Rescatados por el Ocean Viking El Ocean Viking alerta de la situación de más de cien menores migrantes rescatados hace ocho días
El buque de Médicos Sin Fronteras y SOS Meditarranée lleva más de una semana esperando puerto con 356 migrantes rescatados en el Mediterráneo, entre ellos 92 niños solos. "Permanecieron en el bote dos o tres días sin agua y sin comida. Han vivido experiencias horribles en Libia", explican los cooperantes.
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madrid, Actualizado:
Mientras la situación de los 134 migrantes rescatados en el Mediterráneo por el buque Open Arms no termina de solucionarse, otro barco de rescate humanitario, el Ocean Viking de las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Meditarrnée, espera en alta mar con otros 356 náufragos rescatados hace ocho días.
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MSF ha expresado este viernes su preocupación por la situación de los 103 menores que viajan en el buque y que esperan frente a las costas de Malta e Italia desde hace más de una semana un puerto seguro para su desembarco.
La responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras, Raquel González, ha explicado que "en el estado actual de los rescatados no hay por el momento ninguna emergencia médica que requiera una evacuación urgente", pero ha alertado sobre la situación de los menores que viajan en el barco, sobre todo de los 92 niños que están solos, sin un adulto de referencia.
En concreto, ha detallado que de los 356 migrantes rescatados por el barco humanitario en cuatro operaciones diferentes entre el 9 y el 12 de agosto, cuatro son mujeres, 103 menores de 18 años —de los que 92 están solos— y, del total de niños, 14 tienen entre 13 y 15 años y tres, menos de cinco años.
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"Todas las personas rescatadas estuvieron expuestos a altas temperaturas durante la travesía y permanecieron en el bote dos o tres días sin agua y sin comida", ha relatado la responsable de Médicos sin Fronteras, quien ha recordado que proceden de Libia y "han vivido experiencias horribles", tal y como han podido escuchar por sus testimonios.
Encerrados con grilletes en Libia
Como el de un joven, que estaba encerrado en un centro de inmigrantes en Libia con grilletes y que vivió con una terrible angustia los bombardeos que se produjeron sobre ese centro sin poder escapar.
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"La situación en Libia es dantesca", ha denunciado González, quien ha lamentado que la UE haya delegado en ese país desde mediados de 2018 la gestión de la coordinación de los rescates, que antes hacía Italia.
Desde esa fecha, "la colaboración ha desaparecido, las disputas políticas son algo habitual y se ha criminalizado a las ONG que realizan rescates", ha expuesto la responsable de la ONG.
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"Se está fomentando que pueda haber más naufragios aunque no los veamos"
Ante la respuesta de Libia de que devolvieran los rescatados, la ONG se negó. "Es una línea roja para Médicos Sin Fronteras porque Libia no es un país seguro".
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"El martes 13 de agosto a la vista de esa respuesta solicitamos a los países cercanos más seguros, Italia y Malta, permiso para desembarcar", por ello el barco permanece en aguas internacionales en el noroeste de Malta, pero a una distancia equidistante con Italia.
Los rescatados, de 12 nacionalidades aunque la mayoritaria sudanesa, iban en cuatro botes de goma precarios. El viernes 9 fueron rescatados 85 migrantes, al día siguiente, otros 85; el domingo, a 81 personas y el pasado lunes, a 105.
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La activista ha denunciado que hasta mediados del pasado año, los barcos de rescate tardaban unos dos días en acerarse al puerto seguro para desembarcar y otros dos para volver a la zona de rescates; ahora la espera es de semanas, como vemos también con el Open Arms.
"Se está fomentando que pueda haber más naufragios aunque no los veamos; más de 2.500 personas restacadas han sufrido desde entonces situaciones de bloqueo que suman un total de 200 días", ha añadido.
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Médicos sin Fronteras reclama al Gobierno español y a la UE "un sistema de desembarco seguro y permanente para que no haya bloqueos y los migrantes sean tratados con humanidad", una medida que también demanda ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones, ambas dependientes de las Naciones Unidas.
"Deben arbitrase soluciones, humanas y que respeten el derecho a salvar vidas porque nadie debería verse obligado a elegir entre salvar la vida o morir en el Mediterráneo", ha concluido.