Juicio a Juana Rivas Juana Rivas: "¿Cómo puedo yo alienar a mis hijos si desde hace más de un año viven con su padre?"
El juicio en Italia por la custodia de los hijos de Juana Rivas ha quedado visto para sentencia este jueves, en una sesión que duró apenas 15 minutos y en la que se ratificó que no se incluyen en el sumario las pruebas sobre violencia de género.
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Madrid, Actualizado:
El juicio por la custodia de los hijos de Juana Rivas de 12 y 4 años, ha quedado visto para sentencia en Cagliari (Cerdeña), en una vista final que duró apenas 15 minutos y en la que cada una de las partes presentaron sus conclusiones finales.
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Tal como comenta a Público la abogada de Juana Rivas en Italia, María Eugenia Álvarez, "nuestro escrito de conclusiones ha estado centrado de rebatir de forma total el método pericial llevado a cabo por la perito designada por el juzgado, Ludovica Iesu, porque está basado en el Síndrome de Alienación Parental, un método científico que no existe y que ya ha sido objeto de críticas a Italia y a España desde Europa por aplicarlo". Alvarez advierte de que si el tribunal finalmente basa su decisión utilizando una pseudo-ciencia, "el resultado será malo".
La defensa de Rivas presentó el pasado mes de diciembre, un amplio informe elaborado por "reconocidos" expertos de la psicología, que rebatían uno por uno las conclusiones del informe pericial de Iesu, rebatiendo la existencia del SAP.
La abogada afirmó también que en esta vista final, también había vuelto a presentar cientos de documentos "que durante los últimos dos años había pedido que se incluyeran en el juicio, y que no se han tomado en consideración". Entre ellos, los informes psicológicos del hijo mayor, realizados en Granada, la denuncia de Rivas contra su expareja, Francesco Arcuri, por malos tratos continuados presentada en agosto de 2016 y que nunca se ha tenido en cuenta, o las denuncias (hasta 6) que Juana Rivas interpuso en Italia contra Arcuri por malos tratos físicos y psicológicos contra sus hijos.
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Juana Rivas, que estuvo presente en la vista de este jueves, explicó a Público cómo a lo largo de todo el juicio, no se ha admitido ninguna prueba sobre los malos tratos que Arcuri había realizado contra ella, pero sobre todo contra los niños. "Es como si nos hubieran puesto un esparadrapo den la boca", afirma.
Relata que sus hijos siguen sufriendo los insultos y los malos tratos diarios a manos del padre, pero que a la que culpan de alienarlos y manipularlos es a ella. "Debo tener superpoderes", afirma Rivas, "porque no sé cómo puedo yo alienar e influir tanto sobre mis hijos si desde hace un año y tres meses viven con su padre, aislados en una pequeña casa, perdida en una pequeña isla".
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Rivas se lamenta que durante el juicio, en ningún momento se pusiera en tela de juicio el testimonio de Arcuri, "que durante año y medio en el que estuve viviendo con mis hijos en Granada sabía perfectamente dónde estaban, el número de teléfono para localizarme y que podía venir a verlos". Sin embargo, explica que "en ningún momento lo hizo, ni se preocupó en venir a ver que estaban bien".
Tal como relata Alvarez, "durante el proceso se han vulnerado muchos derechos internacionales, entre ellos el de los niños de poder viajar a España para ver a su familia materna, tíos, abuelos, amigos... Se solicitó varias veces, incluso dando garantías consulares, que pudieran viajar a España para estar con su familia, pero el juzgado siempre lo denegó. ¿Cómo puede un estado decidir que se queden aquí eternamente?. Eso no está escrito en ningún sitio", afirma la abogada.
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Aunque son pesimistas sobre el resultado de la sentencia, visto la forma en la que se desarrolló el juicio y la "nula credibilidad" que se ha querido dar a Rivas, la abogada afirma que llevarán el proceso hasta las últimas consecuencias, recurriendo al tribunal de apelaciones de Cagliari, y si no al tribunal Supremo.
Dentro de unos días, el próximo 27 de febrero, la sección primera de la Audiencia de Granada fallará sobre el recurso de apelación que presentó la representación legal de Rivas contra la sentencia del juzgado de lo penal número 1, que la condenó a cinco años de prisión por dos delitos de sustracción de menores y a la retirada de otros seis de la patria potestad.