Este lunes comienza otra ola de calor. Según la AEMET, España se encuentra en riesgo por temperaturas de hasta 44 grados en 14 provincias. Con la escalada del mercurio en los termómetros, los golpes de calor se posicionan como uno de los problemas de salud más recurrentes de esta época.

Aunque todo el mundo es susceptible de sufrir un golpe de calor, las personas mayores y los niños —sobre todo los menores de un año o aquellos que sufran obesidad o desnutrición— son los colectivos que más riesgo presentan. También las personas con enfermedades crónicas que involucran afecciones cardíacas, renales o neurológicas pueden ser víctimas de una insolación con mayor facilidad.

Es importante destacar que un golpe de calor se puede intensificar, a su vez, en personas que tengan la piel muy quemada por el sol o las que abusen de drogas y bebidas alcohólicas.

¿Cómo puedo identificar un golpe de calor?

Según la Cruz Roja, un golpe de calor es "el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol (insolación clásica) o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación". Se trata de un momento en el que el cuerpo ha perdido el agua y las sales esenciales que requiere para su buen funcionamiento, por lo que las pide de nuevo.

Al no poder regular el calor de la manera habitual a través de la sudoración, se produce un aumento de la temperatura corporal. Un golpe de calor puede ocurrir tanto en el momento como varios días después de una exposición continuada al sol. Por tanto, es importante estar atento a los siguientes síntomas:

Evitar un golpe de calor

La mejor cura ante un golpe de calor es evitar que ocurra. Desde Cruz Roja han enumerado una serie de medidas preventivas para enfrentar las altas temperaturas, entre las que los hábitos alimenticios ocupan un lugar importante.

La institución recomienda evitar las bebidas que contengan cafeína o muchos azúcares y que estén muy frías o muy calientes, así como también las bebidas alcohólicas. Por otra parte, insta a consumir comidas ligeras y frescas.

Es con los más pequeños cuando se debe ejercer una mayor prevención. Se les ha de vestir con ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros. Además, deben bañarse o mojarse con frecuencia, así como consumir constantemente líquidos o jugos naturales. En el caso de ser lactantes, se les ha de ofrecer el pecho con mayor frecuencia.

Cuando la temperatura sea muy elevada, como a mediodía, los adultos deben intentar mantener a los menores en casa o interiores bien ventilados o con aire acondicionado para evitar su exposición al sol. Si esto no es posible, hay que preparar a los pequeños con crema de sol y el uso de sombreros y ropa adecuada. Sobre todo, se recomienda evitar permanecer con ellos en un vehículo cerrado y aparcado.

¿Cómo actuar ante una insolación?

En caso de sufrir una insolación, es importante actuar con rapidez y ofrecer a la víctima agua fresca o, incluso, mezclada con una cucharadita de sal. Se debe evitar, además, friccionar la piel del afectado con alcohol o suministrarle algún tipo de medicamento antifebril. 

Cruz Roja advierte que una persona que sufra de insolación debe ser trasladada de inmediato "a un centro hospitalario". Hasta entonces, el objetivo es reducir la temperatura corporal del enfermo "hasta que se sitúe entre 38 y 39ºC". Para ello, se deben seguir las siguientes instrucciones:

En 2022, el calor mató a 61.600 personas en Europa, 11.300 de las cuales se encontraban en España. Una actuación lenta o que contradiga las instrucciones ofrecidas por las autoridades sanitarias puede conllevar shocks e incluso la muerte.