Maltrato animal Unidos-Podemos pide al Congreso la abolición de las becerradas
El grupo presenta este viernes una PNL que pretende acabar con festejos taurinos populares crueles con los animales.
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MADRID,
El grupo parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea propondrá al Congreso la abolición de las becerradas, los festejos taurinos populares en los que se utilizan toros menores de dos años de edad y que muchas veces consiguen saltarse las normativas sobre maltrato animal gracias a su consideración como Patrimonio Cultural.
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En la proposición no de ley que el grupo presentará en la tarde de este viernes en el Congreso para su debate, se pide, en concreto, que se revise el Reglamento de Espectáculos Taurinos Estatal y otros reglamentos de espectáculos vigentes en algunas comunidades autónomas para modificar la norma y poder prohibir los espectáculos con becerros y becerras, así como suprimir la excepcionalidad de la que en ocasiones se benefician estos festejos al haber sido considerados como Fiesta de Interés Turístico, Espectáculo Tradicional, Espectáculo o Fiesta Tradicional de Interés Turístico Regional, Fiesta Tradicional de Interés Turístico Nacional y Festejo Taurino Tradicional en los reglamentos autonómicos.
La PNL también considera la necesidad de redactar un documento con todos los espectáculos con animales que se celebran y que incumplen los reglamentos taurinos, así como “revisar los criterios de concesión” de cualquiera de las calificaciones mencionadas con anterioridad, así como “la que hizo de la tauromaquia Patrimonio Cultural”.
El texto, al que ha tenido acceso este diario, se hace eco sobre todo de espectáculos tan crueles y polémicos como el Toro de la Vega (declarada Fiesta de Interés Turístico en 1980 y Espectáculo Taurino tradicional en 1999), el Toro de Júbilo en Medinaceli (calificado de Espectáculo Taurino Tradicional de Interés Turístico Regional en 2002), o el Toro de Coria (considerado Fiesta Tradicional de Interés Turístico Nacional desde 2013).
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“Los mecanismos legales creados como herramientas para conservar los elementos de nuestro Patrimonio Cultural y el de nuestros territorios que nos hacen sentir orgullosos como sociedad, no pueden convertirse en la trampa utilizadas para mantener espectáculos tan controvertidos y rechazados, frente a las mayorías que entienden nuestro patrimonio común libre de violencia, parece imponerse las necesidades de un sector cada vez más minoritario del que se nutre económicamente un pequeño grupo selecto de la sociedad”, señala el texto.