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Un enfermo grave sin hogar no accede al tratamiento con heroína aprobado por Sanidad porque Catalunya no lo financia

Es la primera vez que la Agencia Española de los Medicamentos autoriza la administración de diamorfina a un paciente con severa adicción que no reside en Granada, donde sí se les facilita como uso compasivo tras la conclusión de un ensayo clínico.

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Una jeringuilla absorbe una mezcla de heroína y agua preparada en un envoltorio de papel de aluminio, a 22 de diciembre de 2009 (Archivo). — Katrina Manson / Reuters

Una larga carrera de obstáculos salvados para, al final, acabar cayendo estrepitosamente a pocos metros de la meta. Eso es más o menos lo que le ha ocurrido a J.P., un hombre de unos 50 años, que vive en la calle en Barcelona con una grave enfermedad y que arrastra desde hace mucho tiempo una severa adicción a la heroína. Es la primera persona a quien la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad ha autorizado el tratamiento con esa sustancia como uso compasivo, al margen de los pacientes adscritos al Proyecto Experimental de Prescripción de Estupefacientes de Andalucía (PEPSA), todos ellos residentes en Granada. Pero no le ha servido de nada.

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Después de mucho pelear, J.P. y su médico internista en hospital Sagrat Cor de Barcelona, Jordi Delàs, consiguieron primero convencer a la dirección del centro para que aprobase la solicitud del tratamiento con diamorfina (heroína) y después a la AEMPS para que lo autorizase, al cumplir los preceptos fundamentales del ensayo clínico realizado en Granada en 2004:  administración de la heroína por vía intravenosa, haber fracasado con otros métodos de deshabituación y padecer una grave enfermedad asociada al consumo. Pero al final, los dos se han topado con un muro insalvable: la Generalitat de Catalunya, como Administración competente, se niega a financiar el coste de este tratamiento, que, según la estimación del médico, sería de unos 270 euros al mes.

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El Área del Medicamento del Servicio Catalán de Salud le comunicó a Delàs, según ha podido comprobar este periódico, que el CatSalut no financia la utilización de los usos compasivos de medicamentos y que, además, en este caso se incumplen los criterios de excepcionalidad requeridos en el real decreto sobre acceso a medicamentos en situaciones especiales, porque hay más pacientes como J.P. que podrían recibir también heroína y ser candidatos a participar en una prueba piloto que está desarrollando la Agencia de Salut Pública catalana.

Esa prueba piloto, tal como informó Público en diciembre de 2023, pretende determinar la viabilidad de administrar heroína a consumidores habituales de esta droga que han fracasado con otros tratamientos y se encuentran en situación muy vulnerable. Para ello, la Subdirección General de Adicciones del Departament de Salut envió un cuestionario a 10 de los 63 Centros de atención y seguimiento de drogodependencias (CAS) que hay en Catalunya, tanto en zonas urbanas como rurales, para hacer una prospección de los posibles beneficiarios de un proyecto de estas características. El resultado fue que el 16%, 169 personas, cumplían los criterios mencionados. Según un cálculo estimativo, los beneficiarios llegarían a ser más de un millar si se tuviera en cuenta a los usuarios de toda la red.

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Casi un año después, y tras el cambio que ha habido al frente del Govern con las elecciones autonómicas, antes en manos de ERC y ahora del PSC, el Departament de Salut ha informado a este periódico de que no ha habido ninguna novedad en ese proyecto piloto para la administración de heroína.

Una vida en la calle en condiciones muy frágiles

La respuesta de la Administración catalana le cayó como un mazazo a J.P., que vive en la calle en condiciones muy frágiles, con una salud muy deteriorada debido a varias patologías graves, y que el único dinero que consigue ha de destinarlo a comprar a traficantes la heroína adulterada que ha estado consumiendo durante buena parte de su vida, según su médico internista. "Estamos maltratando a pacientes que podrían beneficiarse del uso compasivo de la heroína, con lo que mejoraría su calidad de vida. Si fuera otro tipo de personas, de enfermedad, seguro que habríamos avanzado más", dice a Público Jordi Delàs.

