Público
Público

Condenado a 8 años de cárcel un vigilante de un camping por abusar de una menor

La fiscal y la acusación particular han solicitado para el procesado una pena de 12 años de cárcel por dos delitos continuados de abusos sexuales, diez más de libertad vigilada y una indemnización de 5.000 euros.

Imagen de archivo de un camping. EUROPA PRESS

EFE

La Audiencia de Girona ha condenado a ocho años de cárcel al vigilante de seguridad de un cámping de Blanes (Girona) por haber abusado sexualmente en 2015 de una adolescente que pasaba los veranos, puentes y fines de semana allí.

La fiscal y la acusación particular habían solicitado para el procesado una pena de 12 años de cárcel por dos delitos continuados de abusos sexuales, diez más de libertad vigilada y una indemnización de 5.000 euros.

La defensa, por su parte, no daba credibilidad a la denuncia y solicitaba la absolución.

Ahora la sentencia de la sección tercera de la Audiencia de Girona ha condenado a David Taracena a 8 años de privación de libertad por un delito de abuso sexual sobre una menor de 16 años con penetración.

La resolución del tribunal gerundense considera probado que a partir del 2015 el procesado, de 49 años, estableció una relación de confianza con la adolescente, que entonces tenía 13 años e iba al cámping de forma habitual con su padre, su madrastra y su hermanastra de 16 años porque tenían una autocaravana.

Durante estas estancias el acusado siempre se mostró afectuoso con la pequeña, que pasaba muchos ratos con él e incluso le acompañaba a hacer las rondas de vigilancia y este acercamiento generó en la chica un sentimiento de enamoramiento hacia él, que promovió esta situación.

Como reconoció la niña ante el tribunal, tenían contacto a través de redes sociales, Line y Whatsapp y en los mensajes hablaban como si fueran pareja y que también había referencias de contenido amoroso y sexual.

Según considera probado la sentencia, el puente de la Purísima de 2015 el vigilante llevó a la menor a una caravana abandonada del cámping, donde fue más allá de los besos y tocamientos de otras ocasiones y acabó penetrándola.

La adolescente contó lo sucedido a su madre biológica porque tenía miedo de haberse quedado embarazada, y la madre no lo denunció hasta enero -después se arrepintió- porqué creyó que era mejor "dejar pasar la Navidad".

La denuncia se puso el 17 de enero y dos días después el acusado ingresó en prisión.

Aparte de la pena de prisión, la sentencia también condena al vigilante a indemnizar a la víctima con 5.000 euros y a cinco años de libertad vigilada una vez salga de la cárcel. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias