El número de personas que teletrabajaron durante 2021 en la Unión Europea alcanzó los 41,7 millones, una cifra que duplica la del 2019, año previo al impacto de la pandemia. La instauración de nuevas prácticas laborales parece haber llegado para quedarse, tal y como refleja un informa de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofund).

El estudio señala las facilidades que ha traído el teletrabajo, destacando la conciliación y la mayor "autonomía y flexibilidad" que perciben los empleados. Por la contra, en algunos casos ha aumentado las horas de jornada laboral y la sensación de "aislamiento" de los trabajadores que realizan sus tareas de forma remota.

Asimismo, el informe ha detectado una ligera caída del teletrabajo durante este año respecto a los datos de 2021. Esta tendencia repuntará a medida que aparezcan "nuevos desarrollos tecnológicos" y cuenta con el respaldo de empleados y empleadores.

La crisis sanitaria "demostró el enorme potencial" del teletrabajo y provocó el rápido crecimiento de su aplicación. Según esta investigación, dos de cada diez ciudadanos europeos han teletrabajado a lo largo del 2021, una cifra que seguramente no se hubiera alcanzado hasta 2027 sin el impacto de la pandemia.

Al margen de las ventajas, que estarían en la flexibilidad, la mejora de las condiciones personales y profesionales y la productividad, el estudio ha detectado una serie de aspectos a considerar. La falta de desconexión, la gestión de la comunicación y el trabajo en equipo se presentan como los principales desafíos.

Eurofund propone poner el foco en el trabajo híbrido, es decir, en combinar la presencialidad con el remoto. Varios países ya han actualizado sus pautas para satisfacer las necesidades del teletrabajo, pero los resultados de los próximos años serán decisivos para contribuir a la construcción del marco normativo y laboral del futuro.