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Jordi Delàs: "Estamos maltratando a pacientes que podrían beneficiarse del uso compasivo de la heroína, con lo que mejoraría su calidad de vida"

Todo empezó en unas jornadas en Barcelona a las que asistieron Delàs y su paciente. Allí, técnicos de la AEMPS les explicaron que para que éste pudiera recibir la heroína tenía que presentar, primero, una solicitud expresa a través del médico que lo atiende. Y eso es lo que hicieron. El internista consiguió superar todas las trabas en el hospital en el que trabaja a una propuesta de tales características y envió a la Agencia Española de los Medicamentos la petición.

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Lo primero que le respondieron es que se pusiera en contacto con los responsables del programa PEPSA, ubicado en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde actualmente se administra heroína a 22 personas en uso compasivo, tras la finalización del ensayo que llevó a cabo la Junta de Andalucía entre 2003 y 2004 para estudiar la idoneidad del suministro de esa sustancia a personas adictas que habían fracasado con otros tratamientos. Pero ahí se les presentó un requisito insalvable: el programa andaluz exigía que el paciente residiese en Granada para poder admitirlo.

El médico volvió entonces a dirigirse a la Agencia del Ministerio de Sanidad, la cual le comunicó entonces que, tras haber revisado la situación, había decidido de "manera excepcional" permitir la autorización de importación del medicamento registrado en Países Bajos, teniendo en cuenta que el acceso a esa heroína se restringiría a un ámbito hospitalario. Posteriormente, la AEMPS le precisó que este organismo tan sólo se encarga de autorizar el tratamiento y, en caso de ser necesario, de gestionar la importación de la diamorfina, pero que antes de ello debía asegurarse su pago al proveedor. Y ahí surgió el obstáculo definitivo.

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La Administración autonómica encargada de financiar el pago de ese medicamento, la Generalitat de Catalunya, fue la que contestó posteriormente a Jordi Delàs que no podía costear la importación de la heroína, porque la utilización de la diamorfina sería un uso compasivo que no sufraga el CatSalut y porque, además, la Administración catalana está trabajando en una prueba piloto con lo que pretende obtener evidencia científica sobre la eficacia, seguridad y beneficios clínicos que puede proporcionar este fármaco.

"Lo que nos sorprende -dice Delàs- es que en una comunidad pionera en este campo como Catalunya, con salas para el consumo de heroína, estemos ahora atascados en este tema con una reflexión, si se me permite, puritana. Dicen que tienen que hacer un ensayo clínico, pero eso se retrasará unos años, cuando en Granada ya se ha visto que funciona el tratamiento con heroína, y también en otros países. Y algunos no van a ver el resultado de ese estudio, porque fallecerán antes".

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La red catalana de reducción de daños por consumo de drogas cuenta con 16 salas de consumo que utilizan al año unas 2.700 personas con un total de entre 70.000 y 80.000 usos, según datos de la Subdirección General de Adicciones del Departament de Salut.

Mejoraron el 70% de los pacientes

El objetivo del ensayo de la Junta de Andalucía en Granada era demostrar que la prescripción individualizada y protocolizada de heroína por vía intravenosa era más eficaz que la prescripción de metadona oral para la mejoría de la salud física y mental y la incorporación social de personas adictas que hubieran fracasado anteriormente en al menos dos tratamientos convencionales y sufrieran algún tipo de infección asociada. El resultado fue que el 70% de los pacientes a quienes se administró heroína mejoraron sus condiciones en todos los aspectos, porcentaje que se redujo a poco más del 30% en el grupo de control al que se suministró solo metadona.

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Joan Carles March fue el investigador principal de ese ensayo y asegura a Público que los beneficios para las personas que participaron en él "son increíbles". "Mejoran la calidad de vida, disminuyen los riesgos de consumo en la calle, de que sean detenidos por cometer delitos, mejoran su estado de salud, recuperan sus relaciones familiares, con todo su entorno y algunos, incluso, hasta han dejado de consumir heroína", explica.

