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Tercera ola Expertos rechazan el confinamiento domiciliario en toda España pero piden medidas más severas a las comunidades

La gravedad de la tercera ola lleva a las comunidades a tomar más medidas pero hay regiones con situaciones extremas que no han aplicado restricciones claves como el cierre de la hostelería. El teletrabajo y políticas más concretas que tengan en cuenta las Ciencias Sociales o las desigualdades son tareas pendientes en todo el país.

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Una mujer y un niño caminan por una calle nevada en Ciudad Real. — EFE

madrid, Actualizado:

La situación epidemiológica se agrava cada día. Los contagios se han disparado y las comunidades autónomas están endureciendo sus medidas. El reto de todas las Administraciones vuelve a ser doblegar la curva, pero el riesgo ya es extremo. Los expertos piden más medidas y todo apunta a que la mayoría de las regiones tendrán que paralizar la actividad económica no esencial durante varias semanas. Estas restricciones se tienen que aplicar de forma urgente. "El virus va más rápido que los políticos. La situación es muy grave y no hemos llegado al pico de la tercera ola", lamenta el epidemiólogo Joan Caylà.

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Las nuevas restricciones y la campaña de vacunación han sido los principales temas tratados en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado este miércoles. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha lamentado en rueda de prensa que la incidencia en toda España ha ascendido a 492 en los últimos 14 días y que la presión hospitalaria siga creciendo. "Todos los consejeros han manifestado su preocupación", ha reconocido. En la reunión no se han acordado nuevas medidas y, según ha explicado el ministro, el plan es aplicar las medidas que ya llevaron a cabo las comunidades en la segunda ola y que tuvieron efecto para frenar la expansión del virus.

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Comunidades autónomas como Castilla y León han vuelto a pedir al Gobierno central el confinamiento domiciliario. Hay expertos que también piden esta medida generalizada para todo el país. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad por ahora lo descarta. Y varios epidemiólogos consultados por Público también: pese a la gravedad de la situación, las comunidades aún tienen margen para tomar medidas más estrictas y ajustables para cada situación.

Pedro Gullón, epidemiólogo y miembro de la Sociedad Española de Epidemiología, explica que esta ola no está siendo tan "desigual" respecto a las comunidades autónomas como la segunda ya que el crecimiento es generalizado. Señala que aún no hay "reglas mínimas" y que podría ser oportuno que el Consejo Interterritorial llegara a una base a partir del documento que ya estableció un semáforo de riesgos. "Antes de llegar al confinamiento domiciliario, donde el balance riesgo-beneficio es muy peligroso, hay medidas como el cierre de la hostelería o gimnasios, e incluso el cierre de toda actividad económica esencial, que se han demostrado muy efectivas en la segunda ola. Asturias es un ejemplo porque consiguió bajar en la segunda ola muy rápido. Ahora hay que aprender a no relajar rápido y mantener las medidas durante más tiempo", explica a este medio.

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"En estos niveles máximos, el cierre de toda actividad económica no esencial es lo único que empezaría a controlar"

Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), coincide con Gullón al descartar el confinamiento domiciliario por los efectos "mentales y físicos" y crear "desigualdad" en la población por las condiciones de vivienda tan diferentes. Caylà tampoco cree necesario un confinamiento domiciliario en toda España, pero sí destaca que se podría llegar a un confinamiento similar al de marzo en las comunidades más afectadas como Extremadura que lleva días con una incidencia superior a los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

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María Sandín Vázquez, profesora e investigadora de Salud Pública y Promoción de Salud de la Universidad de Alcalá, valora que es el momento de que los Gobiernos autonómicos "paralicen la actividad económica no esencial". "En estos niveles máximos, creo que es lo único que empezaría a controlar un poco la situación. O eso o volver al confinamiento", señala a este medio.

Las diferencias entre un confinamiento domiciliario y el cierre de toda actividad económica no esencial realmente no son muchas. Como apunta Gullón, algunos países europeos han anunciado confinamientos que permiten paseos e incluso reuniones en el exterior. Una situación que sería parecida a la de muchas comunidades autónomas durante la segunda ola e incluso al confinamiento decretado ahora en Portugal ya que se permiten paseos y deporte al aire libre. "Las diferencias son el teletrabajo y los paseos", concreta Caylà. "El confinamiento no añadiría mucho más si ya hay un cierre de las actividades de alto riesgo, toques de queda y teletrabajo", añade Hernández.

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De hecho, hay varias formas de aplicar un confinamiento. En marzo España decretó uno de los más duros de toda Europa, pero si se llegara al punto de que fuera necesario podría ser igual que si básicamente sólo se cierra la actividad no esencial: por zonas, con paseos permitidos y colegios abiertos.

Teletrabajo, más rastreo y Ciencias Sociales

Los expertos coinciden en que las comunidades aún tienen que tomar más restricciones y que las Administraciones pueden incorporar nuevas medidas. Gullón destaca el teletrabajo, una medida que España no ha incorporado en sus planes y que es "básico". Caylá coincide: "Evita desplazamientos y contactos", dos claves para frenar la expansión del virus.

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Por otra parte, Hernández recuerda que hay que reforzar los servicios de Salud Pública y el sistema de rastreo: "Es una de las inercias más tristes y preocupantes: no se habla de Salud Pública. El imaginario colectivo se centra en el tratamiento y en los hospitales, pero no estamos haciendo prevención". Esta es una reclamación constante de los expertos porque la falta de rastreados impide que se corten las cadenas de transmisión y se localicen los focos de contagios. Según el último informe epidemiológico del Ministerio de Sanidad, se desconoce el ámbito de exposición del 41% de los contagios detectados.

"No se han incorporado las Ciencias Sociales y podrían aportar mucho al diseño de las políticas"

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Por otro lado, el antropólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Alberto Corsín Jiménez pide que se empiecen a tener en cuenta las Ciencias Sociales en las políticas que se realizan para intentar frenar la pandemia. Según explica el experto a Público, se podrían hacer medidas más concretas gracias a esto. Por ejemplo, se podría haber estudiado el comportamiento de las personas respecto al uso de las mascarillas. "Conocer en qué circunstancias se utilizan y cómo impulsar su uso o durante cuánto tiempo se utilizan y cómo se guardan. Si se detecta que no se guardan bien, se podría hacer una política concreta sobre esto y repartir fundas. Hay que conocer el detalle fino porque las apuestas políticas son muy grandes", explica.

En este sentido, lamenta que no se haya entendido todo lo social que rodea a la emergencia: "En algunos ámbitos se habla de sindemia más que de pandemia porque es un problema social. Estas dimensiones no se han incorporado al diseño de las políticas y realmente podrían aportar mucho".

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Sandín Vázquez también recuerda los problemas derivados de las desigualdades sociales que generan muchas dificultades en la población para cumplir con las medidas de las Administraciones. Complicaciones que habría que resolver como la "falta de apoyo a nivel laboral y de conciliación para hacer bien las cuarentenas porque hay gente que tenía que ir a trabajar sí o sí o las condiciones de vida de muchas familias que no se podían aislar".

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