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Trabajadoras de la fresa "En España no aceptaríamos las condiciones de selección de las mujeres marroquíes que recogen la fresa"

Pastora Cordero, secretaria de Igualdad de la Federación de Industria de Andalucía de CCOO, afirma que si un empresario publicara en nuestro país los criterios con los que se contrata en origen a estas trabajadoras, habría una revuelta contra él. Sin embargo, aceptamos esas condiciones que convierten a esas trabajadoras en un colectivo vulnerable. 

Pastora Cordero, Secretaria de Igualdad de la Federación de Industria de Andalucía de CCOO

Pastora Cordero lo tiene claro. Ni se puede mirar hacia otro lado, ni negar las evidencias es una forma de solucionar problemas. La contratación en origen y los requisitos que se exigen a las temporeras marroquíes que vienen a recoger el fruto rojo de Huelva son claramente discriminatorias y vulneran los derechos de las mujeres marroquíes. Eso unido a la opacidad sobre las condiciones que reinan en el sector, hacen un cóctel molotov. Su discurso no es nuevo. Ya hace un año, Cordero recopiló en un artículo publicado en la revista Trabajadoras, las violaciones de derechos que sufrían las mujeres que recolectaban los frutos rojos en Huelva, lo que le supuso amplias críticas entre los empresarios y dentro de su propio sindicato. 

Más de un mes después de la publicación de un artículo en una revista alemana que denunciaba las condiciones de explotación y los abusos sexuales, el debate ha cambiado. Se ha pasado de negar la evidencia a comenzar a hablar de medidas de prevención. Para Cordero, esto pasa por repensar desde los cimientos un sistema de contratación basado en la discriminación y la vulneración de derechos de una población ya altamente vulnerable.

¿Cuán generalizados son los abusos a las temporeras de la fresa?

Los abusos sexuales, y no estoy hablando de violaciones, sino de los abusos a las mujeres por ser mujeres, no se dan en cada finca, pero sí son muy frecuentes. Los incumplimientos del convenio son los más habituales, y aunque son diferentes, están relacionados con otros abusos. 

En aquellas empresas donde están organizados sindicalmente y donde tenemos presencia, es más normal que estemos atentos a las condiciones laborales de las trabajadoras y los trabajadores. Pero en aquellas fincas donde ni siquiera podemos entrar, ¿cómo lo hacemos? Porque hay muchas fincas en donde no podemos entrar. Incluso cuando la inspección de trabajo tiene que ir a las explotaciones, lo hacen acompañados de la Guardia Civil. Van por caminos que tienen 40 nudos y al final llegan a una verja donde hay un timbre. Cuando llaman, a veces les contestan y otras no.

Sin embargo los empresarios afirman que tienen muchas inspecciones para detectar irregularidades

Son 800 inspecciones las que puede haber de forma habitual. Inspecciones que van por temas laborales, por incumplimientos del convenio. Pero los inspectores no hablan de acoso sexual con una trabajadora. Porque además si lo detectan, eso es delito y tienen que pasarlo a la fiscalía, eso no pasa por trabajo.

¿Por qué prácticamente sólo se contratan mujeres para recoger el fruto rojo? Los empresarios afirman que son idóneas para el trabajo

Huelva en los últimos años ha tenido mano de obra femenina. Abono perfecto para abusos de todo tipo. En los 60 cuando comienzan los frutos rojos en Huelva, los hombres trabajaban en la mina. Y las únicas que iban a recoger la fresa eran mayoritariamente las mujeres de esos mineros que no tenían trabajo. De ahí que tradicionalmente fueran mujeres las que recolectaban la fresa. Pero, a pesar de lo que afirmen muchos empresarios, genéticamente tanto hombres como mujeres están preparados para coger el fruto.

"Los procesos de selección en origen son totalmente discriminatorios"

¿Que es lo que pasa?. Que si quiero tener a la gente más controlada voy a coger a lo más vulnerable de la sociedad. ¿Y quiénes son? Las mujeres de países que no saben nuestro idioma, que son prácticamente analfabetas, que vienen aquí con muchísimas necesidades … esa gente va a tragar todo lo tragable. Ya de entrada, los procesos de selección en origen son totalmente discriminatorios, porque lo que se busca son mujeres jóvenes, entre 18 y 45 años, con hijos que tengan más de 14 años, que no sean obesas, que no tengan ningún tipo de dificultad… ¿Y por qué las buscan con esas características? Dicen que es para garantizar que vuelven a su país una vez terminada la temporada. Pero no. Es para que tengan mucha necesidad.

