La conciliación no es para mujeres y menos si son políticas
Tras conocerse que la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, será madre en verano, el debate sobre un posible adelanto electoral ha ganado un argumento a favor. Los embarazos de dirigentes que ocupan cargos públicos en primera línea política resucitan la imagen de la maternidad como un condicionante definitivo para la vida de las mujeres.
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MADRID.- Paren máquinas: la presidenta de Andalucía está embarazada. Lo primero que ha hecho Susana Díaz tras conocerse que será madre en verano ha sido calmar a la población. Ha aprovechado un acto público para advertir de que su embarazo "no afectará en absoluto al calendario electoral" porque "conciliará con normalidad, como hacen miles de mujeres".
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Almeida considera que los ciudadanos españoles son plenamente conscientes de que la maternidad no es una incapacidad, sino una decisión, e insiste en que están perfectamente acostumbrados a que las mujeres con un cargo público tengan hijos. “A lo que igual no están tan acostumbrados es a que estén embarazadas mientras lo ostentan”, concede, “pero las mujeres estamos en la política como mujeres, con nuestras necesidades y nuestras obligaciones y eso no debería extrañar a nadie”, concluye.
Justa Montero: "Existe aún una visión muy machista de la maternidad"
Llegados a este punto, en el que puede parecer incluso que los propios políticos usan la maternidad para sus estrategias electorales, "ellos mismos están convirtiendo en algo extraordinario lo que se debería vivir con total normalidad", explica Justa Montero, miembro de la Asamblea Feminista de Madrid y experta en género y políticas públicas. Esas consideraciones, sigue Montero, reflejan que existe aún "una visión muy machista de la maternidad como algo que determina las demás facetas de la existencia de las mujeres".
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Aunque en la vida cotidiana conocemos a cientos de mujeres que concilian (o tratan de conciliar) su maternidad con el trabajo y su vida privada, "cuando se trata de una figura pública vuelve ese imaginario, esa idea arraigada de la maternidad como un condicionante definitivo de la vida de las mujeres", concluye Montero.
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Sin embargo, el debate sobre cómo afrontar la maternidad desde un cargo público llega después del nacimiento del hijo. “Si Susana Díaz, aludiendo a su cargo, recorta o alarga su baja por maternidad se estará burlando de los derechos adquiridos por todas las mujeres", considera Serrano.
Isabel Serrano: "Interpretar o manipular el significado de un embarazo es machista y atenta contra la privacidad de la madre"
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El permiso maternal se compone de 16 semanas o 112 días ininterrumpidos. De esas 16 semanas, seis son obligatorias. Las otras 10 son optativas y transferibles, es decir, la madre puede ceder al padre parte o todos esos 70 días.
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