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CIENCIA Y MEDIO AMBIENTE Uno de cada cuatro automóviles nuevos será eléctrico en 2022

Tras el escándalo del Dieselgate, China es el laboratorio mundial para la sustitución de los combustibles fósiles en los vehículos de transporte

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Enchufe para la recarga de un coche eléctrico.

¿Diesel, gasolina, híbrido, eléctrico? La industria del automóvil sigue en la encrucijada en la que lleva instalada ya bastantes años. El escándalo Dieselgate y su más reciente apéndice (los experimentos en primates y humanos englobados en el intento de los fabricantes alemanes de rebatir la creciente evidencia científica sobre los efectos nocivos para la salud de las emisiones de motores diesel) se unen en la actualidad noticiosa al acuerdo para fabricar durante los próximos años el nuevo modelo de Opel Corsa (un automóvil convencional) en la planta de Figueruelas (Zaragoza).

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Sin embargo, algo se mueve, aunque en Europa poco todavía. El fabricante japonés Toyota se adelantó a su propio plan y vendió 1,52 millones de vehículos electrificados en todo el mundo en 2017. Con eso cumplió el objetivo que tenía para 2020. Los coches electrificados incluyen los híbridos, los híbridos enchufables, los eléctricos con batería y los vehículos con pila de combustible.

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A fallback.

Para 2025 todos los vehículos de las gamas de Toyota y Lexus estarán disponibles únicamente como modelos electrificados u ofrecerán una opción electrificada, anuncia la empresa. Tras haber vendido 11,45 millones de vehículos electrificados en total hasta ahora, su objetivo es producir más de 5,5 millones al año en 2030. “En poco más de 20 años, hemos visto cómo las ventas de nuevos vehículos electrificados han aumentado de menos de 500 unidades anuales en un solo país a más de 1,5 millones en más de 90 países y regiones”, señala el vicepresidente ejecutivo del grupo Toyota, Shigeki Terashi.

La tendencia hacia el vehículo eléctrico con batería para mejorar la movilidad es ya sólida, en parte por la contaminación en las grandes ciudades y por la lucha contra el cambio climático. En el mundo, uno de cada cuatro automóviles nuevos será eléctrico dentro de solo cuatro años, señala Stefan Issing, director de la división automovilística en la empresa IFS de software. En 2016 se vendieron dos millones pero en 2017 esa cifra bajó ligeramente. China, con 150.000 estaciones de carga, ha reemplazado a Estados Unidos , como sucede en otros sectores, como laboratorio mundial. Su política de dar licencias a empresas privadas para instalar estaciones de carga ha resultado en una falta de estandarización que está frenando el sector y desesperando a los consumidores. A pesar de su gobierno central fuerte y una regulación clara para los vehículos eléctricos, hay dos barreras principales: la falta de estaciones de carga estandarizadas y la capacidad de la batería, señala este experto. A la investigación y desarrollo de mejores baterías se están destinando ahora mismo enormes recursos, pero la mejor opción no está todavía clara.

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La fábrica de Figueruelas celebra los 12 millones de unidades del anterior Opel Corsa en 2015. /GENERAL MOTORS

En otras zonas del mundo la falta de políticas públicas claras frena todavía más la tendencia hacia el coche eléctrico, aunque Toyota planea sumarse a ella con una oferta de al menos 10 modelos eléctricos con batería a partir de 2020, empezando, lógicamente, en China para luego ir entrando en otros mercados. Por China empezará también Volkswagen, un recién llegado al sector, que ha anunciado recientemente que en 2025 espera vender un millón de coches eléctricos en el mundo, entre el 20% y el 25% de sus ventas globales.

El retraso relativo de los poderosos fabricantes europeos parece peligroso para su futuro, porque China, según un informe de la consultora McKinsey, puede empezar a ser el principal actor en el sector automovilístico. Las ventas de vehículos producidos localmente crecerán. "La producción de vehículos eléctricos aumentó de un 18%, en 2016 a un 23%, en 2017, lo que demuestra que las marcas chinas pueden aumentar su presencia en el segmento de vehículos eléctricos, a medida que los compradores reconozcan la calidad de los vehículos producidos”, indica el informe.

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Que un coche no contamine no quiere decir que su huella de carbono sea mucho menor que la de un coche con motor de combustión. Si la electricidad que consume no procede de fuentes renovables, poco se gana en cuanto a emisiones que contribuyen al cambio climático. El desafío está en conseguir combinar las renovables con los motores eléctricos.

Las gasolineras no desaparecerán, sin embargo, en el futuro cercano. El transporte pesado es difícil de electrificar. Pero con la llegada de los vehículos eléctricos surgen nuevas necesidades, que también son oportunidades de negocio, como el reciclado de las baterías, y también nuevos problemas de residuos.

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