Aquí en España no aceptaríamos las condiciones de contratación de las temporeras e iríamos contra la empresa que las publicara. Sin embargo somos consientes de esos criterios y aceptamos que seleccionen a esas mujeres con esas características, que van a ser lo más vulnerable. Las dejan en una finca sin ningún contacto con nadie, la llevan una o dos veces en semana a comprar a la ciudad, y ese es el único contacto que tienen con el mundo real. Están en una finca totalmente aisladas. Una mujer y un hombre son iguales para recoges los frutos de la tierra. Lo único que pasa es que fácil abusar de una mujer.

Las primeras respuestas de empresarios y sindicatos fue decir que los abusos no eran ciertos. Tanto CCOO como UGT firmaron un comunicado con las organizaciones de agricultores en este sentido.

"Los empresarios de Huelva están lanzando la idea de que hay una campaña orquestada internacional, o europea, para dañar el fruto de Huelva"

Porque no quieren decir que es generalizado. Los empresarios de Huelva están lanzando la idea de que hay una campaña orquestada internacional, o europea, para dañar el fruto de Huelva. Yo no creo que esa sea la razón. La fresa de Alemania empieza ahora su recogida (una vez que ha acabado la temporada aquí), así que no puede competir con la de Huelva ni en sabor, ni en calidad, ni en tiempo. Pero claro, algo tenemos que decir. ¿Quién está extendiendo este bulo? ¿Por qué quieren hacernos daño? Si se quiere que Europa no reaccione negativamente al fruto rojo, hay que poner medios para que los abusos no pasen. Y negar la evidencia, no es un remedio. Porque esta es una bomba que va creciendo y en algún momento va a estallar. En el momento en el que ocurra algo más grave y sea imposible callarlo. Ya lo estamos viendo.

Denuncias ha habido, pero es muy difícil continuar con esas denuncias, porque las mujeres antes de que salga un juicio y antes de que se haga una investigación ya se han ido de vuelta a su país.

Desde CCOO, claro que no queremos que el fruto rojo sea dañado, porque Huelva en el agro prácticamente vive de eso. Si sale dañado el fruto va a suponer la pérdida de mucho empleo. Por eso queremos llegar a soluciones y las estamos viendo con una perspectiva de género. Negociando y acordando medidas de mejoras del convenio que mejoren sustancialmente estos problemas, aunque no signifiquen una solución. Porque la solución para un tema de género es poner medidas de igualdad, protocolos frente al acoso y dar formación en igualdad a actores que no los tengan. Eso es lo que hemos acordado en el sindicato en una reciente reunión y cuyas medidas trasladamos a la Junta

¿Cómo se aceptan esos cambios en el convenio? Porque entiendo que el convenio del campo en Huelva acabó en 2017 y aún no hay uno nuevo.

El convenio está paralizado. En tiempos de crisis hemos sido muy prudentes con las exigemcoas de subidas de los convenios. Pero desde hace unos meses estamos diciendo que hay que recuperar el estatus económico de los trabajadores del campo. La subida planteada por la patronal no es suficiente y por eso está parado. El convenio de Huelva es el más precario de Andalucía, sabiendo que ya Andalucía está por debajo de toda España. Se ha parado por temas de subida salarial. Lo que plantea la patronal a nosotros nos parece insuficiente.

He leído que en la negociaciones del convenio, ustedes estarían dispuestos a suavizar las reclamaciones económicas a cambio de incluir la perspectiva de género y la necesidad de protocolos de prevención de abusos sexuales?

No estamos dispuestos a bajar las condiciones económicas, sino a flexibilizar posturas, lo que significa es que no nos vamos a conformar con un convenio que esté muy bajo porque eso es un hándicap para las mujeres temporeras. Lo que queremos es crear un ambiente en el que todos aportemos ideas. Y la de la igualdad es una de ellas. No hemos dicho en ningún momento rebajar las pretensiones económicas, pero si que vamos a flexibilizar posturas todos. A eso es a lo que invitamos a los empresarios, a los patrones.

