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Cinco comidas que no pueden faltar en verano

Llega el verano y apetecen comidas más ligeras, frías e hidratantes. Los meses de calor pueden ser un buen momento para adquirir nuevos hábitos alimenticios más saludables e integrarlos en nuestro ocio.

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La ensalada, una comida que no falta en verano. — Jill Wellington / Pixabay

madrid,

Llega el verano y apetecen comidas más ligeras, frías e hidratantes. La alimentación se convierte en una excusa para salir con familiares y amigos, con quienes solemos pasar más tiempo al aire libre. Con todo, los meses de calor pueden ser un reto para adquirir nuevos hábitos alimenticios más saludables e integrarlos en nuestro ocio.

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Desde pequeños nos educan en la importancia de comer frutas y verduras todos los días, un hábito que, por lo general, es más fácil de adquirir en los meses en los que amenaza el calor. Sin embargo, no hay que olvidarse del valor de las legumbres, que también encajan muy bien en ensaladas, salsas y una gran variedad de platos más allá de los potajes que tanto gustan en invierno.

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Según los expertos, lo recomendable es seguir la regla de la mitad y los dos cuartos: medio plato de verduras, un cuarto de proteínas y otro de cereales. Además, conviene ir variando cada una de las partes de nuestra comida.

El pescado, el pollo, las legumbres y los frutos son algunas fuentes de proteínas que conviene combinar con arroz o pasta integrales, quinoa, avena u otros cereales. Además, mantener una buena hidratación en los meses de altas temperaturas es muy importante para prevenir mareos o golpes de calor. No solo hay que beber agua, los tés helados o los zumos también son una buena alternativa refrescante. 

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Con todas estas recomendaciones, te dejamos los cinco imprescindibles para tus comidas durante la época estival.

1. Gazpacho

Tomate, pimiento y cebolla, agua, aceite de oliva virgen extra y, si se quiere, vinagre. Esta es la base del gazpacho, un plato típico de Andalucía. Se trata de una sopa fría en la que, además, te puedes poner original y añadirle otras verduras o frutas, como pepino, uvas, sandía, etc.

Su composición hace que sea rica en agua, fibra, vitaminas y minerales. No solo es una gran fuente de hidratación, sino que también aporta antioxidantes y saciedad.

2. Ensaladas

Si el gazpacho ya es un plato en el que dar rienda suelta a tu creatividad culinaria, las ensaladas son un mundo aparte. Pueden llevar frutas, verduras, tubérculos, cereales, frutos secos, queso... Y el resultado suele ser un plato muy colorido y apetecible.

Además, las ensaladas ofrecen la posibilidad de jugar con los aliños, que pueden ser lo que le dé el toque final a tu comida. Se puede ir desde lo básico, un poco de aceite y sal, hasta sabores más elaborados con cítrico, especias, etc. Ahora bien, conviene evitar las salsas procesadas, que contienen una gran cantidad de grasas y aceites de mala calidad.

Además, el verano es buen momento para comer verdura de temporada: acelga, apio, judía verde, pimiento, lechuga, tomate, berenjena, pepino, cebolla, zanahoria, calabacín, calabaza, rábano y  remolacha, entre otras.

3. Fruta

Lo ideal son cinco piezas de este alimento al día. Al igual que pasa con la verdura, conviene priorizar la fruta de temporada: sandía, melón, cereza, nectarina, paraguayo, higo, melocotón, ciruela, pera, plátano y frambuesa.

La fruta se puede comer a cualquier hora del día, sola, en ensaladas, en brochetas, cocinada... Además, es una buena fuente para la hidratación que se necesita en estos meses del año

4. Pescados y mariscos

Para muchos, el verano es sinónimo de playa y la playa es sinónimo de chiringuito y pescado. Boquerones, sardinas, gambas o cualquier alimento que proceda del mar es una gran fuente de proteínas, vitaminas, minerales y grasas saludables, como el Omega 3.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda el consumo semanal de 3-4 raciones de pescado, tratando de variar entre distintos tipos de pescados y mariscos.

5. Bebidas hidratantes

Al igual que en invierno apetecen bebidas calientes y más pesadas, en verano, todo lo contrario. Si bien el agua es (y debe ser) la bebida por excelencia para hidratarse, existen muchas otras alternativas, como los zumos, bebidas infusionadas con hielo, batidos, etc. Estos también son una buena opción si queremos variar un poco, aunque un batido no debe contar como una pieza de fruta, ya que el aporte nutritivo no es el mismo.

Para quienes les gusta el alcohol, en verano se multiplican las salidas sociales y, con ello, el consumo de cervezas, tintos de verano, etc. Ya sea con amigos, solo o en familia, se suele caer en la tentación, pero cabe recordar que existen alternativas más saludables, como la kombucha, que se elabora a partir de fermentos. 

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