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Rocío Carrasco Telecinco, un monstruo de dos cabezas que ensalza y condena el machismo

La cadena emite una opinión y la contraria, una visión y su opuesta. 

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Fotograma de 'La isla de las tentaciones', de Telecinco.

madrid, Actualizado:

Las Mama Chicho, ejemplo de cosificación femenina, contoneándose con sus disfraces de vedette en busca de un extra de audiencia; Rocío Carrasco contando frente a una cámara que su marido le pegaba y 3,6 millones de personas mirando su testimonio; Gran Hermano tapando una violación durante una de sus ediciones y forzando a la víctima a revivir las imágenes sin ningún tipo de asistencia psicológica; Jorge Javier Vázquez ganándose a la izquierda con sus críticas a Isabel Díaz Ayuso y a la derecha. Todo eso es Telecinco, un negocio lucrativo, un compendio de contradicciones y un hijo de su época que avanza con el sino de los tiempos.

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"Se culpa a quienes ven esos programas y es un error. Llegas a casa y lo que quieres es algo que no te haga pensar. Aunque una cosa es no culpabilizar a nadie y otra cosa es no analizar el contenido. Esos programas suponen una banalización absoluta del machismo", afirma Beatriz Gimeno, directora del Instituto de las Mujeres, en relación a los realities y programas del corazón que Telecinco emite desde que irrumpió como cadena de televisión en España. 

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¿Es real que algo haya cambiado dentro de la cadena? ¿La parrilla televisiva se ha dejado impregnar por la revolución feminista? ¿Es un lavado de cara para arrasar en los datos de audiencia? ¿O simplemente dan una de cal y otra de arena para abarcar el máximo público posible?

Yolanda Basteiro, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Progresistas, considera tóxicos los primeros pasos de Mediaset: "Ya en sus orígenes con las Mama Chico no presagiaba nada bueno. Empezó muy mal y en programas de entretenimiento perpetuaba el mito del amor romántico y la lucha entre chicos y chicas". 

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Zamora: "Lo que Telecinco hace es condenar actitudes cuando no les queda más remedio"

Beatriz Gimeno apunta a que Telecinco y Silvio Berlusconi –presidente de la cadena– fueron precursores de esos machistas orgullosos de serlo que ahora vemos en el mundo de la política: "Telecinco responde a la berlusconización. Luego hemos tenido a Trump, pero eso era el machismo sin complejos desde el principio. Convierte el machismo en puro entretenimiento y algunos de sus programas son un manual sobre cómo no tratar las relaciones y cómo no se debe mostrar a las mujeres", señala. 

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Inma Zamora, crítica televisiva del diario Abc, no identifica en programas como Mujeres hombres y viceversa o Gran Hermano denuncia o deconstrucción de actitudes machistas, solo exposición de estas fórmulas. "Solo contribuyen a la normalización de actitudes machistas y comportamientos que no deberíamos tomar como normales. Lo que Telecinco hace es condenar actitudes cuando no les queda más remedio. Se hace más por quedar bien de cara a la galería".

Y, sin embargo, Telecinco aporta a la causa feminista

Asunción Bernárdez Rodal, profesora de Comunicación y Género en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), muestra cómo es la fórmula de estos programas para calar en la sociedad, y constata cierta influencia positiva en algunos de los formatos más progresistas: "Las televisiones de este tipo, con una programación, vamos a calificarlas de intensas porque habla de los mismos temas continuamente, tienen una gran influencia".

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Bernárdez: "Nadie saldría diciendo que es correcto pegar a una mujer, aunque sí es fácil que se exculpe a un hombre concreto"

Bernárdez habla de un "feminismo difuso" que impregna estas cadenas y que llega a millones de personas. El mensaje feminista, que ha calado tanto que ha llegado a la televisión, llega de forma menos politizada y más natural; por tanto, más accesible al gran público, alejado de la política: "Han puesto sobre la vida pública cuestiones como la violencia de género y han contribuido a que exista un feminismo difuso que ayuda a transmitir, por ejemplo, que la violencia de genero es intolerable. Ahora bien, puede pasar que estos valores se obvien cuando entramos en casos particulares. Nadie saldría diciendo que es correcto pegar a una mujer, aunque sí es fácil que se exculpe a un hombre concreto y se cargue sobre la mujer. Termina siendo un instrumento que afina muy poco y puede terminar siendo perjudicial en casos reales", señala. 

