El nuevo acuerdo entre Cifuentes y sindicatos agrava la brecha entre el profesorado interino
El cobro del verano, una lucha eternamente aplazada
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MADRID.- En 2015 Silvia se presentaba por primera vez a unas oposiciones con la intención de desarrollar su carrera laboral como maestra en la Comunidad de Madrid. A sus 32 años accedía con la convicción de conocer la dificultad que conlleva lograr una plaza fija.
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Pasado el primer año de experiencia no contaba con que en la ya de por si frágil condición de docente interina, las bases que regían el concurso al que se presentó cambiarían repentinamente a inicios del 2016. En Madrid, el gobierno de Cifuentes y los sindicatos CCOO, UGT y CSI-F llegaban a un acuerdo para cambiar los criterios por la que se organizan las listas de interinos. Silvia desconocía que en este nuevo texto, su calificación pasará a contar menos de la mitad: de un 80% a un 32% del total.
Por contra, la experiencia laboral ascenderá de un 15% a un 39%. Si se suman una serie de puntos que se otorgan por el simple hecho de haberse presentado anteriormente a una oposición, una persona que entra en el sistema por primera vez podrá optar a menos de la mitad del pastel: un 39% (su nota de oposición más el expediente académico).
El cobro del verano, una lucha eternamente aplazada
A principios del verano, salía a la luz que la cifra de profesores interinos despedidos a final de curso en el conjunto del territorio nacional alcanzaba su récord desde el inicio de la crisis: más de 50.000 docentes. En comunidades como Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Galicia, Navarra, Comunidad Valenciana y Castilla y León, los trabajadores son despedidos sin ningún tipo de prestación.