El lince emprende la "inevitable" conquista de Madrid
La Comunidad de Madrid quiere acordar con el Gobierno central la reintroducción del lince ibérico en El Pardo. La especie ha sido vista en varias ocasiones en el oeste madrileño y los ecologistas ven con buenos ojos la llegada del felino a la capital.
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madrid, Actualizado:
El pasado mes de junio, efectivos del Cuerpo de Agentes Forestales interceptaban a un ejemplar de lince ibérico que caminaba cerca del área urbana de Boadilla del Monte, municipio ubicado al oeste de la Comunidad de Madrid. Los trabajadores lograron reconducir al animal hacia una zona forestal y alejarlo de las carreteras para evitar su atropello.
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Esta no era la primera vez que se detectaba presencia de un ejemplar en Madrid –donde los censos no registran poblaciones–, ya que en los últimos años se han hallado rastros y heces de este mamífero de orejas puntiagudas en territorio madrileño. Por ello, la Consejería de Medio Ambiente quiere dar al lince un espacio seguro y hacer que las visitas que realiza desde otras zonas del país dejen de ser anecdóticas. El Gobierno autonómico ha propuesto al Ministerio para la Transición Ecológica un plan para reintroducir al felino en el territorio y contribuir a la recuperación de una especie que sigue en peligro de extinción.
Según fuentes del gabinete autonómico de Medio Ambiente, la intención es que el animal se asiente en el Monte de El Pardo, ya que se trata de un espacio aislado de carreteras donde podrá vivir seguro y disponer de conejos para alimentarse. Aunque la petición se ha hecho pública ahora, la Comunidad de Madrid lleva desde 2018 elaborando informes y trabajando para encontrar un hábitat apto para su supervivencia y su estabilidad poblacional.
La elección de esta zona para las primeras sueltas tiene que ver también con el régimen de propiedad de los terrenos, explican desde la Consejería de Medio Ambiente, ya que pertenecen a la propia Comunidad y a Patrimonio Nacional. Así, se simplifica parte del proceso relacionado con la firma de convenios con propietarios de tierras, quedando la decisión final sujeta al acuerdo entre el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.
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Ramón Pérez de Ayala, responsable del programa de Especies de WWF, ve viable la introducción del felino en Madrid, aunque pone en duda que El Pardo sea el espacio más adecuado. "Es una zona muy pequeña y no creo que allí las poblaciones de conejo estén para tirar cohetes. Aunque es verdad que se garantiza que la propiedad del terreno sea pública, creo que es una zona que puede estar algo desconectada y aislada de otras dónde ya habitan los linces", indica el experto, que ha participado en los programas de sueltas de linces en otras regiones de España y Portugal.
"Lo que está claro es que la presencia del lince en Madrid es inevitable. Se quiera o no, va a empezar a criar allí, porque en Montes de Toledo, según los datos de 2022, ya hay más de cien ejemplares y es normal que se acerquen", opina el experto de de la organización conservacionista.
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Desde el área de Medio Ambiente no han especificado cómo se harán las sueltas, pero desde WWF explican que la manera habitual en otras zonas de España ha sido introducir a las crías en un cercado de en torno a una hectárea. De esta forma se pretende fijar a los ejemplares al lugar y evitar que se dispersen. Las sueltas se hacen siempre en parejas, un macho y una hembra.
La situación del lince ibérico
El lince ibérico es la especie del género Lynx más amenazada en la actualidad, además de ser el felino en situación más crítica del mundo. La fragmentación de su hábitat, la escasez de presas para su supervivencia, la caza ilegal y los atropellos son las razones detrás de su declive, según el análisis del Ministerio para la Transición Ecológica.
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En España, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales ha desarrollado actuaciones de mejora poblacional durante los últimos años. Se han creado cinco centros de cría en cautividad y, fruto de ello, se ha conseguido cambiar el estatus de amenaza por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que ha pasado de "en peligro crítico" a "en peligro".
El último censo disponible en la web de Transición Ecológica, del año 2022, habla de al menos 1.668 ejemplares repartidos entre España y Portugal, de los que el 84% estarían asentados en hábitats españoles.