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Macrogranja Albacete Un pueblo de Albacete, contra una macrogranja de cerdos que generará 61.000 toneladas de purines

Los vecinos de Pozuelo, de 400 habitantes, protestan contra el proyecto ganadero industrial y reclaman al Ayuntamiento que paralice su construcción debido a los problemas de contaminación de acuíferos que podría generar.

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Granja industrial de cerdos. — AFP-Archivo/Josep Lago.

madrid,

"¿Quién va a querer vivir aquí?", se pregunta José María Ruiz, habitante de Pozuelo (Albacete). Sus palabras hacen referencia a la posible llegada de una de las mayores macrogranjas de Castilla- La Mancha, que podría hacer que el municipio tenga más cerdos que vecinos. La empresa agropecuaria CEFU S.A. cuenta con el respaldo del alcalde y pretende construir seis naves agropecuarias que darán cobijo a 84.640 lechones. Un número que desencadena otros números, como las 61.542 toneladas anuales de purines (mezcla de heces y orín) que los cerdos dejarán en el pueblo. O como los 217.303 m3 de agua que se consumirán cada año para sacar adelante la producción y los 400.000 kilos de metano que se emitirán al año, según los datos del proyecto. 

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"Esta no es la primera ve que el alcalde quiere traer un negocio así", explica Inma Lozano, portavoz de la plataforma NO a la macrogranja en Pozuelo y Argamasón. En el año 2017 se planteó una granja de mayores dimensiones, pero terminó siendo desechado por las consecuencias ambientales que llevaba asociado.  "Después de aquello, pedimos que se legislara para blindar el pueblo e impedir que se asentasen explotaciones de este tipo, pero no se hizo nada. Ahora, de pronto, nos encontramos con que el NEVA [portal de transparencia de Castilla-La Mancha] publica el proyecto".

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Natalio Jesús Rodenas López, portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Pozuelo, explica a este medio que fue en el mes de julio cuando supieron que el alcalde estaba empezando a "mover los hilos", pero reconoce que hasta el mes de diciembre no supieron que el Consistorio había presentado ya el informe de compatibilidad urbanística, primer paso par que la macrogranja llegue. "En ese momento, convocamos un pleno extraordinario y pedimos que el PSOE tome posición y que se desarrolle una normativa de purines, pero el alcalde manifestó que no lo veía oportuno".

"El alcalde es el único que lo apoya", dice Lola Molina, una vecina de Argamasón, una pedanía de Albacete que también se ve afectada por el proyecto, debido a la cercanía de la aldea a los terrenos donde se planifica que se construyan las naves. Lo cierto es que el rechazo sobrepasa las fronteras de Pozuelo, ya que tanto la Diputación Provincial como el Ayuntamiento de la ciudad de Albacete aprobaron en el mes de diciembre dos mociones contra el negocio. Por lo que respecta a la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, fuentes de ese área señalan a Público que el proyecto está "en fase cero" y argumentan que su publicación en el NEVA responde a criterios de transparencia. "Nuestros técnicos tendrán que iniciar un proceso largo de análisis y estudio, hay que ver la viabilidad y después hay que ver si se le concede la Declaración de Impacto Ambiental".

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Una amenaza para los acuíferos

Tanto vecinos como oposición señalan al mal estado de los acuíferos del pueblo, que ya tiene que beber agua embotellada por un exceso de nitratos que podría aumentar, según denuncian, si las tierras de la zona tienen que absorber las más de 61.000 toneladas de purines que se estiman en el documento preliminar del proyecto entregado por la empresa a la Junta de Castilla-La Mancha. Tanto es así que, en un bando municipal del año 2015, el propio Ayuntamiento de Pozuelo recomendaba no beber agua del grifo a ancianos, niños y mujeres embarazadas, debido a la contaminación da las masas de agua.

"No estamos diciendo nada nuevo. Se trata de un problema que ya se ha visto en otras zonas donde estas macrogranjas están instaladas: olores y contaminación de las aguas. Teniendo en cuenta que, en Pozuelo, ya tenemos un exceso de nitratos que nos impiden beber con seguridad del grifo, no se entiende que se pretenda instalar una explotación así. Va a ser perjudicial para nuestros acuíferos", dice el vecino José María Ruiz.

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Habitualmente, una de los argumentos que llevan a defender este tipo de negocios es el empleo. Según el proyecto presentado por la empresa, la fase de construcción podría crear cerca de más de treinta puestos de trabajo y unos 22 durante su funcionamiento. Sin embargo, estas cifras "no merecen la pena", explica Ruiz, que considera que este tipo de negocios, además del impacto ambiental y en la salud pública, tienen unas consecuencias demoledoras para la despoblación. "Tanto hablar de la España vaciada y lo único que se les ocurre a los dirigentes es esto... No va a generar puestos de trabajo en el pueblo. Aquí nos vamos a quedar sólo con la mierda, mientras unos pocos se reparten los beneficios".

Lozano –que además de ser integrante de la plataforma local es miembro de la organización estatal Stop Macrogranjas– ya ha visto cómo la ganadería industrial favorece la dispersión de la población más joven. "Al final, la gente que trabaja en estos centros no son del pueblo. En este caso, nadie va a querer vivir al lado de una granja, con los olores y la contaminación del agua. Lo normal es que, teniendo Albacete a 32 kilómetros, la gente venga desde allí", expone. 

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"El tema ambiental es muy importante, porque de por sí tenemos niveles muy altos de nitrato. Pero es verdad que tampoco creemos que sea un negocio que vaya a contribuir a aumentar la población. Es más, no creo que nadie quiera tener una casa en Pozuelo si llega la granja", agrega el portavoz del PP.

Un camino en mitad de la granja

Aunque la explotación sólo está en fase de proyecto, los vecinos y la oposición ya han empezado a buscar posibles alegaciones que impidan el asentamiento del negocio ganadero. Pese a todo, la ubicación donde se prevé levantar las seis naves cumple con todos los requisitos, ya que los lechones se criarán a kilómetros del centro urbano. Sin embargo, hay un elemento dentro del terreno que podría ser la válvula de escape perfecta.

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La construcción de la cuarta nave está planificada en mitad de un camino público que separa dos parcelas, de tal forma que se necesitará que el Consistorio autorice un nuevo trazado para que la macrogranja tenga compatibilidad urbanística. "Esta podría ser una posible alegación", comenta Lozano.

Desde el Partido Popular ya están al tanto y, según explican a Público, han presentado los documentos necesarios para solicitar información al Ayuntamiento sobre si la empresa ha solicitado ya a la Diputación que se modifique el trazado del camino.

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Este periódico ha tratado de ponerse en contacto en varias ocasiones con el alcalde de Pozuelo, Gregorio Moreno López, pero no lo ha conseguido. También ha preguntado a la empresa, CEFU S.A., sobre la forma en la que plantean reducir el impacto de los purines en el entorno, pero no ha obtenido respuesta en el momento en el que se publica este artículo.

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