madrid
La entrada de 8.000 migrantes, la mayoría marroquíes y menores de 30 años, es una clara represalia por parte Marruecos, tal como desvelaba la propia embajadora marroquí en unas declaraciones a Europa Press, y reflejo de las siempre complejas relaciones bilaterales entre los Estados español y marroquí. Una relaciones que, además, siempre han estado marcadas por el Sáhara Occidental.
El hecho de que el secretario general del Frente Polisario y presidente de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática), Brahim Ghali, permanezca ingresado recuperándose de la covid-19 en el Hospital San Pedro de Logroño desde el pasado 18 de abril ha sido la última gota de gasolina que ha encendido la situación, tal como sugirió la embajadora marroquí, pero en realidad las diferencias ya vienen de atrás.
Para entender el origen de la crisis migratoria en la frontera entre Marruecos y Ceuta es necesario remontarse en el tiempo para contar la historia del Sáhara Occidental y del Frente Polisario.
¿Qué es el Sáhara Occidental?
Este territorio de casi 270.000 kilómetros cuadrados principalmente de arena y escasamente poblado –apenas 500.000 personas– es objeto de una disputa territorial entre Marruecos y los saharauis que se remonta a la década de los 70 del siglo pasado. El territorio se encuentra en el borde occidental del desierto del Sáhara, y se extiende a lo largo de unos 1.000 kilómetros de costa. Limita con Marruecos al norte, Argelia al este y Mauritania al sur y sureste. Sin embargo, cuenta con grandes reservas de fosfato y con uno de los bancos pesqueros más ricos del mundo. Está ocupado en un 80% por Marruecos, mientras que los saharauis apenas controlan el 20%, en su mayor parte simple desierto vacío.
¿Qué es el Frente Polisario?
El Frente Polisario es el movimiento de liberación nacional saharaui y lucha por acabar con la ocupación de Marruecos. Fundado en 1973, en la práctica, el Frente Polisario es la organización política y militar que dirige y gestiona la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por más de 80 países —entre ellos varios latinoamericanos como México y Ecuador— y miembro de la Unión Africana. La Organización de Naciones Unidas (ONU) considera que la RASD es un territorio no autogobernado, pero reconoce el derecho del pueblo saharaui a llevar a cabo un referéndum de autodeterminación. El gobierno de la RASD dirige la lucha por la autodeterminación.
Orígenes de un conflicto
El conflicto tiene su punto de inflexión en la fallida descolonización del territorio por parte de España en 1975.
La independencia del Sáhara, fue planteada por Naciones Unidas a España en 1967, pero la disputa entre Mauritania, Marruecos y España por el territorio, no lo permitió. En 1970, la ONU había impulsado la Resolución 2711, que daba luz verde a su vez a la celebración en el Sáhara Occidental de un referéndum de autodeterminación: sus habitantes decidirían si querían seguir dependiendo de su potencia administradora, España, o autogestionarse. En 1974, España anuncia sus planes para conceder mayor autonomía a los saharauis y propone organizar un referendo de independencia un año después.
Sin embargo, en 1975, con el dictador Francisco Franco agonizando en un hospital, el entonces rey de Marruecos, Hassan II, padre del monarca actual, envió a cientos de miles de civiles en lo que se conoció como la Marcha Verde a lo que entonces era la provincia 53 de España. No quería que se celebrara la consulta. Como señala Sato Díaz en esta crónica, "tras una marea humana de civiles, llegaban el Ejército marroquí, el napalm y el fósforo blanco y una guerra que perduraría hasta 1991 dejando a su paso muerte y desapariciones". Fue una ocupación de facto.
Un referéndum que nunca se celebró
Tras la precipitada salida de España del territorio y la ocupación por parte de Marruecos, se desencadenó una guerra que duró 16 años hasta que en 1991 se firmó el alto el fuego. La Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (MINURSO) fue el organismo encargado de velar por el alto el fuego y preparar un referéndum, cuya celebración se preveía para 1992 y que, casi 30 años después, todavía no ha sido celebrado por la persistente oposición de Marruecos.
Como explica Esther Rebollo en un reciente artículo, "a día de hoy, no se ha celebrado el anhelado referéndum, tampoco las Naciones Unidas han velado por el respeto de los acuerdos, ni España ha intercedido en favor de los saharauis; más aún, Marruecos ha encontrado un apoyo incontestable, el de los Estados Unidos".
La decisión de Trump
Treinta años después del alto el fuego de 1991, la población saharaui continúa viviendo dividida entre el Sáhara Occidental, y los campamentos de refugiados en Argelia, que dependen en gran medida de la ayuda humanitaria internacional. La situación llegó a un punto muerto en los últimos años, con el conflicto estancado en procesos de negociación infructuosos y algunos incidentes puntuales, como el ocurrido en noviembre de 2020, cuando se produjo un intercambio de disparos entre fuerzas saharauies y marroquíes. Horas más tarde los saharauis bombardearon cuatro bases militares y dos puestos de control marroquíes.
Sin embargo, en diciembre de 2020 Donald Trump, el entonces presidente de Estados Unidos aunque apenas le quedaban unos pocas semanas en la Casa Blanca, decidió reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que el régimen de Mohamed VI restableciera sus lazos con Israel. Años antes ya lo había hecho Francia lo hace desde hace décadas, el principal defensor en Europa y ante la ONU de las tesis marroquíes.
La actitud de España
España traicionó al pueblo del Sáhara Occidental en 1975. Desde entonces la actitud de los diferentes Gobiernos españoles ha sido la de apoyar las resoluciones de la ONU aunque en la práctica ha dejado hacer a Marruecos lo que ha querido. Mirar hacia otro lado ha sido la consigna. Sin embargo, la sociedad civil española ha sido completamente diferente. La causa saharaui ha sido, en general, respetada y entendida por buena parte de la sociedad española, algo que nunca ha gustado a Marruecos. La decisión del Gobierno de no acoger por razones humanitarias Brahim Gali, secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, circunstancia de la que inicialmente el Gobierno de Pedro Sánchez no informó a Marruecos, ha terminado por encender al país vecino, que ha recurrido a su principal medio de coacción: la carta migratoria.
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