Entendemos que si en el campo de Huelva, los salarios fueran más altos de 40 euros por jornada, que es el máximo que se paga ahora, los autóctonos querrían estar trabajando allí. Y el problema que tienen las mujeres marroquíes no existiría como tal. Yo me hago la pregunta de por qué sigue habiendo 20.000 cartillas agrarias en Huelva y se traen contingentes de 15.000 o 17.000 mujeres de Marruecos para la temporada. Porque las personas autóctonas no quieren trabajar con ese convenio.

¿Qué se tiene que hacer para incluir la perspectiva de género en el convenio del campo?

Lo primero es conseguir un protocolo de referencia contra el acoso en el propio convenio. Esto significa que si la empresa no tiene protocolo propio sobre cómo actuar en casos de acoso, adopte el del convenio del campo si se detecta algún caso de acoso. Lo segundo es incluir medidas para fomentar la igualdad en las empresas, incluyendo formación a todas aquellas personas que tienen un grupo de trabajo bajo su mando. Si tu sabes qué eso es acoso, no lo vas a permitirlo. Ya no se trata sólo de un tema moral, sino también porque le estás haciendo daño a la empresa. Pero no pueden aplicar algo que no se conoce. Hay mucho hombres, manijeros, capataces, que no conocen qué es acoso. “Esto no es una violación porque no la he tocado”, te dicen, pero le puede estar diciendo a la muejer, “calla guarra que te voy a mandar a tu país, coge más fresas”… y se lo dicen por que es una mujer.

Se necesita, sobre todo formación con perspectiva de género. Y potenciar una figura que hemos ensalzado mucho desde los sindicatos, que es la persona mediadora intercultural, que sepa idiomas y que tenga perspectiva de género. Pero lo que no sirve es tener, como ahora, dos mediadores para toda la provincia de Huelva que tiene 70.000 personas trabajando. Eso es claramente insuficiente. ¿A cuántas personas pueden llegar a atender?

¿Existen protocolos de prevención de violencias o abusos?

No. Ninguno de referencia. Es un tema bien complejo, porque nosotros somos incapaces de saber cuántas mujeres hay trabajando en cada finca. En el agro, las altas se dan después de producirse. No es como en una empresa en la que te dan de alta antes de que empieces a trabajar. Las peonadas se dan de alta en la seguridad social después de que se producen. Y pude ser que a una persona se la dé de alta cuando ya no esté trabajando ahí. Somos incapaces de saber cuando viene el contingente, para qué empresas vienen y qué volumen de trabajadores van a cada empresa. Ni siquiera eso.

Hay mujeres que repiten varios años para la misma época. Para nosotros eso es un fijo discontinuo. ¿Por qué se les está dando un tratamiento distinto que en otro ámbito? Hay muchas irregularidades. Yo entiendo que en una zona donde se esté pagando más puede haber problemas cuando se junta mucha mano de obra de mujeres. Pasa también en la industria y son industrias españolas con trabajadoras nacionales. Pero esos sí que son casos puntuales. ¿Aquí qué hemos oído en tres meses de campaña? No podemos decir que sean generalizados, ni que se den en todas las explotaciones, ni que todos los patronos son abusadores. No. Pero haberlos, haylos y son más habituales de lo que se quiere reconocer. Tenemos que conseguir tolerancia cero ante los abusos.

¿Cómo mejorar la contratación de estas jornaleras en origen?

Lo que decimos es que hay que controlar más a las personas que vienen. Es decir, no todos los números nos valen. Hay que quitar esos criterios tan discriminatorios de contratación en origen y hay que pensar que tal vez no hace falta que vengan 17.000 mujeres. Es más fácil controlar a 5.000 que a 17.000. Si trabajan en el campo de Huelva más personas autóctonas, ese contingente que viene de África será menor y el problema también será menor. Pero el sistema podría ser bueno tanto para los nacionales, como para las personas que vienen de Marruecos, que podrían beneficiarse. Pero con condiciones dignas de trabajo y hacia la persona. Sino es una mera explotación. Las soluciones no vienen por parte del Gobierno nada más. Tienen que estar involucrados los empresario, los sindicatos, las administraciones y las ONG.

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