El rescate de 440 migrantes tras once horas en el Mediterráneo: "No entendemos cómo ese barco aguantó toda la noche"
El barco 'Geo Barents', de Médicos Sin Fronteras, logró socorrer a las personas a bordo de un pesquero abarrotado al que Malta no auxilió cuando atravesó en grave peligro su zona de búsqueda y rescate. La operación duró 11 horas con olas de cinco metros y fuertes rachas de viento.
Publicidad
madrid,
"Era noche cerrada cuando llegamos a la zona. Encendimos los focos y desde el barco nos empezaron a dar luces. No los veíamos del todo. Era un punto crítico. Las condiciones meteorológicas eran extremas y muy peligrosas. No solo para ellos, también para nuestros rescatadores. El desenlace podía haber sido fatal. Fue muy duro tomar la decisión de que no los íbamos a rescatar. No todavía".
Publicidad
Anabel Montes, responsable de búsqueda y rescate del Geo Barents, el buque humanitario de Médicos Sin Fronteras (MSF), explica por teléfono una de las operaciones de salvamento de personas migrantes más complicadas a las que se ha enfrentado. Once horas en total, sin contar el medio medía que les llevó navegar hasta donde se encontraba un pesquero de madera sobrecargado, con 440 personas a bordo (30 de ellos, niños) en medio de un fuerte temporal en el Mediterráneo.
ð Throwback to yesterdayâs rescue of 440 people in international waters off #Malta.
— MSF Sea (@MSF_Sea) April 5, 2023
At the time of the operation, the boat in distress had run out of fuel and was drifting in very rough seas. pic.twitter.com/uYjyInLR7y
Según la primera información que la tripulación del Geo Barents ha recogido, los migrantes zarparon del este de Libia y habían navegado cuatro días hasta que fueron localizados. "Ya llevaban dos jornadas sin agua ni comida. Estaban muy cansados y débiles. También había varios casos de fracturas de brazo o de pierna", explica Montes, que precisa que se dirigían "a un agujero vacío de mar, al peor lugar de la tormenta". La mayoría era de Bangladés, Pakistán, Egipto y Siria. Los localizaron a 204 millas náuticas (377 kilómetros) de la zona libia de la que zarparon, a 193 millas (357 km) de Malta y a 206 millas (381 km) de Sicilia, "en medio de ninguna parte", apostilla Montes.
La alerta sobre esta embarcación la había dado Alarm Phone, una organización dedicada a recibir llamadas de migrantes en peligro para avisar a las autoridades de que necesitan rescate. Era lunes, y el Geo Barents se dirigía a la costa siciliana hasta que pasara el temporal, que iba a dejar olas de cinco metros y fuertes rachas de viento.
Publicidad
Responsabilidad de Malta
En ese momento, el pesquero de los migrantes ya salía de la zona SAR (búsqueda y rescate, por sus siglas en inglés) de Libia. El país encargado de la coordinación tenía que ser Malta, un estado reacio a asistir a las personas migrantes y con un largo historial de dejación de funciones según las leyes internacionales.
"El barco Se balanceaba todo el tiempo, pensamos que acabaría volcando"
Publicidad
"Recibimos el aviso y vimos que no había nadie cerca en esa zona. Ni siquiera un mercante. Decidimos dar media vuelta y acercarnos", comenta Montes. Para entonces, Malta ya había dado instrucciones a dos barcos de mercancías para que desviaran su ruta y se acercaran al pesquero. Pero hasta ahí llegó su intervención. "Ya conocemos su estrategia. Suele avisar a estos barcos que no están preparados para rescatar, en lugar de avisar a las ONG de la zona. Cuando llegamos al lugar, la coordinación de Malta solo nos dijo que no había instrucciones para nosotros", insiste Montes.
La responsable del Geo Barents decidió que se quedarían cerca del pesquero hasta que amainara el temporal y pudieran rescatarlos. "Es duro. Ni siquiera teníamos claro que hubiéramos podido actuar en caso de naufragio. Las olas eran tan grandes que no podíamos soltar las lanchas rápidas. Todavía no entendemos cómo una embarcación de estas características pudo soportar toda la noche. Se balanceaba todo el tiempo, pensamos que acabaría volcando", relata.
Publicidad
Sin combustible
No fue hasta las 11.30 horas del martes cuando los rescatistas de MSF pudieron descender en las lanchas, hacer una evaluación y repartir chalecos salvavidas a los migrantes. "Eso, que es algo más o menos sencillo, nos llevó casi dos horas. Todo era muy complicado", ilustra. La opción más segura era escoltar al pesquero y que siguiera la travesía hasta que mejoraran las condiciones. Pero el plan se desvaneció dos horas después, cuando el pesquero se quedó sin combustible. Era el momento de actuar.
La altura de la borda del pesquero obligaba a que los migrantes tuvieran saltar hasta la lancha. De uno en uno, 240. Los rescatadores se turnaban para descansar. El proceso fue largo, porque también se complicaba su subida hasta el Geo Barents. "Había mucha mar de fondo, que genera olas redondas pero que agitan mucho el agua. Estaba todo muy inestable".
Publicidad
Tras las frenéticas once horas, la tripulación de MSF sigue exhausta. Montes asegura que esta operación es uno de los ejemplos más claros de que es necesario un cuerpo público de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, una versión europea del Salvamento Marítimo español, "pero con responsabilidad, recursos y profesionales de todos el Estados miembro de la UE, porque es injusto que recaiga todo sobre unos pocos países", aclara.
"Somos las ONG las que estamos asumiendo las responsabilidades de los estados", puntualiza, y pide que se deje de dificultar la labor humanitaria, sobre todo por parte de Italia, cuyo gobierno ha multado e inmovilizado al Geo Barents durante 20 días tras varias operaciones de rescate que, según Italia, no cumplieron con el último decreto.
Publicidad
Montes también lamenta la actitud de Malta, que no envía sus equipos de rescate cuando hay embarcaciones de migrantes en riesgo. "No las considera náufragos o personas en peligro. Diferencia claramente y las denomina embarcaciones de migrantes", explica. Actúa solo en situaciones extremas, pero Montes recuerda que las leyes europeas de búsqueda y rescate en el mar que obliga a rescatar "están muy claras". No hace falta que el barco se esté hundiendo o que haya personas en el agua, "también hay que actuar cuando hay enfermos a bordo, cuando las personas no tienen chalecos salvavidas, cuando los pasajeros no tienen conocimientos de navegación, cuando haya sobrecarga...", recuerda Montes.