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Un hombre que abusó de una menor pacta una condena de 5 años y medio frente a los 12 que reclamaba la Fiscalía

El condenado tendrá que indemnizar a la víctima, por daños morales, con una cantidad de 9.000 euros.

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Una mujer protesta contra la violencia machista.- EFE

VALLADOLID, Actualizado:

La Audiencia de Valladolid ha condenado a una pena de cinco años y medio de cárcel a un joven de 23 años, J.L.C, frente a los doce años y siete meses que pedía inicialmente para él la acusación pública, tras reconocerse autor de abusos sexuales sobre una menor de 14 del que, además, obtuvo material pornográfico que éste le mandó con su teléfono móvil en el que mostraba sus genitales.

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La condena, ya firme, ha sido anticipada 'in voce' por el presidente de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, por la que J.L.C. acepta un total de cinco años y medio de prisión como autor de un delito de obtención de material pornográfico, otro de abuso sexual con acceso carnal y un tercero de abuso sexual, en los tres casos con la agravante de haber sido cometidos sobre una menor de 16 años, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

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En el fallo pactado con las acusaciones pública y particular, y como medidas de seguridad, el tribunal impone también al condenado la prohibición global de comunicar con la víctima o aproximarse a ella a menos de 300 metros por espacio de once años, otros más de ocho años de inhabilitación total para el ejercicio de profesión y oficio, sea o no retribuido, que implique contacto regular y directo con menores y la obligación de someterse a un curso de educación sexual.

En cuanto a la responsabilidad civil, el condenado habrá de indemnizar a la víctima, por daños morales, en la cantidad de 9.000 euros.

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Amistad iniciada vía Pokemon Go

Los hechos tuvieron por escenario un pueblo de Valladolid y se remontan a la primera mitad de 2017, cuando J.L.C. conoció a su víctima, una menor de 14, cuando ambos jugaban por la calle al Pokemon, de forma que intercambiaron sus números de teléfono móvil y comenzaron a mantener conversaciones por whatsapp.

No fue hasta el 12 de agosto de aquel año cuando el condenado, mediante mensajes telefónicos y en el contexto de un juego de apuestas, convenció al menor para que, vía telefónica, le enviara fotografías en las que mostraba sus partes íntimas. También le convenció para que le visitara en el hospital, donde por aquellas fechas se encontraba ingresado.

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Fue en dicho centro sanitario donde J.L.C. entre esa fecha y el 24 de agosto el menor se acercó para visitar a su amigo y allí, una vez a solas, el condenado convenció a la víctima para que le dejara practicarle sexo oral.

Con posterioridad, J.L.C. siguió presionando al menor para que le enviara nuevas fotografías o vídeos de contenido sexual, hasta lograr que el 4 de noviembre le remitiera una grabación en la que salía semidesnuda.

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A la lista de delitos probados se suma también el episodio que tuvo lugar el 10 de diciembre, cuando el condenado y el menor se hallaban en un parque del pueblo y el primero sujetó por sorpresa al segundo por detrás y le agarró los genitales.

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