La sexta ola de la covid golpea una atención primaria en Catalunya agotada: "Si esto dura mucho, no sé si aguantaremos"
La explosión de contagios recae en una primaria tensionada desde el inicio de la pandemia en el intento de mantener también la actividad no Covid. Los profesionales reclaman claridad a las autoridades sanitarias y quitar las tareas burocráticas de su día a día, como la gestión de las bajas o el certificado Covid, y apuntan si, de confirmarse la menor gravedad de ómicron, no tocaría hacer "un cambio de paradigma" para volver a la actividad de antes.
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barcelona, Actualizado:
En el CASAP Can Bou, en Castelldefels (Barcelona), llevan 127 visitas en un día cualquiera de la sexta ola. Es lo que en una situación normal harían en dos días, y sólo son las cuatro de la tarde. "Si esto dura mucho, no sé si aguantaremos", explica Alba Brugués, presidenta de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Catalunya (AIFiCC) y enfermera en este centro.
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"No hay una apuesta para hacer que realmente la atención primaria tenga la fuerza que debe tener"
La atención primaria ha actuado como dique de contención de la pandemia desde sus inicios, y la sexta ola la ha enganchado, una vez más, sin el refuerzo necesario en materia de recursos y personal, muy agotado después de prácticamente dos años de atención al Covid y al resto de actividad. "No sentimos que haya una apuesta para hacer que realmente la atención primaria tenga la fuerza que debe tener", afirma Meritxell Sánchez-Amat, médica de familia y presidenta del Fórum Catalán de Atención Primaria (FoCAP).
La semana pasada se aprobaron los presupuestos de la Generalitat para 2022, que destinan un 17% de la inversión en salud a la atención primaria. Se trata de una cifra todavía insuficiente frente al 25% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). "No se está haciendo una apuesta clara y decidida por la atención primaria, no se considera realmente el eje del sistema sanitario", añade Sánchez-Amat. Aunque ha habido un incremento del presupuesto total, los profesionales no saben dónde se destinará concretamente y recelan sobre su impacto real.
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Entre olas se ha hecho un esfuerzo importante para recuperar la actividad no Covid atrasada
Mientras, en el día a día, la primaria afronta de nuevo una explosión de casos de Covid mientras intenta hacer equilibrios para mantener la atención también a otras patologías. En el CASAP Can Bou están realizando tres veces más visitas espontáneas de lo habitual, y Brugués explica que han tenido que "desprogramar y reorientar" la demanda. Afortunadamente, tanto ella como Sánchez-Amat sostienen que los casos de Covid que están visitando son mayoritariamente leves gracias a la vacuna y, seguramente, a la menor gravedad de la nueva variante ómicron. "Antes veíamos muchas neumonías y ahora no", señala la enfermera.
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Sin embargo, el gran número de casos ha hecho que tengan que posponer la actividad que no es urgente, lo que impacta otra vez en los enfermos crónicos y otras patologías en general. Sánchez-Amat apunta, sin embargo, que en épocas de vacaciones ya era habitual no hacer tanto seguimiento de estos casos: "El trabajo importante se ha seguido haciendo. El Covid nos está sacando tiempo para hacerlo pero no se está dejando de hacer", remarca.
Desde el inicio de la pandemia se han visto retrasos en los primeros diagnósticos y también falta de atención a las patologías crónicas, pero los profesionales consultados destacan que se ha realizado "un esfuerzo importantísimo" para recuperar la actividad habitual entre olas. "Esto comporta un sobrevolumen de trabajo y un estrés importante", dice Jordi Mestres, médico de familia y vicepresidente de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC). Aunque no se está dejando de atender, sí que en cierto modo se está blindando la accesibilidad de la ciudadanía a la consulta y esto, según el médico, es problemático porque implica que sólo se puedan atender aquellos casos considerados más graves y la ciudadanía no tiene porqué saber distinguirlos.
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El personal sanitario, al límite
Esta sobrecarga de trabajo sostenida en el tiempo durante la pandemia ha hecho que el personal de la atención primaria afronte la sexta ola "agotado". El malestar emocional, las peticiones de atención psicológica y las bajas han aumentado entre los profesionales sanitarios, que ya sufrían antes de la pandemia una falta de personal crónica. "Hay mucha gente de baja porque no puede más", afirma Brugués. Mestres apunta que antes del Covid ya había malestar por el trabajo que no se podía hacer, y dice que se trata de un "problema creciente".
"Los recortes de la crisis [de 2008] han llevado a una debilitación del sistema sanitario"
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En septiembre de 2020, el Departament de Salut anunciaba un Plan de Fortalecimiento y Transformación de la Atención Primaria que pretendía destinar 300 millones en tres años (2020-2022), pero de los que en el primer año, según el FOCAP, sólo llegaron 10. Además, se trata de una cifra insuficiente para hacer frente a las necesidades reales, según Sánchez-Amat. Jordi Mestres añade que "todo es bienvenido", pero que este plan, además de insuficiente, era "de contingencia" por el Covid y no realmente de fortalecimiento.
"La atención primaria ya estaba muy descapitalizada antes del Covid. Hemos llegado hasta aquí porque los recortes de la crisis han llevado a una debilitación del sistema sanitario", afirma Mestres. Actualmente, Catalunya tiene 7,5 médicos de familia por 10.000 habitantes, cifra inferior a la media europea, que alcanza los 9,5. Faltan entre 1.000 y 1.200 médicos, según CAMFiC. "Los médicos estaban pero se han ido, y en enfermeras, más de lo mismo", lamenta Mestres.
