"Millones de personas se creen enfermas sin estarlo en realidad"
Los médicos Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández denuncian en 'La expropiación de la salud' que la sanidad se ha "mercantilizado" y que sus profesionales hacen creer a los pacientes que todo se arregla con fármacos.
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MADRID.- Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández son médicos de cabecera y defensores de un sistema sanitario "científico, humano y con límites". En su último libro, La expropiación de la salud (Los libros del lince), este matrimonio denuncia que los ciudadanos, sanos o enfermos, ya no mandamos sobre nuestro cuerpo ni sobre nuestra vida porque la medicina actual, que tachan de "arrogante" y "omnipotente", nos ha arrebatado el derecho a la salud, al dolor, al envejecimiento y a la muerte.
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En su biografía se define como practicante de una medicina con límites, científica y humana. ¿Qué quiere decir eso?
Defendemos una medicina que sea prudente en la cual, por un lado, se responde con cortesía, amabilidad y ternura al sufrimiento del paciente. Por otro lado, defendemos que se emplee sólo lo mejor de la ciencia puesto que la mayor parte de los trabajos científicos son falsos, como apuntó John P. A. Ioannidis, doctor de la Universidad de Standford. Los médicos podemos ofrecer pocas cosas que verdaderamente tengan fundamento científico. Por último, hablamos de una ciencia humana en el sentido de conmoverse, porque los médicos no podemos ser indiferentes al sufrimiento del paciente y de la sociedad en ultimo término.
"Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico"
Dicen en el libro que los médicos nos han expropiado la salud porque ellos deciden si estamos enfermos o sanos. Algunos dirán que son profesionales y que, en este campo, sabrán más que nosotros, ¿no?
Quien diga eso está absolutamente expropiado de su salud porque hay cosas que no pueden definir los médicos. Por ejemplo, la felicidad. Un médico no puede decidir cuando usted es feliz. Es un bien personal, igual que la salud. Usted es el que define que se siente sano. Los hechos lo demuestran. Si el paciente dice que se encuentra sano, tiene muchísimas menos probabilidades de morir que si el médico dice que el paciente está enfermo. Tiene mucho mayor poder predictivo el paciente sobre su propia salud que el médico. Por el contrario, como el paciente diga que esta muy enfermo, el paciente estará muy enfermo aunque el médico lo examine y diga que no tiene nada. Hay cosas que la medicina no puede definir porque tiene que tener límites, de manera que es el propio paciente el que define si está sano o no.
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¿Somos culpables entonces de haber dado tanto poder a los médicos?
La población, en general, tiene expectativas excesivas, espera demasiado de los médicos. En parte, son innatas. El ser humano tiene miedo a la muerte porque no termina de entenderla. Y la mayoría de humanos prefiere seguir siendo joven porque ve la vejez como una decrepitud. Por otra parte, hemos perdido otras esperanzas. Durante muchos siglos y milenios, la mitología y la religión han rellenado unos huecos en la mayoría de la población, sobre todo relacionados con la esperanza después de la muerte, que alguien tenía que heredar.
"La población, en general, tiene expectativas excesivas, espera demasiado de los médicos"
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¿Qué es la biopolítica?
Es aquella política que emplea el cuerpo humano como forma de control, básicamente a través de la introducción de miedos. Antes actuaba de esa forma la religión, con el miedo al infierno y a la muerte. Ahora, se emplea con el miedo a la enfermedad, al dolor y a la muerte en el sentido del control del cuerpo. La medicina reduce todo a cultivar el cuerpo, olvidando la mente, la cultura, el arte, la amistad, la familia... La gente empieza a vivir en el cuerpo a cuerpo, metida en los gimnasios, y con una gran preocupación por la salud y la forma física.
"El mayor problema es que no estamos dispuestos a admitir las adversidades"
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Advierte de que se está perdiendo la medicina bien hecha, "con calidad y calidez". ¿Qué papel han jugado los recortes en esta situación?
Los recortes están agudizando este escenario porque han sido recortes con motosierra. Indudablemente, hay menos personal, menos dinero, más interinos, más precariedad… La calidad y la calidez, la medicina científica y humana está alejándose cada vez más de la práctica diaria.