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El coste de la vuelta al cole cercena la igualdad de oportunidades en la educación pública

España es el país de Europa con los libros escolares más caros, así como uno de los que menos fondos públicos aporta en la educación obligatoria y en la que más pagan las familias.

Dos niños pintan en una pizarra el día de inicio del curso en el colegio de la Alameda de Osuna, a 5 de septiembre de 2022, en Madrid (España).
Dos niños pintan en una pizarra el día de inicio del curso en el colegio de la Alameda de Osuna, a 5 de septiembre de 2022, en Madrid. Marta Fernández / Europa Press

Se supone que en España el Estado del Bienestar garantiza el derecho a la educación y la igualdad de oportunidades entre los alumnos, sea cual sea el estrato social del que proceden. Sin embargo, el gasto que las familias destinan a la educación de sus hijos cada año pone este principio en tela de juicio. Pues incluso también la educación pública cada vez cuesta más.

Pasado el verano, llega el momento de pensar en la vuelta al cole. Los estudiantes regresan a las aulas, empieza un nuevo curso y con él vuelven la lista de materiales, la bibliografía básica y las excursiones previstas que cada hogar debe costear. Según el último análisis de la empresa Idealo, estos gastos iniciales supondrán este año unos 449 euros por hijo para la familias, un 14% más de lo que costaba hace dos años. En concreto, la inflación acumulada ha provocado un incremento de 24 euros respecto al 2022.

De ese dinero, 309,62 euros se invertirán en comprar manuales escolares y 48 euros en papelería. España es el país de Europa con los libros escolares más caros, con un precio medio de 22,15 euros por ejemplar. Una cifra que se sitúa un 30% por encima de países como Alemania, Reino Unido y Austria.

España es el país de Europa con los libros escolares más caros

De cara a este curso 2023-24, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza, a tres semanas de que den comienzo las clases, todavía no ha concretado cuáles serán los precios. No obstante, su presidente, José Moyano, ha adelantado que se prevé una campaña con menos incertidumbre que en 2022, cuando las editoriales tuvieron que renovar el currículo conforme a la Ley Celaá.

Pero el material didáctico no es lo único que, sobre todo los más pequeños, suelen tener que renovar. Las zapatillas y la mochila son dos enseres que más se desgastan de un año para otro y suman alrededor de 64 euros más a la cesta de la compra escolar.

Sindicatos educativos y asociaciones de padres y madres han advertido de que estos precios son inasumibles para buena parte de las familias, más si se tiene en cuenta que el 25% de la población que reside en el país está en riesgo de exclusión social. 

Y es que, aunque desde el Gobierno central se distribuyen cada curso entre las comunidades una serie de créditos destinados al programa de financiación de libros de texto y otros recursos, esta prestación no garantiza la gratuidad de la educación al 100%, ni siquiera en la pública. Tampoco los programas de préstamo de libros que existen en autonomías como Andalucía, Navarra o la Comunidad de Madrid. 

La clave, apunta Isabel Galvín, secretaria general de Enseñanza de CCOO en Madrid, "es que haya financiación para garantizar que nadie se queda sin el material escolar que necesita y queden compensadas las desigualdades. El tema es que el Ministerio de Educación da el dinero pero no condiciona cómo se distribuye ni condiciona que debe garantizar la igualdad de oportunidades".

España es una de las naciones de la UE en la que más pagan las familias en la educación obligatoria

"No puede ser que si se nace en una comunidad como Madrid y en una familia de rentas medias o bajas, que no tenga capacidad económica para costearlo, se tengan menos oportunidades educativas y, por tanto, de futuro", ha insistido Galvín.

El gasto educativo privado, aquello que deben invertir los padres y madres, ha crecido más de un 50% desde 2004, según el Ministerio de Educación. 

Aunque esta evolución no se limita a nuestro país. España, pese al impulso que ha dado el Gobierno de coalición progresista a este ámbito, sigue siendo una de las naciones que menos fondos públicos aporta en la educación obligatoria (87% del total) y, por tanto, en la que más pagan las familias (12%). Porcentaje que contrasta, de acuerdo con los datos de la Red Eurydice, con otros países como Bélgica (96%) o Italia (94%), por poner un ejemplo más cercano.

Así las cosas, no parece casualidad que la demanda de libros de texto de segunda mano haya crecido un 166% en julio de 2023 respecto a junio, de acuerdo con los resultados de un estudio de Milanuncios. Según la empresa de segunda mano, el 73% de los anuncios nuevos de libros escolares de este año se han publicado entre junio y julio, en un mercado que alcanza un valor superior a los 2,3 millones de euros en los últimos 12 meses.

Madrid y Catalunya son los territorios donde más caro resulta estudiar

En este sentido, Madrid (con el 18% de la demanda total) y Catalunya (11 %) son los territorios donde más interés hay para adquirir estos manuales de segunda mano, al mismo tiempo que son las comunidades donde más caro resulta estudiar: más de 2.500 euros al año por hijo, de media, según los últimos datos de la OCU. En este presupuesto se incluye el gasto integral que abarca el comedor escolar, las clases extraescolares, transporte, residencias, productos informáticos, que son necesarios.

Quizá el caso de las clases particulares podría discutirse, mas muchas veces, perteneciendo a disciplinas artísticas, deportivas o de idiomas, complementan la educación reglada. Por lo que, al igual que el Instituto Nacional de Estadística (INE), la OCU las considera también parte de la formación educativa. En este caso, la desigualdad social se vuelve todavía más visible. Ya que sólo podrán profundizar en el conocimiento de estas disciplinas quienes puedan pagarlo, al no existir siempre esas actividades extraescolares en los centros públicos. 

Frente a este desajuste, desde UGT animan al Gobierno a emprender políticas de equidad, es decir, "dárselo a quien lo necesita". "Nosotros entendemos que el derecho a las ayudas al estudio es un derecho subjetivo del alumnado y no tiene que tener más consideración que la situación socioeconómica. Garantizar que no haya ninguna traba para que los estudiantes puedan ejercer sus derechos", ha explicado Maribel Loranca, secretaria de Enseñanza de UGT-Servicios Públicos. 

No obstante, Loranca se pregunta si podrían existir otras vías más allá del préstamo de libros y material. Ya que, explica, sobre todo cuando se trata de niños pequeños, el hecho de que un alumno llegue con todo su material prestado, mientras otro tiene todo nuevo, también alimenta, de alguna manera, ese desequilibrio.

Deducciones en la compra de libros de texto

En algunas comunidades es posible desgravarse el coste del material escolar en el IRPF. Una fórmula que pretende contribuir a reducir el gasto que, como se ha adelantado, se produce en cada hogar. Estas son todas las deducciones posibles que recoge la Agencia Tributaria por autonomía: 

En primer lugar, Aragón permite desgravarse el coste total de los libros de texto, al igual que Asturias y Balears y Castilla-La Mancha (además del 15% en las clases extraescolares de idiomas, actividades de refuerzo, acceso a nuevas tecnologías y la residencia fuera del municipio familiar). Por su parte, Andalucía también permite deducirse el 15% en enseñanza escolar o extraescolar de idiomas e informática, con un máximo es de 150 euros al año por cada hijo.

En Extremadura se permite deducirse 15 euros en la compra de material escolar por cada descendiente a las familias con hijos en edad escolar obligatoria. Y, por último, los madrileños pueden deducirse en el IRPF un 15% de los gastos de escolaridad, un 10% en enseñanza de idiomas y un 5% en la compra del uniforme escolar.

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