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Desconectada, sin cuidados paliativos: la muerte lenta de Gaza
¿Qué lleva pasando años en Gaza y por qué nadie hace nada?
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Cientos de edificios destruidos, cortes de luz, escasez de suministros y cuarenta y ocho personas fallecidas. Estas fueron las terribles consecuencias de la ofensiva militar israelí que asoló Gaza el pasado agosto. Meses después, el eco de los heridos y de la desolación sigue resonando con fuerza en los 365 km² en los que intenta sobrevivir la población palestina. Para esta familia, el consuelo no existe.
Ahmad, de once años, y Moamen, de cinco, cruzaron la calle que separaba su casa del mercado. Unos segundos después, una fuerte explosión alertó a sus padres y su abuela, quienes salieron de casa en busca de los hermanos. La imagen que encontraron fue desoladora: sus pequeños cuerpos estaban en la acera cubiertos de sangre. Una bomba había caído en el mercado. Ahmad y Moamen fueron asesinados.
Los bombardeos son, en realidad, un arma más en la larga lista utilizada por Israel para destruir Gaza. Matan las bombas, por supuesto, pero también la falta de electricidad, de oportunidades de trabajo, de permisos para salir de la zona y recibir tratamiento… Gaza está al borde del colapso porque, en 2007, Israel impuso sobre la Franja un bloqueo por tierra, mar y aire.
¿Qué supone un bloqueo como este?
La estrategia sobre Gaza ha sido la de convertir la Franja en una cárcel a cielo abierto. La población vive sin libertad para salir de los escasos kilómetros de extensión de un territorio donde todo escasea. La crisis humanitaria es gravísima y la gran mayoría de los hogares dependen, única y exclusivamente, de la ayuda de las organizaciones.
Están encarcelados en su propia tierra, sin oportunidades y sin esperanza. Su situación es insostenible y la población está asfixiada. ¿Lo vamos a permitir? Ayúdanos a cambiar todo esto, ayúdanos a luchar por la población refugiada de Palestina >>
Los más de quince años de bloqueo afectan, y mucho, a la salud de las mujeres, hombres y niños que habitan la franja de Gaza. En los últimos años, el número de suicidios ha aumentado de manera alarmante (y cada vez son más jóvenes quienes toman esta decisión) y la población infantil de la Franja, que representa a más del 50% de sus habitantes, necesita ayuda psicológica urgente.