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La publicidad machista alienta las agresiones sexuales en los sanfermines

Medios extranjeros y agencias de viajes la publicitan como "la fiesta en la que puedes beber, bailar y besar a quien quieras”. Los agresores se escudan en el alcohol, en las aglomeraciones y en el grupo para atacar a las mujeres con impunidad

Imagen de una de las manifestaciones celebradas tras la violación conjunta de cinco hombres contra una mujer

ÁNGELA VICENTE

MADRID.- Cuatro denuncias por violación, una que se quedó en intento y diez por tocamientos. En total 15 detenidos. Esas son las cifras más llamativas de San Fermín 2016. Los encierros, heridos, o festejos han dejado paso a las agresiones sexuales, que ocupan las páginas de los medios de comunicación y llenan Pamplona de manifestaciones. 

Pero no nos engañemos, esta no es una situación única de los Sanfermines ya que, en España, una mujer es violada cada ocho horas -1.127 durante el pasado año-, según datos del Ministerio del Interior. Sin embargo, cada vez que se mezcla alcohol, aglomeraciones y fiesta la situación empeora. 

Así lo expresa Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno para violencia de género, que explica que “lo importante es ser consciente de que esto también sucede en discotecas u otros ambientes”. El único factor que diferencia a los Sanfermines es la aglomeración de gente en un espacio reducido y la publicidad de medios y agencias que venden los Sanfermines como un espacio de sexo fácil.

Las oportunidades para las agresiones en este festejo son mucho mayores, explican los expertos. “El hecho de estar en un sitio más estrecho, relacionarse con un chico, bailar, reírse en un ambiente veraniego que ya de por sí se considera, muy erróneamente, como provocación, ayuda a que se creen estas situaciones” apunta Lorente, y a que el agresor pueda librarse de la responsabilidad.

Además de la situación, el alcohol, que el ataque sea en grupo y la publicidad que hipersexualiza el cuerpo de la mujer y las muestra semi desnudas,

San Fermín: puedes bailar, beber y besar a quien quieras

Las imágenes de chicas desnudas que venden las agencias "culpabilizan" a la mujer por mostrar una imagen tentadora

Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, el problema nace mucho antes del chupinazo. Incluso los medios internacionales se hacen eco y publicitan imágenes que, según los responsables políticos, lanzan un discurso erróneo “que se debe combatir”. Ana Ollo, portavoz del gobierno de Navarra denunciaba hace unos días que una empresa turística vendía Pamplona “como la ciudad en la que puedes beber, bailar y besar a quien quieras”.

Todo esto secundado por imágenes de chicas a hombros de chicos semi desnudas y rociadas con alcohol, mientras varios hombres les tocan los pechos sin que ellas puedan evitarlo. Para Lorente es una “lamentable estrategia publicitaria” que muestra Pamplona “como garantía de sexo y fiesta, todo unido”, por lo que todo parece estar justificado.

Estas imágenes juegan con los estereotipos “que culpabilizan a la mujer por la imagen tentadora, por la ropa y por la relación con los chicos” explica Lorente. Las fotos pueden declararse como “elementos justificativos” para que los chicos lo vean como algo corriente en las fiestas de San Fermín.

El mensaje "no es no" no sirve porque cuanto más se oponga la víctima, más atractivo será para el violador.

El lema escogido por los responsables este año ya preveía esta situación: “Por unas fiestas libres de agresiones sexuales”, reza el eslogan para evitar que ocurriera lo que ya pasó años antes -tres denuncias de violaciones en los sanfermines de 2011 y el asesinato de la joven enfermera Nagore Lafagge en las fiestas de 2008-.

Dada la poca eficacia de la campaña, la ciudad de Pamplona ha seguido intentando contrarrestar toda esa publicidad con más mensajes que, para Laura Nuño, catedrática en Violencia de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, son erráticos. “Van dirigidos a la víctima cuando hay que dirigirlos a los agresores para que entiendan que es un delito”, explica.

En los últimos días en la ciudad se han visto manifestaciones en contra de las agresiones con folletos que rezaban “No es no”. Para Lorente el mensaje es claro, pero debe ser más contundente: “hay que decir que no pueden tocarla, obligarla…”. Para Laura Nuño no es suficiente. “Un violador, cuando viola, sabe lo que está haciendo” comienza explicando la catedrática, “pero siempre le va a resultar más atractivo si lo hace contra la voluntad de la chica”.

Por tanto, los mensajes, según ambos expertos, hay que dirigirlos a los agresores para que entiendan que lo que hacen es un delito, no que no debe hacerse porque la mujer no quiera, “las campañas en ese aspecto enfocan mal el problema” lamenta Laura Nuño.

El alcohol nunca es un atenuante

Existen dos aspectos más, que según los expertos, diluyen la responsabilidad de estos ataques: el alcohol y la actuación en grupo.

En las mujeres, tomar alcohol se ve como “una forma de relajarse en su responsabilidad y tiene carga de provocación. Una conclusión totalmente artificial defendida por el machismo” denuncia Lorente. En los hombres –continúa- se ve como la justificación de esa irresponsabilidad.

"El alcohol responsabiliza a la víctima y libera al agresor"

Durante estos días se han escuchado comentarios o justificaciones que afirmaban que el alcohol podía estar detrás de tantas agresiones. Diarios como el inglés DailyMail o el alemán Frankfurter Allgemeine Zetung se preguntaban días atrás si el vino podría ser el responsable no solo de la fama de la fiesta, sino también de las agresiones. El medio inglés titulaba su artículo “¿Demasiadas sangrías?” acompañado de una foto con una mujer a la que varios hombres tocaban los pechos. El alemán, aseguraba que la fama de estos encierros se debe “al sexo y al acohol”.

Los expertos consultados por ese medio determinan que el alcohol nunca debería ser un atenuante porque “es muy difícil que tengas conciencia para buscar el lugar, para procurar que no haya nadie, para todo, salvo para llevar a cabo una agresión sexual” opina Lorente. Aun así, la sociedad “responsabiliza a ella y lo libera a él”, denuncia.

Laura Nuño opina que ser un agresor sexual es algo que está en “el código de barras”, no va a despertar “instintos que el agresor no tiene de antes”. “Yo me tomo dos copas y no me da por ir violando” explica la profesora. Sin embargo, en el caso de las mujeres, “las ven más indefensas y esa indefensión resulta atractiva” lo que resta responsabilidad al agresor.

Un 10% de las violaciones son múltiples

Como ocurrió en Colonia (Alemania) hace unos meses, las agresiones sexuales fueron múltiples, es decir, varios hombres agrediendo sexualmente a la vez a una mujer. El primer día de los festejos de San Fermín, se conoció que cinco hombres acorralaron y violaron a una misma mujer. Los expertos opinan que es una forma de “diluir la responsabilidad”.

De las 3,7 millones de agresiones sexuales que se producen en Europa cada año, un 5% son violaciones. De ese cinco, un 10% son múltiples, según datos de la Agencia de Derechos Humanos de la Unión Europea, “por lo que no es tan raro”, determina el exdelegado del Gobierno.

“Lo entienden como un acto de virilidad” dice Nuño. “Se retan entre ellos y eso disminuye la salvajada del hecho porque todos lo han hecho”, explica. Lorente afirma que les sirve a los agresores para justificarlo “como una conducta grupal más que como una decisión propia” y ejemplifica diciendo que “si pasas por delante de una obra y hay tres trabajadores te dirán algún piropo, pero si solo hay una persona no dirá nada”. “Es una conducta que se ve como muy de hombres”, concluye.

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