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¿Por qué decimos que la piel tiene memoria y cómo debemos cuidarla en verano?

La piel acumula las agresiones que sufre a lo largo de la vida, por lo que su cuidado desde temprana edad es fundamental.

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Foto de archivo de una modelo probando una de las cremas solares de Clarins, en el Palacio Gans de Madrid. — Josefina Blanco / EP

MADRID,

Los expertos aseguran que la piel tiene memoria y viene proporcionada por las células madre que se encargan de renovarla y repararla. Como barrera protectora de nuestro cuerpo, es fundamental cuidar de ella. Por ello, es importante llevar a cabo buenos hábitos desde temprana edad para conseguir mantenerla saludable a largo plazo. 

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Nuestra piel es sensible y por ello reconocerá y reaccionará de forma diferente dependiendo si los productos que utilices sean familiares o extraños. Cada vez que nos exponemos al sol, los rayos UV penetran en las capas más profundas de la piel y causan daño en el ADN de las células cutáneas.

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Aunque nuestro organismo tiene mecanismos de reparación del ADN, no siempre funcionan. Con el tiempo, los daños acumulados pueden superar la capacidad de reparación, lo que aumenta el riesgo de mutaciones genéticas en las células de la piel.

Cuando hablamos de la memoria de la piel nos referimos a cómo estas células dañadas recuerdan los efectos acumulativos de la exposición solar. Las células con mutaciones genéticas que pueden persistir en la piel y transmitir esa información a las células hijas a medida que se dividen y se renuevan.

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Las agresiones externas como la exposición solar, la contaminación o el estrés, sumadas a las internas como el tabaco, la falta de sueño o una mala alimentación, acumulan daños en la piel que puede aumentar la probabilidad de ser víctima del cáncer de piel y afectar a esta de diferentes formas.

Seis hábitos que perjudican la salud de la piel

1. No utilizar protector solar adecuadamente: De cara al verano es muy importante cuidar la piel mediante protectores solares para evitar quemaduras que pueden provocar arrugas, piel áspera, manchas o incluso el cáncer en el peor de los casos. La exposición a dispositivos eléctricos también es peligrosa, con efectos como la aceleración del envejecimiento.

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2. Fumar: El tabaco afecta a la piel ya que reduce la cantidad de nutrientes y oxígeno que llegan, lo que puede conllevar la aparición de arrugas, una piel apagada y una apariencia envejecida de manera prematura.

3. No dormir lo suficiente: La falta de sueño no sólo afecta a nuestra faceta interna si no también a nuestro exterior, creando una apariencia cansada y una piel sin brillo. Por esta razón, dormir mínimo ocho horas diarias es fundamental para nuestra salud.

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4. No hidratarse: La deshidratación afecta a la piel, favoreciendo la aparición de ojeras, inflamaciones cutáneas, imperfecciones y generando una sensación de aspereza.

5. No limpiarse de manera adecuada la piel: Una mala limpieza provoca la acumulación de células muertas, suciedad y grasa. Esto puede, a su vez, provocar la aparición de imperfecciones e inflamaciones cutáneas.

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6. No cuidarse después de tomar el sol: Tras una gran exposición a los rayos ultravioleta, es necesario cuidar la piel aplicando algún reparador que calme el efecto de las altas temperaturas y que pueda regenerar las células.

Seis consejos para cuidar de forma apropiada la piel

1. Protegerse del sol : Aplicarse protección solar antes de exponerse de manera directa a los rayos solares es fundamental, confiar en que el cielo está nublado es un error, ya que los rayos solares siguen teniendo un gran impacto en la piel que también puede provocar quemaduras.

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Por ello, es muy importante utilizar protección solar en todas las épocas del año, pero especialmente en verano, debido a que las horas de exposición aumentan. La protección recomendable es la de +50. Además, es preferible complementar el cuidado aplicando aftersun tras la exposición.

2. Evitar el tabaco y el alcohol: Rebajar su consumo o evitarlo directamente favorece a la salud de la piel y evita los efectos perjudiciales que tienen en ella.

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3. Priorizar el descanso: Dormir bien es fundamental para conseguir una mejoría de nuestro aspecto físico. En consecuencia, priorizar nuestras siete u ocho horas de sueño debe ser una obligación para cuidar nuestra piel.

4. Hidratarse reiteradamente: Beber agua ayuda a la regeneración de la piel y a mejorar su apariencia. Además, el uso de cremas hidratantes de manera habitual favorece al cuidado y el aspecto de nuestra piel. 

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5. Mantener una limpieza adecuada de la piel: Tener una buena rutina a la hora de cuidar la piel, utilizar productos que ayuden a regenerar las células o quitar bien el maquillaje y el aceite son hábitos que favorecen a la salud cutánea. También hay que tener cuidado con la forma de limpiarse; se recomienda hacerlo de manera suave para evitar irritaciones y teniendo en cuenta las características de tu piel a la hora de elegir los productos que vas a utilizar.

6. Acudir al dermatólogo: De la misma forma en la que acudimos al médico de cabecera cuando nos encontramos mal o tenemos revisiones rutinarias, es necesario normalizar acudir al dermatólogo, tanto cuando tenemos problemas persistentes en la piel como para realizar revisiones y comprobar que todo está bien.

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