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#MeToo Las cineastas advierten de que sin apoyo institucional será difícil un #MeToo de las actrices españolas

Las profesionales reclaman protección legal e institucional, y reconocen que denunciar en este país es mucho más difícil porque el mercado es mucho más pequeño.

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Una mujer hace un corte de mangas con el lema del #MeToo escrito en la mano (imagen de archivo). — EFE

Madrid,

"Alguna, no. Muchísimas. Pero no se atreven a denunciar porque pueden encontrarse con que todos los estudios les den la espalda. El mercado español es muy pequeño, todo el mundo se conoce, todos tienen relación con todos. Hay cuatro personas que controlan todo y si armas un escándalo no vuelve a contratarte nadie más", relata una experta del mundo del cine que habla sobre lo extendido que está el acoso sexual en esta industria en nuestro país, pero que prefiere mantener el anonimato.

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Unas afirmaciones que son respaldadas por diversas instituciones de esta profesión, aunque la falta de denuncias públicas las hace ser cautas en relación a la amplitud de este problema. El fenómeno #MeToo de Estados Unidos generó una onda expansiva a nivel mundial que animó a muchas actrices a denunciar que habían sufrido acoso y abusos por parte de productores y de directores. En Estados Unidos, las denuncias contra el todopoderoso Harvey Weinstein abrieron la puerta a que cientos de actrices se atrevieran a denunciar lo que habían vivido a lo largo de varias décadas. En Francia el movimiento de las actrices también fue importante.

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Al hilo de estas revelaciones, algunas actrices españolas se animaron a alzar la voz. Aitana Sánchez Gijón y Carla Hidalgo relataron cómo al inicio de sus carreras eran citadas en habitaciones de hotel para realizar supuestas audiciones; Leticia Dolera denunció haber sufrido tocamientos y la que fuera presidenta de la Academia del Cine Español, Yvonne Blake, denunció haber sido víctima de una violación a manos de un productor cuando apenas tenía 24 años. En todos los casos se mantuvo oculto el nombre de los acosadores y agresores.

Recientemente una treintena de jóvenes actrices se animaron a contar en redes sociales las desagradables experiencias que habían sufrido con el director y productor de cine Luis María Ferrández, relatando la forma en la que se aprovechó de ellas sirviéndose de su posición de poder (además era profesor) y de promesas de contratarlas en películas o cortos que estaba produciendo. El pistoletazo de salida lo dio un mensaje de la actriz Chacha Huan, que colgó unas capturas de Whatsapp con Ferrández en el que este le propone ser parte de un casting de forma extraña. Tras la avalancha de mensajes, seis de ellas contaron de forma anónima a Eldiario.es su experiencia. En este caso las denuncias son anónimas, pero el nombre del supuesto acusador se ha hecho público.

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Lo mismo ha ocurrido con las denuncias realizadas por una modelo (Nile) hacia los supuestos abusos que sufrió por parte del fotógrafo Borja Álvarez (@borjafilm). La publicación de un mensaje en su cuenta de Instagram ha animado a otras de contar historias coincidentes de forma anónima. Un suma y sigue.

La dificultad de denunciar

"Somos muy conscientes de lo difícil que es denunciar y también poder demostrar los casos de acoso o abuso en los tribunales. Es muy fácil que al final terminen por echarse atrás. Por eso es tan importante que las mujeres del mundo del cine y del sector audiovisual en su conjunto cuenten con apoyo jurídico e institucional", señala Virginia Yagüe, guionista y productora que forma parte del equipo directivo de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).

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CIMA emitió este pasado viernes un comunicado en el que muestra su apoyo a "cualquier tipo de violencia sexual, acoso o abuso de poder dentro de la industria" y recuerdan que la asociación cuenta desde hace ya un tiempo con una comisión específica para este tipo de denuncias y que cuenta, además, con asesoramiento jurídico hacia las víctimas.