A juicio de March, es un gran error que la Generalitat no financie el uso compasivo de la heroína como medicamento y que se escude para ello en que está preparando un estudio para hacer lo mismo que se analizó ya con el ensayo del PEPSA en Granada, cuyos resultados fueron publicados en varias revistas científicas internacionales. "Es ridículo. Deberían aprovechar lo que ya está hecho. No tiene sentido hacer otro proyecto sobre lo mismo. Si algo ha funcionado, aprovéchalo, porque los problemas de salud son fundamentales y está demostrado que dando diacetilmorfina se salvan vidas", subraya el investigador.

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El médico internista Jordi Delàs no entiende tampoco por qué durante la pandemia de la covid se financiaron muchos medicamentos en uso compasivo y ahora no se aplica esa excepción a un tratamiento que autoriza la Agencia Española de Medicamentos. "Habría que hacer una amplia reflexión sobre todo esto, que parece que nadie hace. Nadie defiende a este colectivo", dice en referencia a las personas con graves problemas de adicción, como su paciente.

“Esto ya es una vergüenza”

Mientras, J.P. espera en la calle, su hogar desde hace un tiempo, a que alguien deshaga el entuerto burocrático que impide que el sistema público sanitario catalán financie el medicamento que le permitiría llevar una vida más digna, sin necesidad de estar todos los días buscando los medios para adquirir heroína adulterada que venden traficantes. Él asegura estar ya harto de contar su historia, dice que ya la ha contado muchas veces para que le escucharan y le ofrecieran alguna solución, y que no le ha servido de nada.

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"Esto ya es una vergüenza. Desde las instituciones políticas nos están tomando el pelo. Una cosa es lo que dicen y otra cosa es lo que se hace. Por un lado, te pueden decir que esto es legal y que se puede hacer y por otro lado te lo cortan para que no puedas hacerlo", se lamenta J.P. Y pese a tanto revés, añade: "Tenemos que seguir peleando por nuestros derechos sin ningún miedo y que no se salgan con la suya".

Su médico internista asegura que su situación física se ha deteriorado mucho últimamente a causa de dormir en el suelo y estar todo el día en la calle. "Si tuviera algo de poder adquisitivo, apoyo familiar, no estaría en esas condiciones y podría además pagar lo que cuesta importar la heroína para su uso compasivo", se lamenta Delàs.

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Según los últimos datos del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones del Plan Nacional sobre Drogas, en España había en 2022 un total de 7.585 personas sometidas a tratamiento por adicción a la heroína, de las cuales 1.920 lo recibían por primera vez. Esa cifra es notablemente inferior, sin embargo, a la de 1996, año en el que se registró el mayor número de personas tratadas por dependencia de esta droga, 46.635.

La heroína sigue siendo, pese a todo, el opiáceo ilícito más consumido en Europa, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, y en España se estima que hay unas 100.000 personas que lo toman habitualmente, de acuerdo con las encuestas del Plan Nacional sobre Drogas.

El Gobierno catalán aún no ha precisado si en el ensayo que pretende poner en marcha la heroína se administrará a los pacientes por vía oral o intravenosa o por ambas, algo que determinará en función de las características de las personas que accedan finalmente al programa.

En 2004, la Generalitat ya llevó a cabo un ensayo para verificar la viabilidad del suministro por vía oral de diacetilmorfina en comparación con la administración de metadona, un estudio que, según explicó a este periódico el subdirector general de Adicciones del Departament de Salut catalán, Joan Colom, demostró la mayor efectividad de la primera para el tratamiento con determinados pacientes.

En el caso de Granada, los pacientes acuden diariamente dos veces a la sede del PEPSA situado en un bajo del hospital Virgen de las Nieves, donde trabaja personal médico y de enfermería que se ocupa de la administración y dosificación de la diacetilmorfina por vía intravenosa, cuyo coste financia la Junta de Andalucía.

En otros países también se han llevado a cabo programas similares, como Suiza, Alemania, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos o Canadá. La Organización Mundial de la Salud (OMS), a raíz de los ensayos realizados y convencida de los beneficios de los programas de reducción de daños en detrimento de los tradicionales libres de drogas, recomendó la realización de más pruebas controladas para demostrar la viabilidad del uso de la heroína como tratamiento de personas con graves problemas de adicción.

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