Edadismo El aislamiento de ancianos, otra forma de maltrato social
Cada vez se conocen más casos de personas mayores que mueren solos en sus hogares en situaciones de aislamiento o soledad e ignorados por sus familias.
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Siempre se han tenido en cuenta las obligaciones que los padres deben tener con los hijos. Pero, ¿y al revés? ¿Están los hijos obligados a atender a los padres? Al menos una de cada cuatro personas mayores en España no recibe visitas nunca, según el último boletín publicado sobre vulnerabilidad social realizado por Cruz Roja.
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Según los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, son casi 47 millones de personas las que habitan en España y de éstos, más de 8 millones superan los 65 años de edad. La ONU sitúa a España como el tercer país más envejecido del planeta en 2050, por detrás de Japón e Italia.
Además, casi dos millones de ancianos viven solos en sus viviendas. El motivo principal es la viudedad, pero casi el 80% de ellos tiene descendientes o familiares cercanos. Cada vez hay más casos en los que personas mayores en situación de aislamiento o soledad han fallecido solos en sus hogares mientras sus familias permanecían ajenas a su estado de salud o forma de vida.
Según los datos consultados, más de la mitad de los mayores atendidos en España por Cruz Roja está por debajo el umbral de pobreza. Por ello, tienen problemas con su vivienda: no puede pagar los servicios, se retrasa en el pago de la hipoteca o no puede mantener el buen estado de la misma. “Trabajamos para reducir distintas vulnerabilidades”, explica un portavoz de Cruz Roja.
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Dos millones de ancianos viven solos. El 80% de ellos tiene descendientes o familiares cercanos
El pasado diciembre un anciano moría solo en su domicilio en Soria a causa de un cortocircuito eléctrico. Hace dos meses, un hombre de 83 años fallecía “sepultado” por su casa tras derrumbarse esta por deterioro. Y el pasado verano, la Policía encontró en Coruña el cadáver de un nonagenario que murió en diciembre del 2016 solo en su casa. Se le encontró porque la puerta de su casa apareció forzada por lo que aparentemente parecía un robo.
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En noviembre, el barrio de San Blas de Madrid vivió un episodio terrible cuando, por orden de un juzgado, se acudió a desahuciar una vivienda en la que se encontró el cadáver momificado de un señor de 56 años que llevaba muerto cuatro años. Había muerto en otoño de 2013 por causas naturales. Ni vecinos ni familiares se dieron cuenta de su ausencia.
Existen personas vinculadas y satisfechas con sus familiares más cercanos y, al contrario, personas que se desvinculan voluntariamente y no sufren por ello, así lo afirma Mª Silveria Agualló en un documento desarrollado para IMSERSO, Instituto de Mayores y Servicios Sociales. Este texto se pone de manifiesto que el abandono de relaciones sociales suele ser debido muchas veces a la falta de oportunidades y condiciones de vida, más que a la voluntad de los mayores.
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Si la distancia es originada por propios los ancianos, se denomina aislamiento voluntario. Si por el contrario los mayores se ven solos pese a su voluntad de sentirse acompañado o acogido en un ambiente familiar, se conoce como aislamiento involuntario. Aquí es donde entra el maltrato. Desde EIMA, la asociación para la investigación del maltrato a las personas mayores, definen maltrato como el daño psicológico o físico, o la vulneración de sus derechos fundamentales.
Dentro de los malos tratos, existe el abandono. Este atiende a casos en los que los familiares abandonan literalmente a sus mayores, con la intención de deshacerse de ellos. Y, también, la negligencia, un error o fallo involuntario causado por falta de atención, el abuso económico o sexual.
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Alimentando el edadismo
Cruz Roja considera el abandono, el maltrato, la negligencia o el aislamiento involuntario de las personas mayores como distintas caras de una misma problemática social: el edadismo. El edadismo es la estereotipificación de personas o colectivos por motivo de edad. Este fenómeno, explica la organización a Público, engloba una serie de prejuicios, estereotipos o actitudes discriminatorias y de maltrato hacia las personas mayores.
Los casos más numerosos de ayuda a personas mayores tratados en España atienden a maltrato económico. Timos, robos, estafas. Pero el que más se produce en toda la sociedad española probablemente sea el maltrato psicológico, opinan desde Cruz Roja. Pero no sé reconoce fácilmente, por ello no es denunciado. Además, reconocen que los casos más graves son por maltrato físico.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa de que, al menos, el 10 % de las personas mayores sufre algún tipo de maltrato, ya sea físico, sexual, psicológico o económico, lo que califica de un "importante" problema de salud pública. Pero en el ámbito del maltrato a personas mayores conviene distinguir entre dos claves: la responsabilidad legal y el aspecto ético/moral.
El menos, el 10 % de las personas mayores sufre algún tipo de maltrato
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Una persona mayor, no incapacitada ni declarada dependiente, es tan responsable de sus derechos y deberes como cualquier ciudadano mayor de 18 años. Por tanto, nadie es responsable legal de su situación de aislamiento. Sin embargo, si esa persona tiene un tutor legal, atiende a un cometido diferente. El Código Penal reconoce que no atender a un padre o madre “que se halle necesitado” puede llevar a pena de prisión. Concretamente, dice:
El artículo 226.1 del Código Penal señala que: 1. El que dejare de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar o de prestar la asistencia necesaria legalmente establecida para el sustento de sus descendientes, ascendientes o cónyuge, que se hallen necesitados, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 12 meses.
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Responsabilidad social compartida
Desde Cruz Roja señalan un punto clave: la responsabilidad social compartida. Cuestionan hasta qué punto ha llegado la sociedad para haya una persona mayor en una comunidad de vecinos y nadie se preocupe por saber cómo está. Entonces, ¿debería llegar la sociedad a estas situaciones? ¿Es un problema ético?
La opinión de las personas mayores acerca de cómo les percibe la sociedad española es tristemente negativa. El 45,3% de los ancianos cree que la ciudadanía les considera una carga para la economía y la Seguridad Social. Y solo el 30% cree realmente que se les tenga en cuenta como un apoyo necesario para hijos y nietos.
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El aislamiento involuntario de las personas mayores es un problema que atañe a toda la sociedad y, como tal, solo se puede atajar desde el compromiso y la solidaridad de la sociedad en su conjunto, desde un enfoque humanitario y de defensa de los Derechos Humanos. Desde Cruz Roja defienden que tiene que ser la sociedad en su conjunto la que tiene que potenciar una mejora en la forma de vida de las personas mayores.