Premios POY 2018 Las cinco historias detrás de las impactantes fotos (con mirada española) de migraciones
El prestigioso galardón concedido por la Escuela de Periodismo de Missouri ha reconocido en varias categorías el trabajo de los fotoperiodistas Santi Donaire, César Dezfuli, Olmo Calvo y Edu Bayer y el del videoperiodista Jaime Alekos.
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madrid, Actualizado:
La mirada de cinco periodistas españoles sobre los movimientos migratorios ha sido galardonada en diferentes categorías en los premios Pictures
of the Year International (POY), un certamen que puso en marcha la Escuela de Periodismo de Missouri, en Columbia (EEUU), en 1944 y que se ha convertido en una referencia internacional en cuanto a la comunicación audiovisual.
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Se trata del concurso más antiguo en la materia y, en su 75ª edición, ha premiado a los fotoperiodistas Santi Donaire, César Dezfuli, Olmo Calvo, Edu Bayer y al videoperiodista Jaime Alekos, cuyos trabajos reflejan de una forma dura e impactante el drama de millones de personas obligadas a huir de sus países por el hambre, la guerra o la persecución. Éstas son las imágenes y la historia que hay detrás de ellas.
Olmo Calvo, premio a la excelencia en la categoría de retrato
Shaheda, de 40 años, tiene su cuerpo lleno de quemaduras porque, según denuncia, el ejército de Myanmar prendió fuego a su pueblo para expulsar a todos los rohingyas. Se recupera de sus heridas en un hospital de Cox’s Bazar, Bangladesh.
"Creo que ella representa la
injusticia que se
está cometiendo contra su pueblo"
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"La situación de los refugiados rohingya en Bangladesh, que tuvieron que huir de su persecución en Myanmar, es de las más dramáticas e impactantes que he visto", afirma el fotógrafo a Público. "Hay cientos de miles de personas hacinadas en improvisados campos sin ningún tipo de servicio básico, en uno de los países más pobres y superpoblados del mundo. Aún así, Bangladesh los ha recibido y acondicionado una planta de un hospital en la ciudad de Cox´s Bazar para tratar a los heridos más graves. El ejército de Myanmar y grupos de budistas radicales les disparan, cortan con machetes o les prenden fuego, como a Shaheda, la mujer que aparece en la foto premiada. Cuando la vi al fondo de una habitación repleta de heridos, con su piel quemada y su mirada profunda, me acerqué hasta ella y le pregunté si podía hacerle una foto. Creo que ella representa la injusticia que se está cometiendo contra su pueblo", asegura Calvo.
Desde agosto de 2017, más de alrededor de 700.000 refugiados rohingyas han llegado a Bangladesh escapando de la persecución en Myanmar. Según Médicos Sin Fronteras, casi 7.000 rohingyas han muerto en Myanmar desde el pasado mes de agosto. En palabras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, el pueblo rohingya está siendo víctima de “una limpieza étnica de manual”.
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César Dezfuli: 3º premio en la categoría de retrato
Mar Mediterráneo, 1 de agosto de 2016. Amadou, maliense de 16 años, posa para un retrato minutos después de haber sido rescatado en el mar Mediterráneo, a 20 millas náuticas de la costa libia. El bote de goma en el que viajaba transportaba a 118 personas, todas ellas rescatadas con vida por la ONG de salvamento Jugend Rettet, y posteriormente trasladadas a Italia por la Guardia Costera italiana. Este retrato forma parte del proyecto Passengers’, un conjunto de 118 retratos de todas las personas que viajaban a bordo de la misma barca.
"Ponerles rostro y nombre podía ser el primer paso para humanizar
esta tragedia"
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"Este retrato de Amadou, un solicitante de asilo maliense que actualmente reside en Sicilia, forma parte de una serie de 118 retratos, el total de personas que viajaban en una misma barca, tomados minutos después de su rescate a 20 millas náuticas de las costas de Libia. Tras documentar durante varios días el rescate de migrantes en el Mediterráneo a bordo del barco de salvamento Iuventa, entendí que era necesario mostrar esta realidad migratoria desde una perspectiva que enfatizase la identidad de sus protagonistas. Ponerles rostro y nombre podía ser el primer paso para humanizar esta tragedia y facilitar así la empatía de quienes observan desde la distancia", explica a Público el fotógrafo madrileño.
"La mirada y actitud de Amadou, así como en el resto de personas fotografiadas en esta serie, muestran sus sentimientos ante un momento clave en su vida: acaba de sobrevivir tras ser rescatado del mar por un barco europeo, después meses de sufrimiento en Libia. Aparentemente su sueño está cumplido. Sin embargo el miedo, la desconfianza y la incertidumbre están presentes en su actitud ante la cámara, pero también la determinación de seguir adelante queda reflejada en ese instante", explica.
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Más de 15.000 persoas han muerto en el Mediterráneo intentando llegar a Europa en los últimos cuatro años, según la Organización Internacional para las migraciones.
Santi Donaire: 3º premio a la imagen del año en la categoría General News
El cuerpo sin vida de una persona tras ser localizada por el equipo de rescate de la organización española Maydayterraneo, durante la misión de rescate de refugiados en la zona SAR (Search and Rescue) en el Mediterráneo central, frente a las costas libias. Días antes, decenas de personas murieron y desaparecieron debido al naufragio de una embarcación neumática provocada por la inacción de los guarda costas libios.
