Pederastia en la Iglesia Una cuarta víctima afirma que sufrió abusos sexuales por parte de un monje del monasterio de Montserrat
Andreu Soler, fallecido hace once años, habría abusado de varios menores cuando era monje del monasterio catalán. Con este nuevo testimonio, ya son cuatro los hombres que han denunciado tocamientos por parte del clérigo.
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barcelona,
Una nueva víctima de presuntos abusos a menores del monje del monasterio de Montserrat Andreu Soler -fallecido en 2008- ha decidido contar que sufrió acoso por parte de este fraile hace más de tres décadas, con lo que ya son cuatro las personas que acusan a este religioso de tocamientos.
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Agustí Bruach, que tiene 52 años, ha explicado al diario La Vanguardia que conoció a Soler cuando tenía 17 años y que el monje le intentó hacer "tocamientos", arrinconándolo en una sala y "ejerciendo mucha fuerza" contra él.
Aunque dice que consiguió salir indemne, asegura que ha decidido contar su experiencia para confirmar el relato de los otros tres afectados que han aparecido de momento. Según el relato de Bruach, fue en 1985 cuando subió al monasterio de Montserrat "por casualidad" y que fue una tercera persona quien le presentó al monje.
"De buenas a primeras, me llevó a una sala y, sin que me lo esperara, me acorraló. Intentó hacerme tocamientos con una clara intención sexual", explica la víctima, que logró zafarse. También explica: "En otro momento trató, con unas palabras absolutamente misóginas, manipular de forma pérfida mi tendencia heterosexual".
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Bruach recuerda que las "claras intenciones pederastas" del fraile le hicieron desistir de entrar "en el servicio de escoltas" que Soler dirigía por aquel entonces. "Vi que su intención era captar jóvenes para, cuando pudiera, intentar tener relaciones. Había una intención claramente pederasta. Conmigo, por suerte, no se llegó a consumar", manifiesta Bruach, que augura que posiblemente aparecerán más víctimas.
Este afectado ha decidido contar su experiencia, que no le "ha dañado para nada", aclara, para "apoyar sobre todo a Miguel Ángel Hurtado", que fue el primer denunciante de Soler.
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Hurtado declaró hace unos días que la abadía había encubierto durante 20 años los abusos que sufrió de Andreu Soler en 1998, aunque la comunidad benedictina le brindó apoyo, apartó al religioso del monasterio y del contacto con los jóvenes y le ayudó a costearse un tratamiento psicológico.
La comunidad benedictina ha asegurado que si en su día no denunciaron el caso fue porque el propio Hurtado y su familia decidieron no llevar al monje a la justicia y se ha comprometido a apoyar a todas las víctimas, ha condenado cualquier tipo de abusos a menores y ha creado una comisión independiente para documentar toda la verdad y tomar medidas.
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Tras aparecer el primer denunciante, el monasterio de Montserrat creó la semana pasada una comisión independiente formada por una abogada, un médico, una psicóloga y un monje -este último con voz pero sin voto-, que tiene previsto reunirse esta semana, a la que ha trasladado toda la información y datos que van apareciendo de las víctimas.
También ha creado una dirección de correo electrónico transparencia.montserrat@gmail.com para recibir y analizar toda la información que cualquier persona o medio de comunicación tenga sobre el comportamiento de Andreu Soler.
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Las otras víctimas que han denunciado públicamente haber sufrido también tocamientos por parte de Soler son J.R.Martínez, de 63 años, que afirma que padeció los abusos del religioso en 1971, y Ricard Zamora, de 55 años, quien ha denunciado que en 1997 el fraile se metió en su cama cuando él tenía 16 años.