Migrar, compartir, narrar: 'Público' participa en el VII Congreso de Periodismo de Migraciones
El encuentro, organizado por la Fundación porCausa, ha reunido a decenas de periodistas para hablar sobre su profesión y de los fenómenos migratorios. Dos de las mesas han contado con la participación de la directora de 'Público', Virginia Pérez Alonso y el director adjunto, Nacho Calle.
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Mérida,
El 9 de octubre fue la fecha elegida por los diputados del PP para debatir sobre el reparto de menores de edad migrantes entre comunidades autónomas. Para decepción de muchos, la iniciativa quedó sepultada bajo una montaña de reproches entre el Gobierno y la oposición relativos a la última reforma judicial. Pero lo que no debaten los parlamentarios en la capital del Estado lo discuten profusamente decenas de periodistas a 350 kilómetros al sureste de la península, en la ciudad de Mérida.
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Bajo el paraguas del VII Congreso de Periodismo de Migraciones, organizado por la Fundación porCausa, trabajadores de la comunicación de todas las edades, experiencias y orígenes, se han dado encuentro en la ciudad extremeña para hablar de este fenómeno. Así ha sido durante la veintena de mesas que han ocupado las dos jornadas del congreso y en la que se ha explorado cómo interseccionan las migraciones con los nuevos formatos, los feminismos, la diversidad, las circunstancias vitales –y administrativas– de los propios periodistas o los algoritmos de los buscadores y redes sociales.
Todos estos vectores convergen en una única pregunta. ¿Cómo hablar de migraciones en la prensa? Esta ha sido, precisamente, la pregunta que les formuló Rodrigo Pinedo a Virginia Pérez Alonso, directora de Público e Ignacio Escolar, director de Eldiario.es. Ambos coincidieron en que el contenido sobre migraciones no es algo que tiene que "encajarse, como con calzador", ha espetado Pérez Alonso. Más bien, ha ahondado, debe "compaginarse con todo lo que haces para que tenga un sentido y una coherencia".
De hecho, informar sobre el derecho a migrar, y los obstáculos que enfrentan aquellas personas que deciden hacerlo, son parte esencial del contenido y de la identidad de Público, tal y como se recoge en Las 10 banderas de Público. El documento, redactado en 2017 por la actual directora del periódico, es la hoja de ruta temática y editorial de un medio que pone en el centro, además, los feminismos, las libertades sexuales y de pensamiento, la memoria histórica, la fiscalización de la política nacional o la defensa del medio ambiente.
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Poner en el centro estos temas no siempre es del gusto de los algoritmos. Algo que, como se ha comentado en varias ocasiones a lo largo de los dos días de congreso, ocurre a menudo. Y esto, inevitable, afecta a las arcas de los periódicos digitales. La dificultad para hacer sostenibles económicamente los proyectos periodísticos ha sido otra de las problemáticas que ha asomado recurrentemente en los debates que han tenido lugar en Mérida.
De hecho, la única línea roja que Pérez Alonso y Escolar han esbozado durante su charla tenía que ver con la capacidad de inversión de los medios en la cobertura de conflictos. Pérez Alonso apuesta por cubrir estas informaciones con redactores del periódico, como ya hizo Público con la cobertura sobre la guerra en Ucrania. "Me niego a ser responsable de que [un freelance] se la juegue", afirmó.
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Dado que las temáticas y los enfoques con los que trabajan no siempre generan el mayor número de clics, y de que esto termina generando un impacto económico en los medios, es necesario generar un equilibrio entre un contenido de calidad y titulares que enganchen al lector "sin caer en prácticas perversas", apuntaló Virginia Pérez Alonso. Aún así, ambos coincidieron en que priorizar los enfoques y la calidad de los artículos es esencial para generar el contrapoder que deben ejercer los medios de comunicación. Sólo así quizá llegue el momento en el que Público pueda anunciar "la derogación de algunos artículos de la ley de extranjería y la ley mordaza", como deseó poder hacer algún día la directora del periódico.
Diversidad vs. algoritmo
La periodista Ngone Ndiaye publicó recientemente en este periódico una investigación sobre las detenciones y condenas a migrantes que llegan en cayuco a las costas españolas. Durante su infancia, confesó en el encuentro, su referente en la profesión era Matías Prats, el mítico presentador del telediario de Antena 3. "No había otros referentes", ha contado durante su intervención en la mesa "El reto de construir redacciones diversas". Eso es algo que, como han compartido los participantes en ella, está poco a poco cambiando.
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Entre ellos se encontraba Nacho Calle, director adjunto de Público, quien ha defendido que, para nutrir de diversidad las redacciones es preciso no sólo contratar perfiles diferentes, sino también formar en diversidad dentro de los medios. A ello, la periodista Amarela Varela ha sumado la necesidad de que no se perciba esta cuestión como una mera "cuestión de cuotas" y ha reclamado que también haya perfiles diversos en la toma de decisiones. Todo ello, han coincidido los allí presentes, permea los contenidos del medio y habilita que se hable, por ejemplo, de situación migratoria y no de crisis migratoria, como recientemente ha decidido hacer Público.
Sin embargo, plasmar esta diversidad en el lenguaje tiene una contraparte. "Informar en positivo nos penaliza", ha denunciado Calle durante su intervención. El algoritmo se nutre de términos absolutos y sensacionalistas que generan más tráfico, alimentando en un círculo vicioso, al algoritmo. En cada red social, este mecanismo tiene unas particularidades que expulsan del timeline unos contenidos u otros. Así, el adjunto a la dirección de Público ha relatado que han sido varias las veces en las que TikTok ha borrado contenido del periódico relacionado con el genocidio en Gaza.
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Por su parte, Varela ha señalado que debido a la difusión de noticias con titulares agresivos y sensacionalistas, los lectores viven en un "post trauma permanente" y ha invitado a no hacer necropolítica del click. Esta fórmula, tan rentabilizada por una parte importante de las cabeceras españolas, supone renunciar conscientemente a la ambición de acceder al gran público y conlleva a una pérdida de competitividad frente a otros medios que no tienen complejos en llevar a cabo estas prácticas.
El reto, entonces, está en hacer de este público nicho la virtud de los medios no mainstream. Porque, como ha apuntado el propio Calle, es este público "quienes consumen nuestras informaciones". Ellas son las personas precarias, migrantes, feministas y diversas "para las que escribirnos pero que [debido a sus circunstancias vitales] no tienen tiempo para leernos", ha apuntado el director adjunto de Público. A pesar del desafío, "apostamos por estos contenidos porque tenemos un compromiso con estas temáticas y con nuestro público". También, con aquellos trabajadores que producen la información.
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Y es que, en tanto que fenómeno humano, la migración no es sólo un hecho que se cuenta. En un momento histórico en el que los autoritarismos en algunas regiones del mundo se han vuelto más feroces, los periodistas están en la primera línea de la batalla. Como resultado de la represión, muchos de ellos deben migrar.
De esta forma, la migración deja de ser un proceso vital que atraviesan otros, para convertirse en un elemento fundamental en la vida del periodista, que inevitablemente se entreteje con la visión que tiene de este y otros fenómenos. Así, la mirada de quien migra no condiciona su profesionalidad, sino que la enriquece y la hace más honesta.