Covid El PP capitaliza el error del Gobierno con las innecesarias mascarillas en exteriores
El Ejecutivo de Pedro Sánchez y Carolina Darias se quedaba prácticamente solo en la defensa de la mascarilla en exteriores, aunque hace un mes se les pedía desde las comunidades autónomas que impusieran la norma. Tres días después de aprobar la ley, anuncian que la derogan.
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madrid,
El sospechoso cambio de opinión de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en la votación de la reforma laboral sepultará estos vaivenes, pero el Gobierno se enrocó con las mascarillas en exteriores y sus movimientos fueron difíciles de entender.
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A finales de diciembre, Pedro Sánchez anunció la vuelta de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores. Un mes después, cuando la ley se votaba en el Congreso de los Diputados, algunas comunidades que en Navidad pedían la medida, ahora solicitaban su derogación. Lejos de ceder, la ministra de Sanidad defendió este tiempo al entender el tapabocas como "efecto barrera" ante los contagios, aunque no haya pruebas de ello. Tres días después de ser aprobada la norma en el Congreso de los Diputados, y visto cómo la derecha capitalizaba las críticas ante una norma ineficaz, Darias anunció su derogación.
El riesgo de tomar una medida innecesaria es tener que defenderla a capa y espada. El Ejecutivo se vio demandado por la mayoría del Consejo Interterritorial para imponer la medida y según pasaron los días se quedaron solos en sus alegatos.
La derecha y los rivales de Sánchez, ávidos en sus movimientos, cargaron sobre el Gobierno la responsabilidad de gestionar la Navidad y ahora exigen rectificaciones. Tres días después de aprobar la norma en el Congreso, Darias confirmaba que la ley será eliminada el próximo jueves.
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"Las medidas que son percibidas como absurdas minan la credibilidad de las instituciones públicas y dan alas a la antipolítica del yo frente a la política del nosotros", aseguraban Pedro Gullón y Javier Padilla en un artículo cuando se reinstauró la medida. Una decisión que si ya en el verano de 2020 sufría para encontrar apoyos, dos años más tarde y con la vacunación mostrando sus efectos positivos ha provocado más hastío que aceptación.
Ni un mes más tarde, la derecha y la oposición a Pedro Sánchez han sabido incorporarse al debate y, tras pedir la mascarilla en exteriores, ahora piden su eliminación, y el Gobierno quedó atrapado al defender y hacer suya una medida considerada "ineficaz" por expertos de todo el mundo.
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La obligatoriedad de la mascarilla en exteriores nunca contó con la aprobación popular, pero tampoco con el visto bueno de los científicos, que desde el principio cuestionaron la medida por ineficaz. En plena irrupción de ómicron, cuando los contagios se dispararon de forma imparable, el Gobierno de Pedro Sánchez descartó tomar medidas restrictivas y optó por imponer el tapabocas obligatorio en la calle, cargando al ciudadano la responsabilidad individual de controlar la sexta ola que ahora remite.
Las formas de aprobar el decreto, al colar un reajuste en las pensiones en la misma votación para evitar el rechazo, tampoco gustaron a los partidos de la oposición e incluso a los aliados habituales en el parlamento, por lo que las críticas también llegaron desde este lado del marco político. Aunque la mascarilla en interiores es aún innegociable y nadie ha puesto la medida encima de la mesa porque sí tiene un efecto fundamental, el ministro francés de Sanidad ha declarado que si la tendencia a la baja continúa se podrá eliminar la obligatoriedad esta primavera.
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La mascarilla, defienden los expertos, es imprescindible en espacios cerrados y en interiores, pero al aire libre tan solo es necesaria si no se puede guardar la distancia de seguridad. Ese metro y medio, con una ventilación correcta, rebaja su necesidad.
Ayuso, Mañueco y Feijóo, las voces disonantes
La Comunidad de Madrid, Castilla y León, Galicia y Murcia solicitaron durante esta semana la retirada de la medida. Ante esta oleada liderada por la derecha, a la que se ha sumado el Gobierno de Page en Castilla-La Mancha, Darias aseguró tímidamente el pasado martes en el Congreso que la ley estaba cada vez más cerca de regularse, pero en una rueda de prensa hace dos semanas calculó que si la medida se impuso cuando la incidencia acumulada estaba en 784 casos por cada 100.000 habitantes, habría que situarse en guarismos similares para destapar las caras al aire libre. Un giro de timón ha hecho adelantar la medida a este jueves.
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Alfonso Fernández Mañueco, en plena campaña y con su estrategia similar a la de Ayuso en los pasados comicios, donde Sánchez era el centro de sus críticas, aseguró esta semana que "ya va siendo hora" de retirar el tapabocas.
Por su parte, aunque han guardado relativo silencio sobre el asunto durante estas semanas, el consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, no ve "necesario" el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores, salvo cuando hay aglomeraciones o cuando no se puede mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros.
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Otras como Cantabria, La Rioja y Andalucía de momento no han presentado oposición a la medida. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se ha mostrado este miércoles partidario de que continúe la obligatoriedad de llevar mascarilla porque cree que, si se quita ahora, la población puede entender que "barra libre otra vez".