"Hasta ahora las denuncias de este tipo de abusos que hemos recibido nos han llegado por canales particulares y estamos convencidas de que mientras no haya un apoyo público por parte de asociaciones e instituciones a las víctimas, éstas no denunciarán por los cauces legales ni podremos cuantificar la magnitud de este acoso", explica Yagüe en conversación telefónica con Público.

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La actriz Berta Ojeda, Secretaria de Igualdad de la Unión de Actores y Actrices, resalta que el #MeToo en Estados Unidos se estuvo fraguando durante muchos años y que cuando se destaparon los abusos, la gala de los Globos de Oro de ese año, "supuso un ejercicio de poder con las más grandes, algo que aquí no ha sucedido. Es difícil pensar que actrices no tan conocidas solitas vayan y denuncien a un productor o a un director. En Estados Unidos salió el gran poder de las mujeres. No es un reproche. No sabemos cuántas de las actrices consagradas de nuestro país han sufrido abusos de este tipo", explica Ojeda.

También hay que tener en cuenta, advierte esta activista, el fuerte rechazo con el que se encontraron muchas actrices y mujeres del espectáculo ante la denuncia de casos de abusos. En Francia, por ejemplo, se dio un movimiento muy fuerte por parte de actrices consagradas, como Catherine Deneuve, que lanzaron manifiestos públicos negando los abusos y poniendo en tela de juicio a las que se habían atrevido a denunciarlos. Otro caso a destacar es el del cantante español Plácido Domingo. "En el momento en que su caso saltó a los medios, muchas cantantes afirmaron que no eran ciertos y que ponían la mano en el fuego por el tenor. Luego él reconoció los hechos".

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"Cuando hablamos de acoso sexual o de violencia de género, no se puede culpabilizar a las víctimas de que no denuncien, de que no hagan los suficiente"

"Cuando hablamos de acoso sexual o de violencia de género, no se puede culpabilizar a las víctimas de que no denuncien, de que no hagan los suficiente. No nos podemos quedar en si ellas denuncian o no para entender que tenemos un problema", recalca Ojeda. En este sentido reconoce la importancia de que el actual ministro de Cultura decidiera suspender los conciertos del tenor en aquellos teatros que estaban bajo su responsabilidad, como el de la Zarzuela. “Aquí hubo un posicionamiento institucional muy importante. Y esto es clave”, añade.

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Todas las consultadas resaltan que desde que estallara el #MeToo se han dado pasos importantes. Sobre todo, la conciencia de que estos abusos son una realidad y de que las mujeres tienen la capacidad de denunciarlos. "El #MeToo alertó de una realidad que ahora ya no se puede cuestionar", reflexiona Ojeda. "No sé si habrá un #MeToo del cine español. Cuando no se denuncia es porque tienes miedo a que te señalen y a no seguir trabajando. El nuestro es un mercado mucho más pequeño en el que nos conocemos todos más. Por un lado sabes muchas cosas, pero existe una ley y si no hay denuncias no se puede ir más allá".

Ninguna productora de nuestro país ha elaborado planes de Igualdad

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Por esto, la Unión de Actores y Actrices, pide que se ponga el foco en que las empresas de esta industria se doten con planes de Igualdad, que en breve serán obligatorios para cualquier empresa de más de 50 trabajadores. Denuncian que en España solo Netflx cuenta con uno, pero que ninguna productora cinematográfica de nuestro país ha elaborado este tipo de planes.

Estos documentos no sólo entran a regular la necesidad de paridad en las plantillas y en los salarios, sino que necesitan detallar y consensuar con los trabajadores protocolos para que se puedan denunciar abusos y acoso de forma sencilla y efectiva y debe ser responsabilidad del Gobierno asegurar que se cumpla con este requisito.

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El mundo del cine y de la cultura en general son entornos muy particulares. Sin embargo, Ojeda afirma que esta discriminación no es exclusiva de esta industria. "En todos los sectores, si las mujeres hablaran nos encontraríamos con muchas cosas. Esto ocurre en el cine, en el audiovisual, la literatura, en el periodismo, pero también en los supermercados. Si las mujeres realmente nos pusieran a hablar, temblaría el país".

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