga o ladepresión.

Los ácidos grasos omega-3 se encuentran principalmente enlos pescados, como el salmón o el atún, como así también en lossuplementos de aceite de pescado.

En el primer ensayo clínico para comparar objetivamente elefecto de los omega-3 con el de un placebo, el equipo de Gabbayle indicó al azar a 33 niños y adolescentes con el síndrome deTourette consumir cápsulas con aceite de pescado o de oliva(placebo).

Según la edad, los participantes tratados con aceite depescado ingirieron 500 o 1.000 mg/día de omega-3.

A las 20 semanas, el equipo observó una reducción de lagravedad de los tics en ambos grupos, sin que la evolución delgrupo tratado con omega-3 fuera superior al del grupo decontrol.

Aun así, más de la mitad de los participantes tratados conaceite de pescado fueron más propensos a mencionar un aumentodel bienestar y una reducción del impacto de los tics en susvidas, comparado con un tercio del grupo de control.

Para Gabbay, es posible que los ácidos grasos omega-3modificaran la forma en que los participantes percibían lostics, aun cuando no disminuyeran su gravedad. Pero indicó: "Noles voy a decir a los padres que los omega-3 son la píldoramágica".

Para eso, consideró que se necesitaría un ensayo clínico másgrande y con otro placebo. Es que el aceite de oliva no es elplacebo ideal porque, según explicó Gabbay, puede influirindirectamente en los niveles orgánicos de omega-3.

Por ahora, les recomendó a los padres prestarle atención ala cantidad de ácidos grasos omega-3 que consumen sus hijos, yaumentar la cantidad de pescado en la dieta.

Las cápsulas de 1 gramo de aceite de pescado para un mescuestan alrededor de 15 dólares. La autora señaló que lossuplementos suelen ser seguros y que con su equipo no identificóen los niños un aumento del riesgo de padecer efectos adversos,comparado con el uso de placebo.

FUENTE: Pediatrics, online 14 de mayo del 2012

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