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Hospital Isabel Zendal Sanitarios del Zendal denuncian las pésimas condiciones de trabajo pese a las amenazas

En el hospital de emergencias falta material básico como carros de parada o sondas de aspiración. Los trabajadores denuncian un caos absoluto, falta de control entre zonas limpias o sucias de covid y pocos recursos para atender a los pacientes de forma adecuada.

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inauguración del hospital de emergencias Isabel Zendal./ EFE

madrid, Actualizado:

"Es todo un caos. La Comunidad de Madrid no lo va a reconocer pero no se está cuidando bien a los pacientes. Esto es lo más grave. Más allá de las presiones, de la falta de material o de la ausencia total de coordinación, lo importante es que no hay capacidad ni recursos para atender de forma adecuada a los enfermos". Este es el resumen de una enfermera que ha sido trasladada forzosamente al Isabel Zendal. Fue al hospital de emergencias por miedo a perder su trabajo al tener un contrato de refuerzo covid. Ahora hasta se arrepiente: "Se sufre mucho cuando se trabaja en estas condiciones. Muchas trabajadoras tenemos ansiedad. Estoy pensando en renunciar porque, además, tardo más de una hora en llegar y otra en volver a casa. Pero todos tenemos miedo de que no nos vuelvan a contratar". No se atreve a decir su nombre por miedo a las represalias de la dirección del Zendal y de la Comunidad de Madrid.  Su caso no es único, es lo que están sufriendo buena parte de sanitarios que tienen contratos temporales y las condiciones de trabajo más precarias.

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Según varios afectados, la Dirección del hospital avisa a los sanitarios de que no graben vídeos ni informen a los medios de comunicación de las condiciones en las que se trabaja. Además, han identificado a enfermeras que sí lo han hecho y notifican estos casos a la Comunidad de Madrid. Alma Blanco Cazorla, enfermera de UCI del 12 de octubre y delegada del MATS, denuncia esto mismo:  "El Zendal es un agujero negro del que no podemos ver nada. El personal está sufriendo ansiedad por cómo están tratando a los pacientes. Les han dicho que se olviden de cómo les gustaría tratar a los pacientes porque es medicina de guerra. Eso valía para la primera ola, no para ahora. Pero los trabajadores tienen miedo a denunciar y hablar". 

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Pero, aunque sea de forma anónima, Público ha podido contactar con cinco trabajadores que han estado en el Zendal y todos comparten el caos absoluto en el que está inmerso el hospital. "Hay muchas personas que no han trabajado con pacientes covid o que acaban de empezar a trabajar. Hay trabajadoras que no saben disolver un remdesivir que es una medicación básica para la covid. En esta situación es normal que se agobien y lloren. Aunque el verdadero problema es que no hay control alguno. Los supervisores, como si no existieran. No tenemos ni las planillas de febrero. Vamos al día. No hay comunicación entre turnos con el riesgo que eso supone para los pacientes", relata una sanitaria a este medio.

"Se va siempre tarde, mal y a rastras. No hay personal para tantos pacientes ni control alguno"

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Otro trabajador añade que hay muchos problemas durante los fines de semana por la falta de personal. Por ejemplo, solo hay un técnico abasteciendo a Farmacia sin ningún farmacéutico: "Ese técnico asume responsabilidades que no les toca. Esa persona pone los pedidos, los valida y los carga. No es asumible. Hay muy poco personal para los pacientes que están entrando. En fin de semana, 70 al día. Para una enfermera la ratio puede ser hasta mayor de 25 pacientes. Se va siempre tarde, mal y a rastras. La medicación sube tarde porque hay una persona saturada que se tiene que encargar de ello y se administra tarde por lo mismo". Según los datos de la Comunidad de Madrid, el centro atiende ahora 420 pacientes. 

Un celador que estuvo trabajando allí a finales de diciembre también recuerda el caos y la "falta de protocolos". "La sensación es de un hospital que no está terminado porque carece de instalaciones, servicios y material básico", explica a este medio. La falta de organización va desde la "improvisación" ante cualquier trabajo que hacer a la carencia de medicación cuando iba a recogerla y "no había suficiente" o incluso encontrarse que un día eran siete celadores y al siguiente cinco. "Los compañeros hacen su trabajo como pueden pero con esos medios y esas condiciones es frustrante porque no se puede. Te ves impotente y eso repercute en la atención al paciente", añade.

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"No hay organización por lo que no hay espacios limpios o sucios de covid"

Los sanitarios recuerdan también que no hay cafetería. Según cuentan, durante la nevada por Filemona los trabajadores tuvieron que comer sándwiches de la máquina. Solo hay un cátering y toda la comida llega de una central. En el hospital solo se calienta. La calidad de la comida, además, se puso en duda tras las denuncias que le hicieron llegar dos familiares de pacientes al periodista Antonio Maestre.

