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Del Día Mundial contra la Obesidad al Día contra la Gordofobia: la reivindicación de cuerpos no normativos desde el activismo

Más de 180 activistas y colectivos se unen para recordarle a la sociedad que el problema que sufren las personas gordas no es la obesidad, sino la gordofobia.

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Cartel de la acción reivindicativa colectiva para resignificar el Día Mundial contra la Obesidad y renombrarlo como Día contra la gordofobia. - Comisión de diseño del manifiesto (CEDIDA)

Madrid,

"Gorda". Un adjetivo que, en lugar de apelar únicamente a la condición física de una persona, se ha convertido en una tortura en forma de insulto. Por ello, más de 180 activistas y colectivos se han unido para resignificar el 4 de marzo, conocido como el Día Mundial contra la Obesidad. A partir de ahora, será el Día Mundial contra la Gordofobia.

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"La gordofobia es un sistema de opresión que pone a las personas gordas en una situación de desventaja, injusticia y exclusión, y que se reproduce de forma sistemática y estructural", así definen el término en el comunicado que han hecho público.

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Cristina de Tena, una de las firmantes, va un paso más allá para explicar que esta acción busca reivindicar que "ir contra la obesidad es ir contra unos cuerpos concretos y darle la vuelta a esa idea para mostrar que lo que más nos daña es la pura gordofobia, no la obesidad, puesto que la gordofobia está en todas las estructuras sociales".

De Tena ha puesto en marcha junto a Lara Gil Nadie hablará de nosotras, un "podcast gordo, anticapitalista y feminista", como ellas mismas lo definen. Lara narra que ella ha sufrido discriminación a causa de su cuerpo desde que tiene uso de razón. "Esto me ha convertido en la mujer que ahora soy. Si desde pequeña vives con miedo a que te insulten, aprendes a callarte, a no causar problemas, a no decir que no… Todo con tal de evitar el insulto, de pasar desapercibida", explica, un carácter que asegura que acaban forjando del mismo modo muchas personas gordas.

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Sin embargo, el culmen de esta "tortura", como ella misma lo califica, lo vivió en su adolescencia. Si bien matiza que ella no solía ser sistemáticamente una de esas chicas con las que se ensañaban siempre, sí que recuerda que, pasara lo que pasara, recibía siempre el mismo insulto: "Gorda".

Un machaque que, a sus 33 años, sigue sufriendo a diario: "Al final, es vivir con el insulto constante. Yo salgo a la calle y hay muchas probabilidades de que, si pasa un grupo de chavales, me griten gorda. Casi a diario me insultan o, si no, alguien a quien no conozco opina sobre mi cuerpo y eso es insufrible. La sociedad te está diciendo que tu cuerpo está mal. Y de adolescente es más duro aún".

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"En la adolescencia las personas gordas somos súper visibles y, cuando pasamos a ser adultas, nos convertimos en invisibles", zanja Lara. Y así fue, en su caso, cuando se presentó a una entrevista laboral como dependienta de una gran multinacional de ropa española: "Recuerdo al entrar cómo me miraron el resto de chicas. Y cuando llegó la encargada de hacernos la entrevista, vi cómo me observó y ni siquiera me hizo las mismas preguntas que a las demás, porque sabía que yo ya no iba a entrar", explica, para apuntar que esto es algo generalizado: "Hay trabajos a los que directamente las personas gordas no podemos acceder".

Una discriminación que vertebra sus vidas. "Me di cuenta de que yo sufría gordofobia yendo al médico", narra Cristina. "Yo engordé muy rápido y los diagnósticos cambiaron. De decirme te duele la rodilla, vale, pues te hago esta prueba, me empezaron a decir claro, es que estás gorda, es que tienes que adelgazar". Llegó a ser tan insostenible la situación que cuando quiso hablar de la ansiedad que sufría con su doctor, la respuesta que recibió fue: "Vamos, que te gusta comer, que te gusta abrir la nevera por las noches", explica a Público.

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El gran cambio para ambas llegó cuando el activismo irrumpió en su día a día. "Te fortaleces cuando lo politizas, como ocurre en el feminismo. Cuando te das cuenta de que no es que tú tengas un problema y te mereces esa violencia, sino que la sociedad odia los cuerpos como el tuyo y eso no es culpa tuya. La fuerza no viene de la nada, viene de tomar consciencia", explica Lara.

Por ello, se han sumado a mujeres de todo el mundo, para romper este patrón que reina en la sociedad y seguir luchando los 365 días del año. Puesto que, como reiteran Cristina y Lara, "hablar contra la obesidad es hablar de que tenemos un problema las personas gordas, cuando el principal problema que tenemos es la gordofobia".

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