Confinamiento en Madrid ¿Por qué es una mala idea cerrar los parques en zonas de confinamientos selectivos?
El cierre de parques en los barrios de la Comunidad de Madrid supone eliminar espacios abiertos y seguros para la lucha contra la pandemia. Además impide que los ciudadanos afectados por las medidas restrictivas dispongan de espacios saludables y aptos para el deporte, así como para la movilidad sostenible.
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madrid, Actualizado:
Los parques de Madrid vuelven a estar precintados. Al menos los de los distritos afectados por las medidas de confinamiento selectivo aprobadas por la Comunidad de Madrid. Muchos de los ciudadanos de Vallecas, Carabanchel o Usera no sólo no podrán salir de sus barrios, sino que no podrán disfrutar de las escasas infraestructuras verdes que tienen. "Puedo ir con mi hijo a la casa de apuestas, pero no le puedo bajar al parque a jugar. Que alguien me lo explique", se preguntaban algunos, después de que el Ejecutivo de Díaz Ayuso anunciara el cierre de los parques y jardines, algo que ya sucedió en toda España durante la primera ola de la pandemia.
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Con estudios científicos en la mano, resulta complicado entender la razón de esta decisión, ya que ha quedado constatado que el riesgo de contagio en entornos abiertos se reduce. Así lo entiende Pedro Gullón, epidemiólogo y especialista en medicina preventiva y salud pública: "A lo mejor, en marzo o abril podría tener sentido, porque no se podía salir a la calle en el estado de alarma y no había demasiado conocimiento sobre el virus, pero ahora sabemos que los parques no son lugares de riesgo para la transmisión. De hecho, permiten aumentar el espacio y las distancias sociales entre las personas".
La presidenta Díaz Ayuso argumentó que estos lugares se habían convertido en zonas de encuentro donde se incrementaba el riesgo de contagio. Algo parecido comentó Fernando Simón el lunes, quien señaló también a esas presuntas concentraciones de personas como motivo del cierre: "No es por el parque en sí, pero hay que tomar alguna medida". Para Gullón, en el caso de que se produjeran dichas aglomeraciones, la exposición sería "similar a la que puede haber una terraza" de un bar. "El único sentido que le veo es que quieran señalar a los jóvenes y criminalizar el botellón, que igualmente tiene un riesgo bajo, si se compara con espacios sin ventilación", agrega.
"Cerrar los parques nos aleja de la utopía de vivir en lugares donde los menores puedan jugar tranquilos y moverse sin riesgos"
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La decisión de precintar los jardines y parques de los barrios confinados no parece tener fundamentos sanitarios, pero sí ideológicos. Nuria Blázquez, portavoz de Ecologistas en Acción, pone el foco sobre la visión de las ciudades como lugares donde sólo importa lo monetario. "El cierre puede tener que ver con que un parque no produce dinero. Mientras se permite que negocios donde hay poca ventilación siguen abiertos, los parques se clausuran porque no generan beneficios", opina, para señalar que esta decisión termina eliminando el escaso espacio urbano destinado para los menores.
La relación entre los parques y los niños va más allá del juego, tal y como lo entiende el pedagogo italiano Francesco Tonucci, en cuya obra La ciudad de los niños vincula las infraestructuras verdes con una mayor autonomía y seguridad de los menores en sus desplazamientos diarios. "Cerrar parques va en contra de todo esto, nos aleja de esa utopía de vivir en lugares donde los más pequeños puedan jugar tranquilos y moverse sin riesgos", opina Blázquez, que señala también la importancia que tienen estos lugares para poder proteger a los transeúntes del sol y el calor.
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Cerrar los parques, aumentar las desigualdades
Son muchos los que han señalado el sesgo de clase que hay detrás de estos confinamientos selectivos, en tanto que la inmensa mayoría de los 37 distritos sanitarios afectados se corresponden con lugares de rentas bajas. El cierre de las zonas verdes de estos barrios de Madrid podría tener consecuencias directas en términos de salud pública e igualdad, tal y como aducen los expertos, que subrayan el papel crucial que juegan en las ciudades: lugares idóneos para el descanso, el reposo, pero también para el deporte.
"Se está privando a una parte de la población de tener un lugar donde realizar actividades positivas para la salud mental y física"
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"Cuando aplicas estas medidas, privas a una parte de la población de tener un lugar donde realizar actividades positivas para la salud mental y física", argumenta Gullón. La escasez de parques en los barrios obreros ya supone un factor clave para entender la aparición de obesidades y enfermedades cardiacas entre la población con menos ingresos, por lo que su cierre podría "ahondar aún más este tipo de desigualdades".
La clausura de determinados parques puede suponer, además, una barrera para la movilidad sostenible y un incentivo indirecto para los desplazamientos en coche, puesto que muchos de estos lugares verdes mejoran la conexión a pie de los barrios. Un ejemplo claro de ello, es el Parque de Pradolongo, que une el Hospital Universitario 12 de Octubre con el barrio de Zofío, en Usera. El hipotético precintado de este jardín de 72 hectáreas dificultaría que muchos ciudadanos caminen hasta el centro sanitario y les obligaría –en el mejor de los casos– a usar el transporte público o desplazarse en automóvil.
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"Los parques pueden servir simplemente para caminar, pueden ser vías de comunicación mucho más atractivas para los ciudadanos. Permiten acortar caminos, incrementar el distanciamiento social, pero también son más cómodos y frescos por las sombras de los árboles y la ausencia de humos. No creo que haya nada más seguro para caminar", zanja Blázquez.