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En declaraciones a Público, Donaire explica que la foto se tomó en noviembre de 2017, en el marco de una de las misiones de rescate humanitario del proyecto conjunto de tres organizaciones, las españolas Proemaid y SMH y la alemana LifeLine. "La misión zarpó tarde por culpa de un temporal y durante esa misión no se rescató a nadie vivo. Solo pudieron recoger las consecuencias de ese temporal: gente muerta flotando en el mar", recuerda.
"El objetivo que me propuse era mostrar la soledad en la que muere mucha gente en mitad del mar"
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Un avión de Frontex localizó el cuerpo y avisó al barco de rescate para que verificara su se trataba de un superviviente. "Estuvimos mucho tiempo buscando hasta que vimos el cuerpo. Creo que la foto cumple el objetivo que me propuse: mostrar la soledad en la que muere mucha gente en mitad del mar, por eso la encuadré desde tan lejos. Nuca sabremos quién era ni qué historia tenía detrás esa persona. Sólo fotografiamos su mandíbula para que la tenga el Comité Internacional de la Cruz Roja por si algún día sus familiares pueden o intentan identificarlo. Después el cuerpo fue hundido por una cuestión de operatividad, para que levantara otra alerta de rescate si lo veía otra embarcación, y por una razón de dignidad".
Edu Bayer: 1º premio en la categoría 'Feature'
Aguas Internacionales del Mediterráneo frente a la costa libia. Peace y Simon, una pareja de Ghana, salieron de Libia la madrugada del 7 de septiembre en un bote neumático abarrotado de gente. Lo hacían tras dos años de periplo desde que abandonasen su país. A las 8:30 horas fueron rescatados a unas 30 millas náuticas de Trípoli por la ONG Proactiva Open Arms.
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"A la niña la llamaron Miracle (Milagro en inglés) y obtuvo la ciudadanía europea por haber nacido en un buque español"
"Peace presentaba un avanzado embarazo y justo después del rescate dio a luz sobre la cubierta del barco. Hubo complicaciones y el bebé tuvo que recibir reanimación cardiopulmonar durante más de 15 minutos", recuerda el fotógrafo catalán. "Entonces la bebé rompió a llorar y comenzó a respirar sola. Las demás mujeres alrededor y el personal de la ONG aplaudieron a la familia y hubo una explosión de alegría. La madre y el bebé fueron evacuados a Sicilia por un buque de guerra italiano. El padre, todavía en la cubierta del Open Arms, esperaba reunirse pronto con ellos. A la niña la llamaron Miracle (Milagro en inglés) y obtuvo la ciudadanía europea por haber nacido en un buque español. La familia está en tramites para recibir asilo político en Italia", explica
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Jaime Alekos: Premio excelencia en la categoría 'Multimedia News & Issue Reporting Story'
Tras el cierre de fronteras de la ruta de los Balcanes, en torno a 8.000 refugiados y
migrantes que viajaban hacia la Unión Europea quedaron atrapados en Serbia. Este
corto documental de ocho minutos recoge las miserables condiciones de vida de
los migrantes que viven en edificios abandonados y campamentos clandestinos e
investiga las torturas de la policía húngara a los refugiados que atrapan intentando
cruzar clandestinamente su frontera para llegar a la Unión Europea.
"En un principio viajé a Belgrado, en enero de 2017, para hacer una cobertura rápida. Una ola de frío de -15ºC había pillado a unos 800 refugiados y migrantes, casi todos de Afganistán y Pakistán, viviendo en condiciones de extrema pobreza en unos hangares abandonados de la estación central de tren Belgrado, lo que sería el equivalente a la estación de Atocha en Madrid", explica el periodista madrileño. "Ninguno de ellos quería estar en Serbia, viajaban rumbo a la Unión Europea y se quedaron atrapados atrapados ahí por el cierre de fronteras de los países de la ruta de los Balcanes en marzo de 2016", prosigue.
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"Patadas, puñetazos, porrazos, escupitajos, insultos, algunos migrantes caían desmayados"
"Una vez ahí vi que había una historia mucho más grande. Pese a las fronteras cerradas estaban intentando seguir su viaje a través de Hungría, que tiene una seguridad excepcional en su frontera, por lo que tenían un éxito muy pobre", recuerda. "Todos, no exagero, todos los migrantes y refugiados con los que hablé, en más de cien entrevistas off the record, reportaban abusos y palizas por parte de la policía húngara al ser atrapados, antes de ser devueltos. Patadas, puñetazos, porrazos, escupitajos, insultos, algunos migrantes caían desmayados", critica.
"A un grupo de 70 personas, con ancianos y menores, les tumbaron a todos bocabajo y en fila, les tiraron alcohol y les caminaron por encima. Les llamaron sangre-sucia y les dijeron "bienvenidos a Hungría". La policía húngara seguía persiguiendo y pegando a los migrantes incluso en suelo serbio, después de devolverles en caliente", prosigue. "En un bosque de la frontera grabé, dos días seguidos, al caer la noche, a un coche de policía de los que patrullan la valla poniendo música techno de los 90 a todo volumen y gritando por el megáfono "bastardos", "somos la puta Europa", "¿estáis intentando acercaros?" Lo que iban a ser unos días al final se convirtió en mes y medio recogiendo y cruzando testimonios e investigando la frontera en la zona de Subotica y Horgos, hasta que tuve material para hacer este documental".