Vientres de alquiler en India: abstenerse extranjeros
No existe una ley
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NUEVA DELHI.- Jeff y Melissa acaban de acostar a sus gemelos Lucas y Mecy. Su primera hija, Lily, revolotea alrededor de la tableta que nos permite una conversación por Skype. Con cinco años, recuerda cuando fue a India, hace ya 15 meses, a buscar a sus hermanos. Los tres son hijos biológicos, pero los más pequeños fueron gestados en el vientre de otra mujer.
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Esta decisión es la respuesta a una petición del Tribunal Supremo que recogía una iniciativa legislativa popular presentada por la abogada Jayshree Wad. "La imagen que se tiene de India es de ser una fábrica de bebés", decía la abogada en febrero. "Se introduce un elemento comercial, y los doctores, hospitales e instituciones involucradas reciben un beneficio. Esto conlleva a una explotación de las mujeres por ganancias comerciales”, continuaba la petición.
No existe una ley
Y es que, aunque la maternidad subrogada comenzó a permitirse en India en 2002, no existe en el país una ley propiamente dicha. Las clínicas que practiquen estas técnicas deben seguir las directrices diseñadas por el Consejo Indio de Investigaciones Médicas (ICMR, por sus siglas en inglés), según las cuales, las mujeres que accedan a ser madres de alquiler deben tener entre 21 y 35 años, haber concebido al menos un hijo propio y contar con la aprobación de su marido y/o la familia cercana.
¿Explotada yo?
Al entrar en la Clínica Delhi- IVF, lo primero que se ve es una sala de espera llena de gente. Casi no hay ningún sitio libre en los sofás de color blanco colocados en línea, uno tras otro. Fotografías de padres sonrientes con sus bebés en brazos junto a palabras de agradecimiento inundan las paredes. En esta clínica especializada en fecundación in vitro han nacido más de 300 bebés a través de maternidad subrogada en los últimos siete años.
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“¿Por qué se ha de prohibir? No estamos haciendo nada malo”. Dice no sentirse explotada. “¿En qué estoy siendo explotada? Yo gano dinero al hacer esto”
Al ser preguntada sobre qué piensa de la prohibición frunce el ceño: “¿Por qué se ha de prohibir? No estamos haciendo nada malo”. Dice no sentirse explotada. “¿En qué estoy siendo explotada? Yo gano dinero al hacer esto”, explica en la consulta del Dr. Gupta, también presente en la conversación.
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Cambiar dos vidas
Por su experiencia, los canadienses Jeff y Melissa no consideran que se pueda hablar de que existe explotación de las mujeres en los tratamientos de maternidad subrogada. “Asha sabía perfectamente qué estaba haciendo y por qué: para darle una buena educación a su hijo”, cuenta Melissa. La respuesta de la mujer que llevó a los gemelos en su vientre durante 9 meses casa con la de la mayoría de las mujeres encuestadas para el informe de CSR en el que citan la pobreza y la educación para sus hijos como principales razones para convertirse en madres sustitutas.