Las adolescentes de 16 años son las más expuestas al acoso a través de internet, según un estudio hecho público ayer por el Instituto de la Juventud (Injuve). El ciberacoso lo ha sufrido casi un 10% de los usuarios de la red menores de edad. De hecho, el 80% de las consultas recibidas por la Policía y la Guardia Civil en el Plan Contigo de ayuda a estudiantes, elaborado junto a Tuenti, está relacionado con esta amenaza.

El perfil más atacado es el de las adolescentes de 16 años, un colectivo donde el porcentaje de víctimas de ciberacoso llega al 14%. Un agente de la Brigada de investigación tecnológica de la Policía explicó que este fenómeno ha aumentado en el colectivo de 9 a 17 años por el incremento de dispositivos móviles de conexión a internet.

Por su parte, el director general del Injuve, Gabriel Alconchel, ensalzó el valor positivo de internet para los jóvenes. El informe determina que más del 60% utiliza la red para 'hacer amigos' o 'hacer los deberes'. Tan solo un 5% de los consultados entre 10 y 18 años ha utilizado la red para perjudicar a alguien mediante el envío de fotos, vídeos y comentarios, explicó Alconchel. El estudio concluye que los jóvenes se conectan para 'sentirse parte de algo', 'relacionarse sin límites' y 'dar su opinión'.

Por otro lado, un agente especializado en perseguir la pornografía infantil y el acoso sexual a menores advirtió de que a veces los menores de edad que envían un mensaje de auxilio 'no quieren que sus padres se enteren porque pueden quitarles internet'. Un miembro de la Jefatura de la Policía Judicial destacó también que la diferencia entre el acoso que sufren los menores en la calle o en la escuela y el que se da en la red es que este último 'es mucho más cruel' debido a la 'amplia difusión de las burlas'.

Los policías recomendaron a los padres preguntar a sus hijos por las personas con las que se relacionan en internet y a los jóvenes que guarden todos los correos que envíen a los acosadores como prueba de la denuncia. El perfil del acosador suele ser el de un hombre adulto, aunque cada vez se rejuvenecen más los delincuentes, según la experiencia policial.