El municipio alicantino de El Verger suprime el 'bou embolat' en "defensa del bienestar animal"
El Ayuntamiento, gobernado por Compromís y PSPV, alega que busca promover festividades inclusivas y que no causen daño a ningún ser vivo.
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madrid, Actualizado:
El Ayuntamiento de El Verger dejará de organizar en sus fiestas els bous embolats (toro embolado) al considerar que es una tradición que ha caído en desuso y que ya no representa los valores actuales del trato a los animales.
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Esta práctica consiste en instalarle al toro unos artilugios de hierro apretados a los extremos de sus cuernos, que contienen unas bolas con material inflamable que arden como si fuese una antorcha durante un tiempo prolongado mientras el toro recorre una zona.
El nuevo alcalde de El Verger, Basili Salort, de Compromís, ha confirmado que ha dado orden de que se deje de contratar o autorizar más toros embolados para las futuras fiestas. Asimismo, ha precisado que la localidad continuará celebrando festejos de bous al carrer, puesto que considera que "no tienen el mismo significado, la misma carga, ni el mismo maltrato que el bou embolat".
El equipo de gobierno del municipio, formado por Compromís y PSPV, ha argumentado en un comunicado que esta decisión se toma "en consonancia con los valores que deben regir el municipio, en concreto la defensa del bienestar animal y en línea con la creciente tendencia de otras poblaciones que han decidido abandonar esta práctica".
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"La práctica de embolar toros puede causar estrés, lesiones y sufrimiento innecesario a los animales, lo que va en contra de nuestros principios éticos y de responsabilidad hacia ellos. Buscamos promover festividades que sean inclusivas y que puedan ser disfrutadas por todas las personas sin causar daño o incomodidad a ningún ser vivo", ha señalado el consistorio.
Esta decisión se produce poco después de las fiestas de este verano de 2023 en los que sí ha habido cinco bous embolats debido a que el festejo ya estaba contratado cuando entró el nuevo equipo de gobierno y éste no quiso entrar en polémica con la comisión.
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Ahora, con un año por delante para las próximas fiestas, el Consistorio ha anunciado el fin de esta práctica y durante este periodo tratará de hacer pedagogía para que los organizadores de las fiestas y los vecinos se adapten a la nueva realidad.