Seis de cada diez personas en el mundo viven en un país que ha levantado muros
Un informe coeditado por el Centro Delàs de Estudios por la Paz señala que actualmente existen 63 barreras físicas amuralladas en 43 países. La inmigración y el terrorismo son los motivos esgrimidos en la mayoría de casos.
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bilbao,
Vidas separadas. Historias que transcurren a un lado y a otro de barreras levantadas por los Gobiernos de antes y de ahora. Fronteras de varios metros de altura edificadas bajo el argumento de la inmigración o el terrorismo. Según datos de un informe presentado por el Centro Delàs de Estudios por la Paz, actualmente hay 63 muros en 43 países, lo que a su vez constituye una fuente de ingresos para empresas relacionadas con el mundo militar y de la seguridad.
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El documento "Mundo Amurallado. Hacia el apartheid global", coeditado por el Centro Delàs junto a Transnational Institute, Stop Wapenhandel –ambas de Holanda– y la organización palestina Stop The Wall incluye un detallado relato sobre las políticas de los Estados que han apostado por este tipo de herramientas para blindar sus fronteras.
El estudio describe lo ocurrido principalmente tras la caída del Muro de Berlín, símbolo de la separación en el corazón de Europa que cayó en 1989. "Es realmente contundente que 30 años después nos encontremos en un mundo
con más muros que nunca". Ainhoa Ruiz, investigadora del Centro Delàs y coautora del informe, subraya precisamente que "desde 1968 hasta la caída de el muro de Berlín en 1989 se construyeron seis muros nuevos, mientras que a partir de ese año se levantaron otros 57".
En cuanto a las "regiones con países que más han impulsado la política de construcción de muros fronterizos", subraya que Asia acumula el 56%, seguida por Europa con un 26%. "Con un porcentaje menor viene África con un 16%, mientras que América sólo presenta un muro, el construido por Estados Unidos en la frontera con México, representando el 1% restante", indica. En ese contexto, señala que 4.679 millones de personas en el mundo (el 60,98%) "viven en un país que ha construido muros en sus fronteras".
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A día de hoy, Israel es el país "con el mayor número de muros (seis), seguido de Marruecos, Irán e India (tres), y Sudáfrica, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Turquía, Turkmenistán, Kazajstán, Hungría y Lituania (dos)". Se apunta también que "India ha construido tres muros fronterizos de 6.540 kilómetros de largo, lo que significa que el 43 por ciento de sus fronteras están amuralladas".
El Sahara Occidental, actualmente en el foco informativo, también aparece en este informe. Allí se destaca que el territorio saharaui "tiene un muro construido por las fuerzas de ocupación marroquíes considerado 'la barrera militar funcional más grande del mundo', de 2.720 km de largo rodeado por nueve millones de minas terrestres, lo que lo convierte en uno de los países más minados del mundo".
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"No deja de sorprender que la entrada en un mundo globalizado haya traído más muros que nunca en la historia de la humanidad"
El estudio subraya que "por motivos migratorios se han construido un total de 38 muros de 1968 a 2018", mientras que otros 22 fueron levantados por "razones de terrorismo". "Los datos muestran, que el mundo ha avanzado hacia una política de muros para frenar problemáticas de diversa índole. No deja de sorprender, sobre todo, que la entrada en un mundo globalizado haya traído más muros que nunca en la historia de la humanidad, este hecho despierta múltiples interrogantes sobre el valor, significado y funciones que tienen los muros para las sociedades contemporáneas", apunta el documento. Para Ruiz, todo esto encierra "una narrativa securitaria, según la cual las migraciones se entienden como una amenaza".
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Las vallas españolas
En sus páginas también se refleja la situación en Ceuta y Melilla. "La valla de Melilla comienza a levantarse en 1996, su altura aumentó a 6 metros tras la denominada 'Crisis de la Valla' de 2005, en un intento de atravesar las vallas de Ceuta y Melilla por parte de cientos de personas migradas, momento en que murieron cinco personas tiroteadas por la Guardia Civil", describe.
Tras destacar que "en 2007 se añade a las dos vallas ya existentes en Melilla la denominada sirga tridimensional, un tipo de cable metálico trenzado colocado entre la vallas externa e interna que actúa como una trampa que impide la movilidad de la persona que cae en ella", remarca que "uno de los elementos más polémicos de las vallas han sido las concertinas (alambre con cuchillas), que en 2007 se retiraron sólo parcialmente, para después volverlas a instalar en su totalidad". En tal sentido, precisa que "en enero de 2020 comenzó su desinstalación, aunque en el lado marroquí precisamente se está procediendo a su instalación".
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Los autores del estudio remarcan que "no se ha esclarecido qué empresas estuvieron involucradas en las etapas iniciales de la construcción de la valla en Ceuta y Melilla", al tiempo que indican que "en 2005 y 2006 se le otorgaron dos contratos a la empresa española de tecnologías de la información y consultora Indra por valor de 21 millones de dólares para construir vallas adicionales en Melilla". Señala además que Ferrovial y Dragados fueron los principales contratistas para la construcción y reparación de las vallas de Ceuta".
Destaca además que "a principios del 2019 el Gobierno español contrató a la empresa armamentista ISDEFE para llevar a cabo un estudio preliminar para modernizar la seguridad fronteriza en Ceuta y Melilla, resultando en un plan de 17,9 millones de euros para cambiar de nuevo la infraestructura fronteriza en ambas ciudades".
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Beneficios económicos
Precisamente, el informe subraya que "mientras que los muros y las vallas a menudo están construidos por empresas de construcción locales, a veces incluso por las propias fuerzas militares o de seguridad, todo el equipo de acompañamiento, tecnologías y servicios proporcionan una larga lista de oportunidades de beneficios para la industria".
No en vano, remarca que "la industria militar y de seguridad es una de las fuerzas impulsoras de la militarización de las fronteras, incluida la construcción de muros y vallas". "Para ello, ha impulsado una narrativa en la que la migración y otros desafíos políticos y/o humanitarios en la frontera son tratados principalmente como un problema de seguridad, para el cual la construcción de muros y vallas, junto con el uso de equipos militares y de seguridad, es presentada como la solución", agrega.