La Asociación Española de Neuropsiquiatría ha solicitado al Ministerio de Sanidad que detenga el proceso de revisión de la Estrategia de Salud Mental y deseche el borrador presentado. Considera que ambos son "absolutamente inservibles" a la hora de enfrentarse de manera coherente a los problemas de la atención en este ámbito. 

La estrategia de salud mental pública lleva sin ser actualizada desde 2009. Sin embargo, el presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, Mikel Munarriz, ha explicado que la atención en salud mental no precisa de una estrategia, sino de un plan de acción. 

También ha expresado su preocupación por este sector de la atención sanitaria y social "en un momento que consideramos especialmente significativo" debido a la confluencia de algunos factores. 

Munarriz ha expresado que, a raíz de la pandemia del coronavirus, se han visto algunas de las carencias y dificultades que presenta el sistema sanitario público en el ámbito de la salud mental. Él explica que, en parte, van "desde el desarrollo insuficiente, parcial y escasamente homogéneo" de las reformas psiquiátricas y las disposiciones de la Ley General de Sanidad de 1986, y que, además, se han visto agravados por las políticas restrictivas de manejo de la crisis de la pasada década y los intentos de desmantelar los sistemas públicos "abriendo vías a iniciativas privadas meramente lucrativas". 

En su declaración, ha aprovechado para señalar que, aunque limitada a algunos de los problemas más fáciles de relacionar con los efectos de la pandemia (como la ansiedad) "lamentablemente acompañados de presiones corporativas y en ocasiones de algún tipo de manipulación política, con escasa audiencia de los expertos", hay una creciente sensibilidad social sobre la necesidad de mejorar esta situación. 

Una estrategia con "escasos resultados prácticos" y un borrador "claramente inadecuado"

Desde el Ministerio de Sanidad han lanzado una propuesta para enfrentar este problema que consiste en actualizar la actual Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, cuyas versiones anteriores han tenido, hasta el momento, "escasos resultados prácticos". 

La raíz de este fracaso Munarris la encuentra en que la Estrategia no va acompañada de presupuesto y que, además, tampoco es de obligado cumplimiento para las autonomías, aunque deba aprobarse en el Consejo Interterritorial de Sanidad.

"Pero, además, presenta para ello el borrador de un documento en nuestra opinión claramente inadecuado, pues una estrategia, a diferencia de un plan de acción, formula recomendaciones pero no establece los mecanismos financieros y administrativos que permiten cumplirlas", advierte. 

También considera que dicho borrado presenta deficiencias importantes en muchos aspectos: desde el pobre y parcial análisis de la situación y la escasamente justificada formulación de las líneas prioritarias de actuación, hasta el inventario excesivo y poco trabajado de objetivos y recomendaciones y la insuficiencia de los mecanismos de evaluación propuestos. 

Una atención personalizada, participativa y respetuosa con los derechos humanos

Los especialistas en salud mental se decantan por el impulso a una atención personalizada, participativa y respetuosa con los derechos humanos, que se refuerce la Atención Primaria en este ámbito, entre otras propuestas. Además, advierten de que hay un importante número de personas que presentan distintos tipos de problemas de salud mental y que reciben una atención insuficiente y no siempre adecuada desde los sistemas públicos. 

En esta línea, la mayor parte de personas que precisan ayuda de especialistas en salud mental presenta síntomas de Trastornos Mentales Comunes (TMC), como son ansiedad, depresión y manifestaciones somáticas diversas. En estos casos, su atención corresponde mayoritariamente a los Servicios de Atención Primaria con el apoyo de Equipos de Salud Mental, dos equipos pobremente dotados y con frecuentes dificultades de coordinación. 

Otro grupo menos numeroso, pero necesitado de abundantes recursos sanitarios y sociales, es el de personas con trastornos mentales graves (TMG), en que se agrupan problemas de tipo psicótico, frecuentemente afectados por el estigma y la discriminación y cuya atención intersectorial (salud, servicios sociales, empleo) tiene también graves carencias. 

Desde la Asociación Española de Neuropsiquiatría han querido aludir, además, a los problemas que afectan de manera más específica a determinados sectores de la población (niños y niñas, adolescentes, mayores, personas con discapacidad residentes en recursos sociales o en instituciones penitenciarias) que tampoco reciben la atención necesaria, junto al "eterno problema de las adicciones", todavía fuera del sistema sanitario en algunas comunidades. 

Asimismo, los profesionales de salud mental subrayan la clara infradotación de profesionales según estándares europeos razonables, especialmente llamativa en Psicología Clínica, Enfermería especializada, Terapia Ocupacional y ante la que "resulta inexplicable" la pretensión ministerial de disminuir un 25 % el número de plazas MIR de Psiquiatría, como "fácil" cobertura financiera de las de la nueva especialidad de Psiquiatría infantil. 

Ante esta situación, la iniciativa ministerial de la Estrategia, corre el riesgo "de no solo no solucionar nada, sino de enmascarar y cronificar los problemas, con una imagen ilusoria de abordaje de los mismos, de corto recorrido pero que nos haría perder una oportunidad histórica de encauzar una solución real", ha aseverado Mikel Munarriz.