La industria del cannabis dona toneladas de alimentos ecológicos a familias sin recursos
El proyecto de Canna Social en el que han participado tres empresas del sector del cáñamo ha distribuido 70.000 kilos de alimentos de calidad entre las personas más necesitadas a causa de la pandemia.
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Ha sido una operación de 70 toneladas, la mayor que se ha registrado en España hasta el momento. Así podría ser el encabezamiento de una de tantas noticias en las que aparece la palabra cannabis (o marihuana) en las secciones de sucesos, pero, en este caso, es el de una donación de alimentos frescos y ecológicos a bancos de alimentos para personas sin recursos económicos que han hecho posible tres empresas del sector del cáñamo, un proyecto social sin precedentes en nuestro país.
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La idea es de Canna, una empresa de origen holandés líder en la producción de fertilizantes para el crecimiento del cannabis con sede en un gran número de países, entre ellos España, donde cuenta con una plantilla de cerca de treinta profesionales. Ante los efectos devastadores de la pandemia de la covid-19 en la economía y la salud de miles de personas, se planteó poner en marcha un proyecto para ayudar a las que más han sufrido sus consecuencias. Así nació Canna Social, un ejemplo práctico de responsabilidad social corporativa cada vez más habitual en las empresas y que ahora ha llegado también a las del sector del cannabis, cada día más pujante pese a la ausencia de una regulación sobre su uso en el Estado español.
Canna Social se puso en contacto con otras dos empresas de la industria del cannabis, Agropharm, que trabaja en el diseño y construcción de instalaciones de cultivo medicinal, y con Castilla Bio Lab, biotecnológica que se ocupa de la integración del cáñamo como especie vegetal de alto rendimiento. Y fruto de esa colaboración se ha realizado un cultivo de calidad, ecológico, en huertos de Córdoba y Palencia con una superficie total cercana a las tres hectáreas, para donar su producción a bancos de alimentos y organizaciones sociales de ambas provincias.
Desde que se puso en marcha el proyecto en marzo del año pasado hasta diciembre, se han recolectado más de 70 toneladas de verduras y hortalizas, y también de alguna fruta, según ha informado a Público Belén Camarero, coordinadora de Marketing de Canna España y responsable de Canna Social. Es una producción que casi ha duplicado la que habían previsto, unas 40 toneladas, con la que calculaban llenar unas 20.000 cestas de alimentos para surtir las diezmadas despensas de unas 30.000 personas.
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El presidente de un banco de alimento: "Nunca habíamos tenido algo así. Alguna vez hemos tenido la donación de un huerto, pero algo circunstancial"
"Sentimos una felicidad enorme por haber podido hacer este proyecto y haber llegado a recoger mucha más producción de la que esperábamos, además de habernos encontrado con gente maravillosa, porque la parte humana es la que ha prevalecido en todo el proyecto", asegura Camarero.
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La producción de sendos huertos en Amayuelas y Abia de las Torres, en Palencia, ha permitido durante cerca de nueve meses abastecer con calabacines, tomates, pimientos, cebollas, patatas, puerros y otros productos ecológicos a la Asociación de Acción Social Itaca 3 y a los centros de desarrollo rural de Carrión de los Condes y Ucieza. Mientras que la de una finca situada en Montalbán ha surtido al almacén del Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba, que nunca había recibido una donación periódica de productos ecológicos como la que ha tenido durante gran parte de 2021.
"Nunca habíamos tenido algo así. Alguna vez hemos tenido la donación de un huerto solidario de voluntarios, pero algo circunstancial, no como esto", dice Carlos Eslava, presidente del Banco de Alimentos de Córdoba, una institución que, en su gran mayoría, recoge pasta, arroz, legumbres, productos menos perecederos que no permiten que las familias más necesitadas que se alimentan gracias a estas organizaciones puedan alcanzar una dieta mínimamente equilibrada.
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Una alimentación que escasea en las donaciones
El alimento fresco es el gran ausente, por lo general, de las recogidas que llevan a cabo estas organizaciones para distribuirlo luego entre las familias en situación más vulnerable. Según Carlos Eslava, en su caso sólo reciben periódicamente de cooperativas agrícolas los excedentes de producción que no pueden ir al mercado, pero con una calidad bastante inferior a la que tienen las verduras y hortalizas del proyecto de Canna Social. La alimentación ecológica forma parte, además, del espíritu con el que nacieron los bancos de alimentos: acabar con el desperdicio y luchar contra la degradación del medio ambiente, apostilla el responsable de esta institución en Córdoba, que se jacta de disponer ya de una furgoneta eléctrica para sus repartos.
De la producción ecológica de este proyecto de las empresas del cannabis se han beneficiado en la provincia cordobesa comedores sociales, centros de acogida de personas sin hogar o con adicciones, lugares en los que se podían consumir casi en el día los alimentos donados. "Y están encantados –afirma Eslava-, porque son productos de primera calidad y eso se nota. Ni en mi casa los tengo yo, porque resultan difícil de conseguir en los supermercados y en las tiendas de proximidad de tu barrio".
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El proyecto ha concluido, aunque Canna Social se propone nuevas iniciativas
La huerta de Córdoba que les ha abastecido es completamente ecológica, según Juan Manuel Pachón, uno de sus responsables: "Dentro de la gestión hemos introducido como seto perimetral hierbas aromáticas como el hinojo y la albahaca, con las que se pretende evitar la aparición de plagas, y también el uso de repelentes naturales extraídos de la misma huerta, como el jugo de guindilla para los conejos y los caracoles". El director de proyectos y venta de Agropharm Projects, Rafael Rey, lo dejaba claro en un comunicado de su empresa cuando se puso en marcha la iniciativa: "Llevábamos tiempo detrás de un proyecto así. Queríamos contribuir a mejorar nuestro entorno. Tenemos que darle las gracias a Canna por haber contado con nosotros en el lanzamiento de Canna Social. Nos encantaría que contaran con nosotros muchos años más".
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Este proyecto, sin embargo, de momento ha concluido. Estaba previsto para que se llevara a cabo sólo durante el pasado año, aunque Canna Social se propone ahora poner en marcha otras iniciativas que aún no quiere revelar. "Esperamos que este tipo de proyectos sirvan como concienciación y que generen una acción positiva, que sirvan como motor para impulsar a otras empresas de nuestro sector a que se sumen a estas actividades. Somos un sector que a veces es un poco criticado, pero creemos que como cualquier empresa de otro ámbito tenemos mucho que aportar a la sociedad", subraya Belén Camarero.
Y en el Banco de Alimentos de Córdoba estarían encantados de que siguiera el proyecto. "Ojalá que durase esto muchos años más y que se extendiera a otras provincias, porque eso le daría estabilidad", dice el presidente de una institución que durante los meses más duros de la pandemia llegó a alimentar a más de 40.000 personas.