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Para Basteiro y la Federación Nacional de Mujeres Progresistas, el cambio de chip de Telecinco vino con el caso de violación de Gran Hermano, ya que posteriormente ella ha constatado autocrítica interna en la cadena: "Cuando estalló el escándalo de la violación en Gran Hermano, el tratamiento que hicieron era muy mejorable y parece que poco a poco va intentando cambiar su imagen. El comportamiento con la víctima fue para poner de ejemplo de lo que no debe hacerse. Me consta porque pidieron ayuda para que no se volviera a repetir. Nos pidieron que les trasladáramos qué pensábamos que habían hecho mal. Incluso nos han pedido formaciones para tratar estas cuestiones", asegura la presidenta de la organización.

Honestidad o 'share '

La gran pregunta y el principal debate de esta semana es si el programa en el que Rocío Carrasco reconocía agresiones machistas por parte de su pareja, con ese enfoque y el tratamiento de la cuestión, es un ejercicio que pretende agitar conciencias o simplemente acumular audiencia, cosa que sin duda ha hecho. 

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"Me da un poco igual el motivo", dice con contundencia Gimeno. "Salvando las distancias, puedes hacer una película para vender y que también tenga un buen mensaje. En Telecinco lo mismo no tienen la intención de cambiar el mundo, aunque sé que la directora lo hacía con intención de remover conciencias. Pero es secundario; claro que hay un circo alrededor, pero creo que las ventajas superan los inconvenientes". 

Bernárdez: "Telecinco ha conseguido escenificar la división de derechas y de izquierdas en un programa del corazón"

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Y añade: "Ese programa es un misil por las mujeres silenciadas y le llega a mucha gente. Los que leen Público ya saben lo que es el machismo, pero mucha gente que ve La Isla de las Tentaciones se ha visto lo de Rocío Carrasco, y es una historia con la que muchas mujeres se pueden sentir identificadas. Y así se puede entender lo que es la violencia machista".

Bernárdez Rodal, profesora de Comunicación y Género de la UCM, aprovecha para recordar lo obvio: que los programas del corazón son, sobre todo, programas de política: "La opinión pública en España, polarizada políticamente, también se ha dividido en dos partes con Rocío Carrasco. El éxito de Telecinco es impresionante, porque ha conseguido escenificar la división de derechas y de izquierdas en un programa del corazón", agrega. 

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A esto, además, se suma que la propia parrilla ha sabido adaptarse a la vorágine generada por el programa para que todo el mundo quede satisfecho con las opiniones vertidas por la cadena: "Generan programas conservadores donde esos perfiles se puedan sentir bien y luego están los programas progresistas con Carlota Corredera o Jorge Javier Vázquez. En el programa de Ana Rosa Quintana ella misma verbalizaba que se viola la presunción de inocencia del marido y Jorge Javier Vázquez muestra arrepentimiento y se da golpes en el pecho. Audiencia polarizada, pero dos grupos representados y con audiencia máxima. Es muy inteligente, pero tiene ese punto perverso. Conseguir que alguien se desenganche de Netflix y se ponga Telecinco es un éxito enorme, y lo hacen sirviendo un producto que pueda ser seguido por mucha gente", asegura la profesora. 

La crítica televisiva Inma Zamora remata con una propuesta constructiva para que estos realities, que generan tanto consenso en cuando a su capacidad para entretener, también tengan un fondo positivo y ayuden a transformar la sociedad: "No creo que haya que quitar estos programas tampoco. Pero igual que en horarios de máxima audiencia se emiten estos programas, no estaría mal hacer un debate posterior con gente formada analizando las actitudes que se ven en estos programas. Quizás habría que complementarlos". 

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