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Otro problema gravísimo es que no hay control entre zonas limpias y sucias. "Los pacientes pasean al lado de los controles sin mascarillas. Cuando entras pasas por una zona que está entre las camas y el baño y hay pacientes sin mascarillas. No hay control ninguno. Hay trabajadores que lo hacen bien pero otros se van con el EPI puesto a control o a firmar papeles sin quitárselo y así puedes contagiar al resto de trabajadores que no tiene puesto el EPI", explica el sanitario.

A estas denuncias, Alma Blanco añade que varios trabajadores les han confirmado que no tienen taquillas y que les falta material muy básico para trabajar. Según estas declaraciones, no tienen sondas de aspiración que son necesarias para los pacientes que están intubados y tiene mocos. "Es la única forma de quitar los mocos. Si no se tiene, hay un gran riesgo de que el paciente se ahogue. Si se hacen tapones, el paciente muere", explica la enfermera de UCI. Además, hay carros de parada vacíos. Estos son otros de los materiales básicos de un hospital: un conjunto de cajones y bandejas con medicamentos y dispositivos elementales para una respuesta rápida ante emergencias médicas como un paro cardíaco.

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Alda Recas, portavoz de la Asociación Madrileña de Enfermería, denuncia lo mismo: "Está medio vacío. La seguridad de los pacientes está en entredicho porque las estructuras no son las adecuadas. Si esto se suma a las presiones que están recibiendo los sanitarios, es una auténtica vergüenza. Las enfermeras se van a otras comunidades porque son maltratadas. No pueden castigar a una persona por no ir  aun lugar que no es seguro para los pacientes".

Amenazas y traslados forzosos

Blanco explica que se podrían identificar tres grupos de trabajadores: los "voluntarios" que están viviendo esto como un hecho "histórico", personas trasladadas que han asumido que se tienen que "aguantar" y personas trasladadas que han denunciado las condiciones de trabajo. "Estos últimos están señalados. Viven con ansiedad. Tienen mucho miedo a represalias", insiste.

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"Me he quedado en mi puesto de trabajo pero después de todo lo más posible es que no me renueven"

Estos casos se acumulan así a los trabajadores que luchan contra los traslados forozosos. Una sanitaria del hospital El Escorial explica a Público que, tras firmar un contrato eventual y no covid el pasado 31 de diciembre, el día 14 de enero le dijeron que a los cuatro días se tenía que ir al Zendal. "Fui a Recursos Humanos y pedí que me lo dieran por escrito. Le dije a mi jefe que no iba ir al Zendal porque ese no es mi puesto de trabajo. El lunes fui a mi hospital y me dijo que no me podía asignar pacientes porque no estaba programada en el hospital. Yo insistí que en mi contrato pone que voy a prestar servicios en el hospital que estoy contratada. Hablé también con la directora de Enfermería. Al final me quedé pero después de esto lo más posible es que no me renueven", explica a este medio.

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La sanitaria se enfrenta a una situación difícil entre las amenazas de la Comunidad de Madrid de no volver a contratar a los trabajadores que rechacen ir al Zendal y las dificultades que le supondría aceptar eso. "Ni siquiera tengo un contrato covid. A mí me llamaron directamente del hospital y si hubiera sabido esto no hubiera aceptado en contrato. No puedes dedicar un 25% del tiempo de la jornada al desplazamiento. La conciliación familiar se hace mposible", explica.

Ayuso niega todo y denuncia una "campaña de desprestigio"

Esta enfermera tiene el escrito por el que ordenaron su traslado aunque finalmente no se produjera, pero Jesús García, portavoz del Sindicato de Enfermería (Satse), explica que la mayoría de traslados tienen lugar tras una comunicación verbal. "No sé la seguridad jurídica que tiene esto. Debería haber una resolución escrita y motivada porque puede haber incluso problemas si hay un accidente de trabajo", explica a Público.

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Los sindicatos Satse, Comisiones Obreras (CCOO), Unión General del Trabajo (UGT), Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) y Coalición Sindical Independiente de Trabajadores de Madrid (CSIT-UP) tuvieron una reunión extraordinaria este martes con la Comunidad de Madrid para tratar los traslados forzosos. "Después de dos horas de reunión, nos ratificamos en pedir la dotación de plantilla propia para el Zendal. No hay avances significativos en los planteamientos realizados", comunicaron los sindicatos en un texto conjunto.

De hecho, García insiste en que la instrucción dada de no contratar a sanitarios que rechacen ir al Zendal va incluso en contra de la sanción que se pone a los trabajadores cuando están en bolsa y rechazan un hospital. "La sanción actual es que pasan al ser el último de la lista pero no que no te puedan llamar a ningún contrato", lamenta.

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el resto de políticos del Gobierno regional aseguran que todas estas denuncias son falsas. En declaraciones a los medios, desde el propio Zendal, ha insistido en que este es "el mejor hospital de España en la lucha contra la Covid-19, el mejor formado para esta situación". Niega que se estén trabajando en estas condiciones y se limita a contestar a las denuncias asegurando que hay "una campaña de desprestigio".

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