La falta de docentes especializados en los institutos catalanes, un problema enquistado pese a las medidas del Govern
Mientras que el Departament d'Educació dice que "el número de personas que acceden cada año a la bolsa tenía una tendencia descendente que se ha revertido", el sindicato USTEC alerta de una fuga de profesionales al sector privado y denuncia las "malas condiciones de trabajo" y el "malestar" en las aulas.
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barcelona,
En los institutos y centros de formación profesional de Catalunya faltan docentes especializados. Pero esto no es una novedad, sino más bien un problema que se arrastra y que, según a quien se le pregunte, está más lejos o más cerca de solucionarse. Según el último informe sobre el déficit de docentes publicado el enero pasado por la Unió Sindical de Treballadors de l'Ensenyament de Catalunya (USTEC-STEs), es una situación que, "lejos de revertirse, va en aumento".
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De hecho, el principal sindicato catalán del sector apunta que es "especialmente grave en secundaria donde las especialidades afectadas van aumentando: informática, tecnología, matemáticas, lengua catalana y literatura, física y química, biología, cultura clásica...", además de la formación profesional con especialidades propias.
El déficit de docentes en el sistema educativo no se hace patente solo en las plantillas, sino también a la hora de buscar sustitutos: el gráfico vivo de la página web de la USTEC, que representa el acumulado de todos los nombramientos cubiertos, apunta que casi un 40% de las bajas quedaron sin cubrir desde el día 30 de agosto de 2023 hasta el momento actual.
Iolanda Segura: "la gente que sí que disfruta enseñando se está pasando al sector privado"
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Por otro lado, y a pesar de que la falta de profesorado especializado en el ámbito de las filologías y en el cientifico-tecnológico es una realidad, el Departament d'Educación del Govern asegura que "el número de personas que acceden cada año a la bolsa tenía una tendencia descendente que se ha revertido este último año fruto de las actuaciones llevadas a cabo" desde la administración.
De acuerdo con un informe que ha emitido Educació este 21 de junio, el número de solicitudes para formar parte de la bolsa en 2021 era de 13.663, mientras que en 2022 cayó hasta las 8.000 y en 2023 remontó hasta las 13.025. Así mismo, el documento también dice que, en cuanto al crecimiento de plantilla, en los "dos últimos cursos se han incorporado más de 7.000 docentes nuevos al sistema educativo".
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La fuga de profesionales al sector privado
Para entender bien el porqué de estas cifras, hay que conocer la situación a las aulas de primera mano. Según la portavoz del sindicato USTEC, Iolanda Segura, los institutos públicos "siempre han tenido carencia de profesores de matemáticas o informática porque van muy buscados y en el sector privado son trabajos muy bien pagados", pero, ahora, además, advierte de que "hay gente que renuncia a ejercer la docencia".
Segura afirma que, aunque sea algo vocacional, hay personas que se marchan porque "hay mucho de malestar en los centros", especialmente generado por los "recortes", "el aumento de burocracia" y la "conflictividad" del alumnado. "Los graduados en matemáticas o informática no estudian para ser docentes, pero sí que es una de sus salidas profesionales. Aun así, la gente que sí que disfruta enseñando se está pasando al sector privado", añade.
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El aumento de burocracia, dice, que les resta tiempo para "preparar las actividades en el aula" o para "tener debates pedagógicos", cosa que "desgasta mucho". También los afecta el "menosprecio" y "desconsideración" que se ha tenido a los docentes y al personal de atención educativa "de forma tradicional" y que, últimamente, "se ha hecho mucho más evidente".
Joel Formisano, por ejemplo, es un joven de 25 años que estudió Ciencias Biomédicas en la Universitat de Barcelona y que, al acabar el grado, no tenía muy claro qué quería hacer. Siempre ha tenido vocación de docente y, a pesar de que tenía pensado ejercer cuando fuera mucho más adulto, decidió sacarse entonces el máster en Formación del Profesorado en la UPF-UOC.
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Se graduó por la vía pública ―le costó unos 1.800 euros― y llevó a cabo las prácticas en una escuela de adultos, enamorándose del trabajo y decidiendo opositar con la esperanza de obtener una plaza. Logró el puesto, pero la única opción que tenía disponible para apuntarse era la de profesor de tecnología, una disciplina que no le gustaba. Justo en aquella época, recibió una oferta de prácticas bien remuneradas en una empresa.
La aceptó y trabajó en ella durante un tiempo hasta saltar a su empresa actual, la farmacéutica Novartis. "Me plantearía no acabar siendo nunca docente porque las condiciones en algunos departamentos del sector privado son bastante mejores. Si acabo quemado y tengo una buena almohada económica, sí que más adelante ejercería, pero iría a la concertada o a la privada porque la vía pública es más lenta", concluye Formisano.
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Medidas para paliar la situación
Este junio, estudiantes de toda Catalunya se han presentado al examen de Selectividad, una prueba para la cual hay que estar muy preparado. Y no se puede asegurar esta preparación si faltan docentes en las aulas públicas y no se pueden sustituir con nuevos educadores. Según la portavoz de la USTEC, cuando una plaza queda vacante un día, "otros docentes hacen guardia y vigilancia del alumnado, pero no se continúa impartiendo la materia".
Esto implica que, muchas veces haya docentes que, a pesar de estar enfermos, hacen el esfuerzo de ir a trabajar para que los alumnos no vayan atrasados. "No siempre se puede hacer, esto, a banda que no tendríamos que funcionar así", asevera Segura a Público.
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Para paliar esta problemática e incentivar el acceso a la docencia, el Departamento ha puesto en marcha toda una serie de medidas: flexibilizar temporalmente los requisitos para entrar en la bolsa, establecer un complemento retributivo para una mayor dedicación lectiva a las especialidades de Lengua Catalana y Literatura e Informática, crear grupos estables de sustituciones o modernizar la bolsa mediante una aplicación para gestionar más ágilmente los procesos de sustituciones, por ejemplo.
Por su parte, la USTEC también propone un listado de soluciones, entre las cuales encontramos la recuperación del poder adquisitivo, la eliminación del sistema de entrevistas para cubrir sustituciones o la gratuidad del máster de secundaria. Este curso cuesta alrededor de unos 2.000 euros por la vía pública ―como en el caso de Joel Formisano―, pero en una universidad privada la cifra puede llegar a subir hasta más de 10.000 euros.
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"Ahora harán una bolsa de sustituciones estable, en la que contratan durante un curso entero... pero bien, la raíz de todo son las malas condiciones de trabajo. Y esto, si no lo resuelven, llegará un momento en que la carencia de profesorado será muy alta, será irreversible e irá en detrimento de la educación de nuestros hijos e hijas", concluye Segura.