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Denuncian la persistencia de un sesgo hospitalocéntrico que supone un agravio para la primaria
Las condiciones laborales precarias no contribuyen a retener a unos profesionales que con la pandemia se han demostrado más necesarios que nunca. "Hay pocos refuerzos, porque no encuentras. Hay un déficit de enfermeras, estamos sufriendo ahora lo que no se hizo cuatro o seis años atrás. Las que han podido se han jubilado y no ha habido renovación suficiente", dice Brugués.
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Según la FOCAP, en los hospitales sí se ha fidelizado a la enfermería con contratos de dos años, pero en la atención primaria siguen siendo de entre tres y seis meses. "La inversión que se ha hecho en la primaria ha sido insuficiente. En el nivel hospitalario ha sido mucho más alta, siempre hay ese agravio que con los años es cada vez mayor", lamenta Sánchez-Amat.
Falta de inversión estructural
Aunque en estos dos últimos años hemos aprendido mucho sobre la importancia de la primaria y la salud pública -las dos claves para atender la pandemia y al mismo tiempo las "cenicientas" del sistema, según Mestres-, no se ha reforzado. ¿Por qué? Sánchez-Amat señala que la inversión en primaria "no es espectacular" en el sentido de que no es visible de un vistazo, puesto que va destinada a personal y a los espacios. "Brilla poco" en comparación con las inversiones de última tecnología destinadas a algunos hospitales, por ejemplo. Además, se ha construido un imaginario colectivo que, precisamente, da mucha más centralidad a los hospitales. Esta "falta de conocimiento y reconocimiento" social acaba influyendo en que los políticos apuesten menos por invertir en la primaria.
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Además, "las estructuras hospitalarias están más cerca de los que toman decisiones" y esto facilita la captación de recursos. "La atención primaria no brilla, no atrae y no interesamos", resume Sánchez-Amat.
En medio de todo esto, la ciudadanía tiene la sensación de que los Centros de Atención Primaria (CAP) están cada vez más colapsados, pero los profesionales defienden su labor al frente de los centros y piden paciencia y confianza. "Estamos ahí y estamos trabajando más que antes, pero la relación con la ciudadanía se está rompiendo", lamenta Mestres. El médico de familia apunta que es necesaria una apuesta política por el modelo de sanidad pública, ya que ante estas situaciones, aumentan las desigualdades entre la gente que decide pagarse una mutua y la que no puede hacerlo. "Sabemos que la situación es complicada pero lo que debemos hacer es pedir que se pongan recursos para que la atención sea mejor, no perder la confianza", apunta Sánchez-Amat.
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En medio de esta situación de desorientación, Brugués pone en valor el buen funcionamiento que ha tenido la campaña de vacunación, liderada por la primaria y que sigue a toda velocidad con la administración de las dosis de recuerdo.
Reclamaciones: más claridad y menos burocracia
Desde la semana pasada hay en vigor nuevas restricciones en Catalunya y también hubo un intento, finalmente fallido, de cambiar los protocolos sobre los aislamientos de los contactos estrechos. Los profesionales de la primaria critican la "improvisación" y los cambios mal comunicados que al final, hacen que los usuarios acaben volcando el malestar en ellos. "Solo debe improvisarse cuando sea una urgencia. Después de dos años, no toca", apunta Mestres.
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La gente está "crispada, agotada" y acaba expresándolo en los CAP, en los mostradores y en la consulta, con visitas que ahora se alargan mucho más porque los usuarios a veces necesitan, simplemente, hablar. "Debemos entenderlo todo, pero no sé quién nos entiende a nosotros", lamenta Brugués.
La gente está "crispada, agotada" y termina volcándolo en los CAP
Más allá de las visitas y la labor clínica en sí, los CAP son los encargados de tramitar las bajas y realizar multitud de tareas burocráticas que aún les sobrecargan más y no aportan valor sanitario. Quitar la burocracia de los CAP es una reclamación compartida que, aseguran, facilitaría mucho su día a día. "El CAP se ha convertido en un 'sirve para todo', desde sacar el certificado Covid, sacar cita por la vacunación, tramitar las bajas… Diferenciar todo esto y que no se nos escape nada es complejo", dice Brugués.
Sánchez-Amat apunta a que en países como Reino Unido llevan años implementando sistemas de bajas autojustificadas, en el que por un periodo corto de tiempo no es necesario tramitarla por la seguridad social. Esto permitiría que si una persona da positivo en un test de antígenos de farmacia, no tenga que ir al CAP a que lo confirmen y le tramiten la baja, con lo que reduciría mucho el trabajo de los profesionales. "Esto es una decisión del Gobierno y debería poder hacerse", afirma.
Más allá de todo esto, la médica se pregunta si esta ola comportará "un cambio de paradigma". La sintomatología más leve y la alta tasa de vacunación hace que quizá se empiece a vislumbrar el final de estos altibajos en las restricciones, por ejemplo. "La capacidad de producir enfermedad grave está bajando y eso debe hacer que dejemos de buscar infecciones para buscar la enfermedad", dice. Esto supondría un cambio radical en el trabajo de los CAP, muy centrados ahora en la atención y detección de casos, en su mayoría, leves. "Después de casi dos años, la atención primaria debe seguir haciendo su trabajo. No somos una unidad especializada sólo en Covid", concluye.