Los países salvan la Cumbre del Clima del abismo y negocian a contrarreloj un acuerdo justo
Europa amenazó con marcharse de la COP27 y suspender las negociaciones si no se mantenía el compromiso de mantener el calentamiento del planeta por debajo de 1,5ºC. Tras el ultimátum, las naciones consiguieron rebajar la tensión y se espera que el acuerdo se cierre en las próximas horas.
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La Cumbre del Clima (COP27) sigue sin encontrar un acuerdo, pero los países han conseguido rebajar la tensión y hacer que el consenso esté cada vez más cerca de madurar. En la mañana del sábado, las negociaciones estuvieron a punto de precipitarse al abismo después de que la Unión Europea amenazase con abandonar Sharm el Sheikh si no se respetaba el objetivo de París de mantener el calentamiento del planeta por debajo de 1,5ºC.
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"Permítanme ser muy claro: la Unión Europea quiere un resultado positivo, pero no aceptaremos un resultado a cualquier precio (...). Todos los ministros están preparados para marcharse si no conseguimos un buen resultado", dijo a los medios en un corrillo Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea. Unas palabras que fueron respaldadas públicamente por algunos dirigentes europeos, entre ellos la vicepresidenta tercera española, Teresa Ribera, que calificó de "falta de respeto" la postura de la presidencia de la COP27, en manos de Egipto, por no informar con detalle y de manera clara del estado de la situación.
Poco después del ultimátum de Timmermans, la situación cambió por completo. El presidente de la cumbre, Sameh Shoukry, avanzó un nuevo borrador de acuerdo marco que recogía parte de ese reclamo de la Unión Europea de mantener vivo el compromiso de 1,5ºC y avanzaba algunas cuestiones importantes para los países africanos y los pequeños estados insulares.
Todo apunta a que el texto final incluirá también el gran punto crítico de la cumbre: la financiación sobre pérdidas y daños. Tal y como han celebrado algunos mandatarios africanos, la presidencia se ha comprometido a cerrar la creación de un nuevo fondo con el que los países ricos sufraguen los gastos por los daños generados por la crisis climática en países empobrecidos.
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La discusión, sin embargo, gira en torno a qué se entiende por regiones pobres, ya que Europa quiere que algunas naciones en desarrollo, pero con economías emergentes, no sean beneficiarias de estas ayudas, sino financiadoras. Esta es una referencia clara a China, que para la ONU es un país en desarrollo, pero también a los Estados del Golfo con economías fuertes sustentadas en los combustibles fósiles.
Más allá de los detalles, los observadores coinciden en que el fondo para pérdidas y daños estará garantizado. "Al comienzo de estas conversaciones, las pérdidas y los daños ni siquiera estaban en la agenda y ahora estamos haciendo historia. Simplemente muestra que este proceso de la ONU puede lograr resultados, y que el mundo puede reconocer que la difícil situación de los vulnerables no debe tratarse como un fútbol político", explica Mohamed Adow, director ejecutivo de Power Shift Africa.
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Qué ocurre con los combustibles fósiles
La otra cuestión que deberán cerrar en las próximas horas tiene que ver con elevar la ambición del texto respecto al Acuerdo de Glasgow. El texto presentado por la presidencia solo incluye una llamada a rebajar las subvenciones públicas a los combustibles fósiles y tan sólo habla de recortar progresivamente la quema de carbón, sin ninguna mención al gas y al petróleo.
Irán y Rusia están presionando para que los combustibles fósiles no aparezcan de ninguna forma, ni siquiera el apartado que exhorta a las partes a dejar de subvencionarlos. Desde Moscú apelan a la situación de crisis energética y consideran que esto podría ir en contra de la seguridad de suministro. Sin embargo, uno de los borradores publicados por la presidencia dice claramente que las coyunturas de crisis actuales no pueden servir para retrasar la lucha contra la crisis climática.
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Quedan por resolver también cuestiones relacionadas con los periodos de actualización de las Contribuciones Nacionales Determinadas (NCD), las hojas de ruta que los países deben presentar para recortar sus emisiones de CO2 de cara a 2030.
Si bien hay pequeños matices que resolver, las tensiones parecen haberse rebajado y el acuerdo podría ser inminente. Todas las conversaciones se están realizando a puerta cerrada mientras todo el mundo espera a que las pantallas de Sharm el Sheikh anuncien el horario definitivo del plenario de clausura.