Maltrato animal Aficionados taurinos dedican burlas e insultos machistas a manifestantes en Bilbao
El Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia se ha movilizado este sábado en el exterior de la plaza de Vista Alegre para pedir el fin de la tauromaquia. "Esto no es cultura, es maltrato", reivindicaron.
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Bilbao, Actualizado:
La penúltima corrida de toros de la Semana Grande de Bilbao ha estado marcada por las consignas contra el maltrato animal. Antes de entrar a la plaza de Vista Alegre, los aficionados taurinos se han topado con la movilización realizada por cerca de 300 personas para pedir el fin de la tauromaquia. "Vuestras entradas están manchadas de sangre", les recordaron a los espectadores que se dirigían al coso. Algunos de ellos respondieron con burlas e insultos de corte machista.
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"Sabemos que están nerviosos", decía antes de la movilización Kontxi Reyero, portavoz del Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia (CAAB), organización que a día de hoy intenta mediante recursos administrativos frenar la licitación de la plaza de toros por otros 15 años. De hecho, el ayuntamiento tuvo que prorrogar este año el contrato con sus actuales gestores, los empresarios Chopera, para garantizar que esta Semana Grande también hubiese corridas.
"Llevamos 25 años con esta concentración. Hubo una época en la que los Antidisturbios de la Ertzaintza cargaban contra nosotras. En una ocasión me multaron con 600 euros bajo la acusación de que se había gritado 'asesinos' a los taurinos, y yo figuraba como responsable de la convocatoria", recuerda Reyero.
La movilización de este año estaba convocada a las 17.00 frente a la plaza de Vista Alegre, donde cada Semana Grande mueren 54 toros. La corrida —anunciada, al igual que las restantes de esta semana, en el programa oficial de fiestas del ayuntamiento de Bilbao— empezaba a las 18.00. A medida que se acercaba la hora y empezaban a llegar los taurinos a la zona, el ambiente se ponía cada vez más tenso. "Suelen dedicarnos insultos machistas, y eso es algo que los retrata a la perfección", decía a Público Sandra Santibañez, una activista bilbaína por los derechos de los animales que cada año acude a esta protesta. "Se ponen muy violentos", agregaba Reyero.
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"Hijos de perra"
Cuando aún faltaba una hora para que comenzara formalmente la concentración, varios policías municipales ya estaban presentes fuera de la plaza. Mientras, los organizadores repartían carteles con el lema "esto no es cultura, es maltrato". "Hijos de perra", gritaron en ese momento desde un coche en el que viajaban cuatro jóvenes.
Desde la plaza, los primeros asistentes se dedicaban a hacer fotos a los manifestantes con sus móviles. "Os pido por favor que nadie caiga en provocaciones", decía Reyero desde la megafonía. "Tenemos que usar la razón, porque la tenemos", afirmó. En ese momento ya había dos patrullas de la Ertzaintza fuera del edificio.
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Entonces empezaron los cánticos contra la muerte de toros. "Esa plaza la vamos a cerrar", remarcaron. "Lindas putas al paredón", entonó un taurino que pasó frente a la concentración. Otros se acercaron hasta el cordón detrás del que se encontraban los manifestantes, haciéndoles burlas.
Cuando faltaba media hora para que empezara la corrida, la Ertzaintza retiró a algunos espectadores que hacían gestos provocadores desde el exterior de la plaza. A medida que avanzaba la tarde y llegaban más taurinos, se repetían las burlas y gritos hacia los concentrados.
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Un obispo thuqista
Uno de los momentos más llamativos se produjo en torno a las 17.45, cuando hizo aparición un individuo vestido de obispo. Muchos pensaron que era una despedida de soltero, pero en realidad se trataba de Pablo de Rojas, autodenominado obispo de la ultraconservadora Iglesia Thuqista.
"Como habéis visto, la entrada ha sido ridícula total. Nos podemos ir contentos de esta plaza", afirmó Reyero poco después. La concentración se convirtió entonces en manifestación y recorrió varias calles de Bilbao. La plaza de Vista Alegre, donde ya estaba todo preparado para que volviesen a morir varios toros tras ser salvajemente heridos, quedaba atrás.
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