Madrid, ante el desafío controlar la contaminación en la desescalada
El calor y el aumento del tráfico derivado de la desescalada ha dado paso a un ligero repunte de la contaminación por ozono. Aunque no se han superado los valores límites aconsejados por la OMS, los grupos ecologistas reclaman medidas para evitar que el desconfinamiento venga aparejado de un incremento de emisiones.
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madrid,
Las previsiones de la calidad del aire no son tan buenas como antes. El estado de alarma y el descenso de la movilidad ha propiciado que la atmósfera de Madrid, una de las ciudades con más contaminación del Estado español, se limpie y reduzca sus emisiones cerca del 60% durante los dos primeros meses de confinamiento, según los datos oficiales del Ayuntamiento de la capital recogidos por Ecologistas en Acción. Sin embargo, la desescalada podría significar un retorno a los malos datos.
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Pese a no haber entrado en la Fase 1, las previsiones del Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid llevan varios días mostrando un alza en la contaminación. Si bien es cierto que por el momento los valores recogidos no han llegado a superar el valor límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud, desde el 21 de mayo las previsiones diarias han pasado de ser "buenas" –tipificadas con un color azul verdoso– a ser "regulares" –marcadas por el color amarillo–.
Hoy jueves, prevemos que la #calidaddelaire será regular en la ciudad de Madrid https://t.co/oEyS6Kj4tp. pic.twitter.com/GntJJCxyE7
— Calidad del Aire en Madrid (@airedemadrid) May 21, 2020
Juan Bárcena, responsable del área de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción, explica que este ligero empeoramiento de la contaminación se debe, principalmente, a un incremento de los niveles de ozono, que "en cierto modo es el gas del verano", ya que su formación se da a partir del contacto con otras emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) e hidrocarburos que reaccionan ante la presencia de calor y luz solar.
En ese sentido, las circunstancias se están volviendo cada vez más favorables al repunte, ya que se ha pasado de un escenario de confinamiento –donde la movilidad en coche ha sido reducida– y marcado por inestabilidad meteorológica a una etapa donde el calor empieza a predominar y el uso del transporte en la ciudad experimenta un incremento paulatino. Tanto es así, que las últimas cifras del Ayuntamiento madrileño hablan de un 19% más de tráfico respecto a la semana anterior.
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Dadas las circunstancias, ¿es inevitable la vuelta de la contaminación? Los grupos ecologistas tienen claro que el poder municipal puede hacer mucho más para evitar que Madrid vuelva a ponerse la boina de humos. "No cabe lugar para la resignación. El poder mantener la calidad del aire dentro de los umbrales máximos aconsejados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un derecho. No podemos permitirnos volver a respirar aire contaminado", argumenta Adrián Fernández, responsable de Transportes en Greenpeace.
Para Bárcena las políticas de movilidad como Madrid Central "se deben reforzar" durante esta etapa de descofinamiento si se quiere evitar el repunte de la contaminación. "La tendencia va a ir en favor de un incremento del uso del coche, porque el virus ha puesto en cuestión la seguridad del transporte público", denuncia el experto, que reclama medidas para favorecer la movilidad sostenible y la descongestión del transporte público madrileño.
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"Todavía no estamos en valores altos. De hecho, para la altura del 20 de mayo la red ya había superado el límite en treinta ocasiones el año pasado y de momento sólo se han contado tres repuntes", explica esperanzado, dejando constar que los niveles de contaminación de Madrid son actualmente similares a los que "se pueden dar en el monte de Toledo". "Sería una pena perder esto", lamenta.
Asociaciones como Ecologistas en Acción, Greenpeace, Madrid a Pie o la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) llevan reclaman una desescalada basada en la peatonalización de calles y el fomento del uso de la bicicleta en la capital. La premisa principal es evitar que el temor a las aglomeraciones en el transporte público se traduzca en un incremento del uso del coche como ya ha ocurrido en China, donde el uso de vehículo privado se duplicó tras la pandemia, según un informe de la agencia Ipsos.
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¿La vuelta de la zona SER?
Pero, el incremento zonas peatonales no parece suficiente. El Ayuntamiento de Madrid, que ha mantenido en pleno funcionamiento la zona de bajas emisiones, desactivó tras el estado de alarma el funcionamiento de las zonas SER (Servicio de Estacionamiento Regulado) y, pese a la desescalada, su activación no ha sido anunciada.
Para Fernández, el hecho de que Madrid Central siga vigente es "de agradecer", pero mantener las zonas SER –de mayor dimensión que la zona de bajas emisiones– supone un aliciente para que se incremente el uso del coche durante la desescalada. "Su suspensión al principio del estado de alarma tenía sentido, pero a día de hoy la mayoría de ciudades están recuperando estos sistemas. Es una ocasión idónea para activar el servicio".
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Los ecologistas advierten de que la suspensión de estas zonas tiene un doble inconveniente: "Nos vamos a encontrar un escenario de más contaminación, porque estas zonas reducen la atracción diaria de coches al centro, pero también con una experiencia peor para los conductores comerciales o de reparto que si tienen necesidad de utilizar el vehículo".
El Ayuntamiento de Madrid anunció que las zonas SER estarían suprimidas hasta el final de estado de alarma. Este medio ha contactado con el Consistorio para saber si tenían previsto adelantar su reactivación con motivo de la desescalada y del incremento del tráfico experimentado durante la última semana, pero todavía no ha obtenido una respuesta.